Capítulo 43

810 107 3
                                    

Una mañana que me sentía con la mejor actitud y el mejor ánimo del mundo, decidí definitivamente abandonar mi habitación por completo para bajar a desayunar junto con Marco.

Sorprendentemente ya me siento mucho mejor. No me siento tan fatigada o agitada de ninguna forma, y todo gracias al mejor hermano del mundo.

Al bajar, pude verlo allí sentado sobre la mesa con una pluma en mano y un gran cuaderno debajo, en el cual trazaba bonitas palabras inspiradas y con una perfecta caligrafía. Desde que llegamos aquí no ha parado de escribir poemas o sonetos inspirados en nuestra vida y en las locuras que pasamos. Su idea es escribir un libro, pero aún no tiene las ideas completamente organizadas para comenzarlo.

- ¿Vas a leerme algo el día de hoy? Quiero oír qué es lo que escribes. - Apoyé mi mejilla sobre su hombro, y este giró su rostro para obsequiarme una suave sonrisa entusiasmada.

- Aún no tengo nada, pero de solo verte aquí creo que me acabo de inspirar. - Arrancó la hoja que estaba escribiendo y se deshizo de ella para comenzar un nuevo escrito, titulado: El corazón del arte.- Ese es el título que he pensado para mi historia. Estará basada en la vida de una preciosa mujer fuerte y decidida, que gracias a su perseverancia y buen corazón fue capaz de afrontar las peores situaciones y enfermedades. La peor de todas, era la enfermedad que tenía en su corazon; pero no solamente una enfermedad física, sino también una enfermedad provocada por una terrible pero hermosa perdición llamada: amor. La peor y más riesgosa enfermedad que podría sufrir el ser humano.

- Eres un dramático total. - Reí al ver cómo su rostro se contorcionaba al extremo y hacia muecas extrañas ante aquella idea, como si realmente fuera algo horrible.- A pesar de todo, te recomiendo que tú también lo intentas alguna vez. No pierdes nada con probarlo, porque seguramente tú no serás tan estupido como yo para estropear las cosas...

Me alejé de él para comenzar a preparar mi sencillo desayuno libre de todo lo que alguna vez disfruté pero aún sigo amando, y él se colocó de pie de inmediato para seguirme de cerca.

- No puedes culparte por eso aún. Ya ha pasado mucho más de un año y... no lo sé. Pensé que ya lo habías olvidado.- Me observó extrañado, pero yo negué con la cabeza.

- Ese tipo de cosas no se olvidan nunca, Marco. De todas formas eso no quiere decir que no lo he superado ya. Lo mío con Jey... fue lo mejor que me pudo haber pasado. Si no hubiese sido tan tonta y cobarde posiblemente en la actualidad aún podría disfrutar de esa felicidad, pero no pude y desgraciadamente tendré que vivir con eso. Pero he aprendido la lección y eso es lo que cuenta.

- ¿Realmente lo has superado, Co? - Preguntó bastante serio y sin apartar su mirada de mí.

- Sí. Totalmente.

No, definitivamente no.

- Bueno... entonces supongo que no tendrás ningún problema en abrirte a conocer nuevas personas. He... he enviado hace unos meses una solicitud a Oxford para estudiar Inglés, y me han aceptado... tú y yo podríamos mudarnos a Londres. Quiero que vayas conmigo. Quizás no desees estudiar alguna carrera aún, por lo que no voy a presionarte. Pero conocerás nuevas personas y quizás a alguien más como Jude o mucho mejor.

- Quizás...

Imposible. Porque como Jude, no hay dos. Y nadie será mejor que él.

- Por favor, Co. ¡Créeme que eso te ayudará! Hazme caso y confía en mí. Sophie ya ha comenzado a viajar por todo el mundo y tú no puedes quedarte sola, ni mucho menos volver atrás.

- Iré contigo solamente con una condición. - Me crucé de brazos frente a él, y le lancé una mirada bastante severa.

- Lo que desees. - Confirmó entusiasmado.

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora