Capítulo 17

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- Me hubiese encantado que tu hermano me adoptara, hasta que me contaste lo sucedido con tu hermana. ¡Esta casa es genial! Pero con mi incapacidad para estar quieta, el primer día me pondrá un saco de fuerza.- Expresó Lucy cuando llegó a visitarme la tarde del domingo junto con Luka.

Su hermano no dijo nada respecto a lo que mencionó su hermana, pero tampoco lo negó. Algo me dice que muchas veces él pensó exactamente hacerle algo así...

- Cometió un error bastante estúpido, ya que si tan solo se lo hubiese consultado ahora no estaría igual que antes; es decir: limitada. - Expliqué teniendo toda la razón. Si la tonta no se hubiese burlado de la confianza de Marco, ahora mismo podría estar en la supuesta fiesta a la que deseaba ir y no en su habitación, quejándose como una niña tonta y resentida.

- Por lo poco que he oído hasta ahora sobre tu hermana, me cuesta imaginarla igual a ti teniendo una personalidad tan diferente. - Soltó Luka con una carcajada divertida.

- Nadie que conozca nuestras personalidades y maneras de pensar, podría darse cuenta de que somos parientes.

Y respecto al físico puede que ella luzca mejor, pero yo soy la que posee el estilo y buen gusto. Si fuera por ella, usaría cualquier prenda que tenga brillo y valga más de mil euros.

- Como yo. - Sonrió Luka.

Los conduje para que me acompañaran a mi habitación, pues quería mostrarle a Lucy mi vestidor y ayudarle a saber cómo debería vestir según su físico. Luka no estaba interesado en lo más mínimo, pero de todas formas se quedará en mi habitación para leer un libro o quizás ver algo de TV.

Lucy siempre suele usar el mismo tipo de jeans cortos color azul y lo único que varían son sus camisetas o zapatillas. Eso la hace ver aún más pequeña de lo que es, y tiene lindas piernas que podría mostrar. No demasiado, pero tengo algo en mente que la hará lucir mucho más alta y estilizada...

Al entrar en mi habitación, ambos se quedaron admirando mi espacio. Realmente espero que no noten lo desordenada que soy por dejar todos mis cuadernos y libros esparcidos sobre la cama, y por haber dejado mis zapatillas para correr con un poco de tierra junto a esta.

- Sepan disculpar mi desorden. De todas formas, creo haber dejado mi vestidor en perfecto estado esta mañana. ¿Podrías acompañarme, Lucy? - Le pregunté, y al ver que ella asintió aún con su boca abierta como respuesta dirigí mi atención hacia Luka.- Si lo deseas, puedes ponerte cómodo. ¿Quieren encender la TV? Puede que tardemos un poco más de lo que duró nuestra clase.

Él me enseñó temprano a correr con su motocicleta, y debo admitir que lo hice mucho mejor de lo que esperaba. En tan solo diez minutos ya me encontraba conduciendo por todo Beverly Hills con él sentado detrás de mí.

- ¿La TV? - Preguntó confundido, pues no podía encontrarla ya que no estaba a simple vista.

Tomé la tableta que se encontraba sobre mi cama, y con ella hice que el gran cuadro que se encontraba frente a mi cama se transformara en una gran televisión de alta definición.

- No suelo utilizarla, por lo que aún desconozco cómo cambiar o escoger los canales. Pero ¿Tú podrás descubrirlo? Dudo que vaya a ser muy complicado. - Le entregué la tableta con la aplicación que controla la TV, abierta. Él se quedó petrificado durante un largo momento, por lo que llegué a la conclusión de que sí lo logrará y tomé a Lucy del brazo para arrastrarla hacia mi vestidor.

- ¿Realmente no sueles ver TV?

- Algunas veces suelo ver cualquier tipo de programa instructivos o educativos que me puedan aportar algún buen dato útil y necesario de conocer, para nutrir la mente, y no atontarla [como suelen hacerlo muchos programas hoy en día]. - Me encogí de hombros, e hice un ademán para restarle importancia y continuar con lo que pensaba hacer.

- No critico tu forma de vestir por ser indecente o desaliñada, sino desfavorecedora. - Expliqué colocando tres tipos de pantalones de Jean que ella podría usar.- Puede que no tengas un abdomen plano, pero tampoco posees un estómago voluminoso ni abultado que te impida lucir un buen pantalón ajustado de tiro alto. Y estos son mucho más convenientes para ti, ya que también careces de una cintura notable.

- Sep. Soy un rectángulo. - Bromeó ella sin sentirse a menos por su cuerpo cuadrado, lo cual me pareció ejemplar y admirable de su parte. No se siente a menos por no ser una muñeca Barbie, ni mucho menos triste.

- Un rectángulo con una buena personalidad y muy buenos atributos, a decir verdad. - Aproveché para elogiarla, porque no es fea de rostro.- Con tu color de cabello y de piel puedes utilizar una amplia paleta de colores en tu vestuario; pero aún debes evitar algunos que te apagarán. ¿Has pensado en utilizar camisas?

Ella prestaba atención a cada palabra que salía de mi boca, y evidentemente me entiende muy bien ya que en tan solo minutos logró combinar un conjunto casual bastante cómodo y favorecedor para su físico. Al carecer de una cintura notable y caderas voluptuosas, debe utilizar prendas que le ayuden a crearlas de alguna manera.

- ¡Tu armario es como una tienda de la mejor marca de ropa! - Exclamó al ver el estante con zapatos y bolsos a juego que abarcaba toda una pared casi del mismo tamaño de mi recámara, y del otro lado todos mis atuendos colgados y ordenados por color y estación; sin mencionar el gran mueble en el centro de la habitación que oculta todas mis joyas y algunos accesorios.

- Esta habitación tan solo es la mitad de lo que es mi verdadero vestidor, el cual se encuentra en la casa de mis padres en Italia. No es tan impresionante, pero aún así te agradezco el cumplido.- Comenté sin alardear demasiado, y sonreí.

- Nunca te he visto usar faldas. ¿Realmente las usas? - se dedicó a ver todas las faldas que tenía colgadas junto a los pantalones, y yo asentí levemente mientras tomaba una pequeña falda corta y tableada de color gris oscuro.

- No suelo usarlas con regularidad debido a que me siento mucho más cómoda cubriendo mis piernas en público, pero me agradan. Mis favoritas son estas, ya que pueden llegar a darte una apariencia formal y lo suficientemente seria como para obtener la atención de los hombres por la forma correcta. Recuerda: Lo intelectual siempre debe sobrepasar lo físico. - Le extendí la falda y ella la tomó; luego me dirigí hacia el otro extremo de la habitación y tomé una camisa blanca de mangas cortas con cintura bien definida, unos zapatos de color natural con taco fino, y también se los entregué para que se vistiera.- Pruébatelo, y verás la magia.

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