Capítulo 25

950 111 3
                                    

...

No tengo demasiadas cosas que decir, además de expresar cuán profundo he metido la pata esta vez.

Después de esa vez no lo volvimos a repetir, y no porque no lo desee. Al día siguiente quise ir a la universidad y volver con él también, pero inesperadamente tuvo que viajar a New York. No me dio demasiados detalles de su partida, lo único que me dijo al despedirse de mí fue que nos volveríamos a ver antes de que concluya el sábado. Ya le ha informado a la universidad la razón de su ausencia, y se lo han permitido sin problema alguno.

Los beneficios de ser él.

No quiero admitir que lo necesito porque en realidad no es así, pero deseo repetir lo sucedido entre nosotros. Sabía que después de esto me iba a arrepentir, y lo hago porque ahora no puedo dejar de pensar en él en mi tiempo libre. Aún no he llegado al grado de obsesión en el que no puedo estudiar por estar pensando todo el tiempo en él, ni tampoco deseo hacerlo; pero realmente necesito saber qué está sucediendo.

¿Porqué tuvo que irse de esa forma? ¿Quién lo llamó? ¿Habrá sido su hermana? ¿Habrá tenido algún problema con su madre? ¿Será realmente grave? Espero que no.

Él y yo no somos un pareja ni nada parecido, por lo que no suelo estar enviando mensajes a cada hora para preguntar cómo está, y aún si lo fuéramos tampoco lo haría por no soy así. Pero siento tanta intriga por saber qué fue lo que sucedió, que a veces en la noche me pongo a imaginar lo peor y eso me impide dormir.

- ¿Estás bien? -Me preguntó Sophie cuando volví de la universidad el jueves por la tarde. Mi cara no era de la mejor, debido al agotamiento acumulado.

Mis manos ardían por haber tenido que escribir literalmente seis de las siete horas que estuve en clases. Las cosas comienzan a intensificarse y necesito estar cada vez más enfocada. Necesito dormir, pero no puedo irme a la cama sin antes repasar un poco para asegurarme de tener todo perfectamente claro.

- Necesito que me pegues una bofetada para despertar. -Me paré frente a ella con mis ojos cerrados. Estaba esperando sentir el dolor e su bofetada, pero lo único que sentía era que en cualquier momento iba a caer de espaldas sobre el suelo y nadie me iba a poder levantar.

- ¡Voy a hacerme un tatuaje! ¿Quieres ir conmigo? - Preguntó, e inmediatamente, como si me hubiesen inyectado algún estimulante potente, abrí mis ojos para mirarla y buscar algún rastro de mentira en su rostro.

- ¿Un tatuaje? ¿De qué? ¿Para qué? -Solté todo muy rápidamente, tanto que apenas pude entenderme a mí misma.

- Pienso tatuarme algo especial, pero no sé si involucrar a Jacques en esto ya que al ser mi primera relación, no estoy segura de que también vaya a ser la última... aún que eso me encantaría. -Sonrió como una estúpida, y yo rodé los ojos ante su manera de actuar tan cursi.

Espero nunca llegar a comportarme de esta manera, y si llegara a hacerlo quiero que alguien me obligue a actuar normal. Si es necesario que sea por la fuerza, que me golpeen con n ladrillo entonces.

- ¿Por qué no piensas en una relación que sí sabes que jamás acabará? Como la que posees con mamá y papá, o nuestros abuelos, o...

- ¡Ya sé! Podemos hacernos un tatuaje que compartamos las dos. Hace mucho que tenía planeado hacerme algo contigo, pero como normalmente casi ni nos vemos... ¿Qué piensas?

- ¿Eso duele? - Pregunté dudosa, pero no porque le tema al dolor sino porque en realidad lo necesito. Necesito sentir dolor ahora mismo, o de lo contrario voy a caer dormida aquí y ahora mismo.

- Eh... Sí.

- Entonces vamos.

Tomé mi chaqueta y salimos de casa en el Ferrari que yo conduje hacia la tienda de tatuajes donde Sophie había hecho una reserva.

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora