Capítulo 26

1K 122 0
                                    

Esperé ansiosamente a que llegara el sábado, sin saber que había quedado con alguien en especial ese mismo día.

Ginny volvió antes de New York para pasar un "día de chicas" conmigo. La ayudaré a crear un nuevo guardarropas desde cero, y eso tomará bastante. Espero que sea lo suficiente como para que al volver a su casa Jey ya haya llegado.

Al medio día llegué a su casa en mi auto, pero salimos en el Jeep porque era mucho más espacioso para guardar todo lo que pensamos comprar. Primer almorzamos en un restaurante donde nos pusimos a charlar un poco sobre nosotras para conocernos, y a decir verdad creo que me sorprende enormemente que esta chica sea hermana de Jey. Ginny es sorprendentemente simpática, amigable, osada y salvaje, todo lo contrario a su hermano que normalmente prefiere estar solo y pintar.

- Jey no me ha hablado de nadie más que de ti desde que llegó ese día a New York. -Comentó mientras acabamos el postre. Un par de copas heladas con frutas y mucha salsa de chocolate en ambas. Tenemos varios gustos muy similares, y ambas, cuando padecemos de ansiedad, nos encanta comer cosas dulces de a montón. Lo cual sucede seguido...

- Ah, qué lindo. -Intento fingir que en realidad no le doy demasiada importancia, aún que por dentro mi corazón está a punto de explotar debido a la emoción de saber qué cosas habrá dicho de mí.- ¿Qué tipo de cosas? Si se puede saber...

- Nada que tú no sepas, creo yo. Jey jamás ha sido de esos chicos que pueden ocultar sus sentimientos por alguien. Siempre explota en algún momento, y no puede dejar de decir todo tipo de babosadas. Espero que no te haya agotado.

- No, para nada. - Negué con la cabeza.- Él es... es de alguna manera bastante cautivador cuando lo hace. No me resulta empalagoso, ni mucho menos molesto cuando dice lo piensa. -Metí terriblemente la pata al admitir eso, porque los ojos de ella se abrieron como platos y la gran sonrisa que vi dibujada en su rostro me da a entender que he metido la pata otra vez.

- ¡Entonces es cierto! ¿Él y tú están saliendo? ¿Desde hace cuánto tiempo? ¿Somos cuñadas? -Me bombardeó con sus preguntas y yo comencé a sentirme sofocada. Si siquiera yo sé qué está pasando entre nosotros y ella desea que le dé cada detalle de nuestra relación.

- No estamos saliendo ni somos novios. Aún somos amigos, a pesar de...

- De... ¿Qué? -Preguntó impaciente.

- Nada. No sabría decirte si somos o seremos cuñadas en realidad porque aún no hemos discutido nada ni hablado al respecto. Quizás no... no lo sé.

- ¿Él te gusta? -Me preguntó, y yo guardé silencio.- ¿Te gusta mi hermano, cierto? Entonces... ¿Cual es el problema?

- Los estudios ocupan gran parte de nuestro tiempo y...

- ¿Los estudios? Pfff, vaya basura. No tienes idea de los años que perdí intentando convencer a Jude lo inútil que es para él perder su tiempo estudiando esa maldita carrera. Un título universitario no siempre te da la felicidad que buscas. Claro que él lo hace con el único fin de complacer a nuestra madre, pero aún así no entiende que eso le está amargando la vida cada vez más.

- Bueno... yo no pienso que tener un título sea algo malo.

- Yo tampoco digo eso, siempre y cuando hagas lo que a ti te gusta y realmente disfrutes hacer. A mí siempre me apasionó la química, tanto que llegué a tener dos años de la carrera, pero luego llegué a estar en un punto cuando comencé a dudar de que si realmente me apasionaba. Cuando la abandoné no fue con la intención de huir con actualmente ex novio (bastardo), ya que lo conocí un poco después de eso, sino que lo hice con el fin de encontrar mi verdadera pasión. Aún estoy en la búsqueda de ello, pero Jude ya sabe qué es lo que quiere y qué ama hacer, y aún así pierde su tiempo y energías estudiando para ser alguien que en realidad no quiere ser.

Arte etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora