Parte narrada por Roxanne Bennet.
Acomodo mi escritorio, ya que no me gusta para nada el desorden. Guardo unas cuantas libretas y al colocarlas en un cajón, una de ellas suelta una fotografía que tengo con mi madre.
“Una niña fuerte jamás se da por vencida hasta lograr sus sueños”
Sonrío al recordar sus palabras.
Mi sueño siempre fue venir a Los Ángeles y vivir aquí, conseguir un buen empleo y disfrutar del lugar. Y mírenme ahora. No tengo de qué quejarme, a excepción del mal humor que mi jefe a veces presenta.
—Hola, buen día —dice Caroline llegando con una gran sonrisa. Guardo la fotografía y le sonrío.
—Hola —veo que va a tomar su lugar y enciende su laptop—. Oye, ¿no tienes resaca?
—Un poco —mueve su mano restando importancia y sigue viendo su laptop—. ¡Ay, mira! Aquí dice que la nueva tendencia es el color azul. Vestido azul, saco azul, tacones azules. ¡Vaya!
Carcajeo cuando escucho que describe mi outfit.
—¡Basta!
—De verdad —me mira—, no creí que fueras a usar eso sólo por el señor Nicko... ¡Ahí viene!
Me giro rápido hacia mi escritorio y veo que viene de lejos.
—¡Rox! —Caroline me llama casi susurrando—. Si te dice algo al respecto acerca de lo azul, yo pago todo en el bar —me guiña un ojo.
—¡Ya dijiste! —la señalo y sonrío.
Me vuelvo a girar y el señor Nickolas pasa por enfrente de mí, otra vez, sin saludar, ¡señor modales! Suspirando, me levanto y voy a su oficina con la agenda en la mano.
—Buenos días, señor Hansen —él no deja de ver su computadora y eso me enoja.
¿Es tan importante lo que tiene que hacer como para no saludar? Un simple saludo no te lleva más de un minuto, ¡ni siquiera cinco segundos!
—Le notifico los pendientes de hoy —digo y abro la agenda—. Hoy hay una reunión con la junta directiva a las doce de la tarde, y...
—A ver Roxanne, ¿qué quieres? —me mira molesto y su voz desprende esa sensación de enojo hacia mí.
—Notificarle los pendientes de hoy —diablos. Mi voz parece la de una niña regañada por su padre.
—¿¡Y qué no sabes tocar la puerta!? —me grita, se levanta y señala la puerta.
—Sí señor, sí sé —por más que quiero cambiar mi tono de voz, no puedo.
—¿¡Entonces!? ¿Qué...qué quieres? ¡Rápido, díme! ¿Qué quieres? —vuelve a preguntar exasperado.
—Notificarle los pendientes —vuelvo a repetir—. Tiene una reunión en dos horas.
—Cancela todo lo programado —me dice serio—. Lo que deberías de hacer es largarte.
Me encamino hacia la puerta tragándome todo el coraje y la ira que me provoca.
—Y cierra la puerta —exige. Tomo el picaporte y estoy a punto de salir; las ganas de regresarme y decirle mil y un cosas en la cara se apoderan de mí pero no lo permito—. ¡Gracias! —el tono de ironía que usa me provoca ganas de escupirle en la cara.
Es un maldito idiota.
¡¿Quién se cree, este imbécil?!
No puede venir a pisotearme y gritarme de esta manera.
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JEFE
Teen Fiction"Yo no tenía idea que desde que cambiarían mi puesto en el Grupo Hansen, mi vida daría un giro total. ¿Por qué? Porque me quedé con el jefe más insoportable, gruñón, amargado y engreído que jamás había tenido. Y de quién jamás pensé enamorarme." →Ba...