Parte narrada por Roxanne Bennet.
Esperabamos con ansias a que Nickolas y el señor Vladimir llegaran, se supone que ellos convencerían a la secretaria del señor Thompson para que nos de un poco de información sobre en dónde están aquellos documentos.
—¿Crees que hayan podido? —Melody se asoma hacia la puerta del edificio para comprobar si ya salieron o no.
—Sí —afirmo—. Ambos son apuestos, la mujer no se resistirá.
—Ufff... Eso espero.
Da vueltas de un lado a otro mientras hace sonar sus zapatos de tacón. Había considerado la idea de comprar unos zapatos más cómodos por si se presentaba la necesidad de correr, pero los tacones nos hacen vernos mejor y más presentables.
—Estoy nerviosa, pero creo que podremos conseguir esos documentos —asiente convencida.
—Yo también lo creo —concuerdo.
Me asomo y veo que nuestros jefes vienen hacia el árbol en donde nos mantenemos escondidas.
—Ya vienen —le aviso—. Creo que lo han conseguido.
—Ya estamos aquí —el señor Vladimir nos guiña un ojo—. ¡Lo logramos chicas! La mujer nos dijo que tenían las pruebas impresas en un folder que se encontraba en el portafolio del señor Thompson y, contaban con un respaldo que se encontraba en una USB que está en uno de los cajones de su escritorio.
—¿Cómo les pudo decir todo eso? ¿No le pareció extraño? —frunzo el ceño alternando la vista entre ellos.
—Usamos nuestros encantos —el señor Vladimir sonríe en nuestra dirección—. Nadie se resiste, mucho menos ustedes.
Suelto una risita. Que loco es.
—Cariño, no le habrás dado tu número, ¿verdad? —Melody lo mira achicando sus ojos.
—Por supuesto que no, mi amor —se acerca para abrazarla y después se adentran a su conversación privada.
—¿Y tú? —miro a Nickolas mientras reprimo una sonrisa y bromeo—. Tampoco le diste tu número, ¿verdad?
Se ríe un poco.
—No, no lo hice —sonríe—. No sé porqué me preguntas, yo no soy ese tipo de hombre.
—¡Muy cierto! Por supuesto que no eres así —me río—. Tu no dejas que nadie se acerque.
Da unos pasos hacia mí y coloca sus dos manos a los costados de mi cara mientras me acaricia las mejillas con sus pulgares.
—Prométeme que serás cuidadosa —dice con cierta preocupación en su voz—. No quiero que las cosas empeoren, ni que te metas en problemas.
—No te preocupes —intento tranquilizarlo—. Todo saldrá muy bien. Prometo que conseguiremos esos documentos y nos libraremos de esto.
—Pero prométeme que estarás bien —insiste.
—¡De acuerdo, lo prometo! —asiento—. No me sucederá nada, tranquilo.
—¿Lo prometes por el meñique? —me suelta y extiende su dedo meñique hacia mí. Sonrío.
Me parece muy tierno cuando hace esto, parece un niño pequeño.
—Lo prometo por el meñique —enlazo mi dedo con el de él y jala mi dedo para hacerme estar más cerca.
—Bien —sonríe bajando su mano y soltando mi dedo poco a poco—. Cualquier cosa que necesiten, pueden llamarme.
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JEFE
Подростковая литература"Yo no tenía idea que desde que cambiarían mi puesto en el Grupo Hansen, mi vida daría un giro total. ¿Por qué? Porque me quedé con el jefe más insoportable, gruñón, amargado y engreído que jamás había tenido. Y de quién jamás pensé enamorarme." →Ba...