JEFE

Capítulo 37.

Parte narrada por Roxanne Bennet.

No podía dejar de leer aquella carta que Nick escribió para mí, y cada vez que lo hacía las lágrimas se acumulaban en mis ojos.

-Él en realidad me quiere -pronuncio.

-¿Y entonces por qué no vas por él y luchan por su amor? -me pregunta Caroline-. Te está llamando otra vez.

-Apaga mi celular -le indico-. Y lo hago porque esto es lo mejor para los dos. Así él no tendrá problemas con su hermana Evah y a mí ya no me volverán a molestar.

-Rox...

-Caroline, necesito estar sola -cierro mis ojos y me acomodo en mi cama-. Perdón por ser descortés, pero prefiero descansar. Mañana presentaré mi renuncia.

-Bueno, yo te apoyo en todo lo que decidas -se acerca para besar mi cabeza-. Te veré mañana, si necesitas algo, me llamas.

-Lo haré -menciono y dejo salir más lágrimas.

Estoy a punto de cerrar mis ojos para intentar dormir, pero la puerta de mi departamento es tocada por alguien.

Solo espero que no sea Nick.

Me levanto descalza y recorro mi departamento hasta llegar a la puerta y abrirla.

-Hola, hola -David entra sin ser invitado y viene con una bolsa con comida-. Seguramente esperabas al señor Hansen, pero no, soy yo y vine a prepararte una deliciosa cena.

-¿Caroline te contó lo que pasó? -le pregunto cerrando la puerta y llendo detrás de él.

-Así es, y vine a hacerte compañía.

Me dedica una sonrisa. Lo único que puedo pensar es en lo bueno que es David conmigo. No me merezco tenerlo como amigo.

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Parte narrada por Nickolas Hansen.

Llego al foro en donde recién Catherine había terminado de grabar. La veo revisando su móvil y sonriendo satisfactoriamente.

-No voy a preguntarte porqué lo hiciste -le digo molesto cuando estoy frente a ella, me mira con confusión, pero sigo hablando-. Y tampoco quiero saber cómo te diste cuenta.

-¿De qué...

-No vuelvas a meterte en mi relación con Roxanne, jamás. ¿Entendido? -la señalo advirtiéndole y después me doy media vuelta para salir de ahí.

Camino apresuradamente para buscar a Victoria en su oficina. Voy al elevador y al abrirse las puertas, ella justamente sale acompañada de su secretaria.

-¡Victoria! -digo llamándo su atención-. Necesito hablar contigo, qué bueno que aún no te vas.

-Está bien, sólo esperame un momento, iré a avisarle algo a Evah -señala hacia la oficina de mi hermana y asiento con algo de confusión.

Ellas dos nunca se han llevado bien, no entiendo de qué quiere hablarle.

Victoria se tarda unos pocos minutos dentro de la oficina de Evah y después regresa a mi lado.

-Si quieres yo te llevo a casa -le indico-. Y en el auto hablamos.

-Está bien.