Capítulo 35.

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Parte narrada por Roxanne Bennet.

—No me crees, ¿verdad? —digo antes de relamer mis labios. Suelto un suspiro y echo mi espalda hacia atrás en el sofá.

—No, no —se acomoda a mi lado y acaricia mi cabello—, por supuesto que te creo. ¿Quién dijo lo contrario?

Le he contado todo lo que me dijo Catherine esta mañana, la verdad dudé en que me creyera pero al final lo está haciendo.

—¿De verdad me crees? —lo miro haciendo un gesto de ternura.

—Obviamente sí, cariño —me sonríe—. ¿Cómo no iba a creerle a mi novia?

—Es que, pues Catherine es tu mejor amiga —alzo mis hombros—, pero... Está bien. Gracias por creerme.

—De nada —deja caricias en mi rostro y a la vez también en mi castaña cabellera—. ¿Tenemos que hacer algo, entonces?

—No lo sé, ni siquiera sé si ella es capáz de hacer algo para alejarme de ti —vuelvo a soltar un suspiro y me recargo en mi hombro—. ¿Tú qué crees?

—Mhm... No lo sé —murmura—. Catherine no es la misma desde que me confesó lo que sentía por mí. Después de eso armó todo el rumor de nuestra supuesta relación y después mintió en la entrevista. Ya no sé ni qué pensar respecto a ella.

Me quedo pensando mientras miro un punto fijo en la alfombra.

—Pero de algo sí estoy seguro —susurra cerca de mi oreja—. No voy a permitir que te alejen de mí, bonita.

Le sonrío y después dejo un corto beso en sus labios.

—¿Puedo quedarme esta noche? —me dice y alza sus cejas una y otra vez, me río pero después niego con la cabeza.

—Creo que Caroline viene —hago una mueca—. Pero mañana sí, puedes quedarte.

Hace un mohín y le aprieto las mejillas.

—Oye, quería hablar contigo de lo que arreglé con Evah —pone una mano sobre mi rodilla y deja leves caricias sobre mi piel—. Me dijo que ella iba a invertir en la construcción. Sinceramente eso me pareció algo raro porque no creo que ella tenga tanto dinero como para hacerlo.

—¿Pero le dijiste lo del lavado y los desfalcos? —lo miro, atenta a cada una de sus palabras.

—No, eso no se lo dije —murmura—. De igualmanera, Victoria y Vladimir ya habían hablado con ella y tampoco le mencionaron nada de esto.

—Nick —me aclaro la garganta y lo miro con seriedad—, cambiando un poco el tema. Ya sé que dije que no le diríamos a nadie por ahora de nuestra relación, pero... ¿Qué pasará cuando llegue el momento de decírselo a tu familia?

—Roxanne, no te preocupes por eso ahora —me intenta tranquilizar—. Luego veremos qué pasa, eso no debe angustiarnos en estos momentos.

—Pero... —estoy apunto de reclamarle y exigirle una respuesta pero se inclina hacia mí y deposita un beso en mis labios—. Nickolas...

—Para ti, ton roi...

Carcajeo y vuelve a besarme pero con un poco más de intensidad. Sus labios juegan con los míos y pone su mano derecha en mi nuca para atraerme más a él. ¡Me declaro adicta a sus labios!

—Necesito hacerte mía... —dice con voz suave y continúa besándome cada vez añadiendole más intensidad al beso. Su lengua comienza una lucha con la mía y decido subirme sobre él pasando una pierna a cada costado suyo.

Comienza a bajar sus besos por mi mandíbula y cuello hasta llegar a mis hombros y de ahí baja hasta la abertura del escote de mi vestido.

Siento sus manos acariciar mi cintura y espalda por encima de la tela y después siento que poco a poco baja la cremallera de mi vestido.

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