Parte narrada por Roxanne Bennet.
Tengo miedo de lo que vaya a pasar hoy. Después del video que me mostró Caroline, no puedo estar tranquila.
¿Cómo pude besarme con mi jefe?
¡No, no, no! Seguro él me va a despedir.
Quisiera que esto fuera un sueño.
Cuando veo llegar al jefe, mi corazón se acelera, pienso en que me dirá algo respecto a lo de ayer, pero sólo me dedica una sonrisa en forma de saludo y entra a su oficina.
¿Acaso no se acuerda al igual que yo?
¡Genial!
Mi yo interior baila.
—Al parecer tampoco se acuerda... Pero no creas que te has salvado —Caroline me dice desde su puesto—. Debes decírselo.
—¿Cómo crees, Caroline? —si será loca—. Por mí mejor que no se acuerde. Así no me despide.
—¡Tienes que decírselo, Rox!
—¡Que no!
—Caroline, ven a mi oficina —le ordena su jefa, la señora Evah, ambas entran a la oficina y cierran la puerta.
Ese beso fue un error, estabamos ebrios y por lo tanto ninguno de los dos nos acordamos. Así que, eso debe quedar en el pasado.
Aunque sinceramente desearía acordarme de todo lo que pasó.
Suspiro y voy por un vaso de agua al comedor, bebo la suficiente agua y después pienso en que debería ir con mi jefe e intentar hacer que me diga algo sobre la fiesta.
Tomo otro vaso de agua y lo llevo hasta su oficina.
—Señor —veo que está recargado en la silla y con los lentes oscuros puestos, seguro la resaca que trae es insoportable—, le traje un vaso de agua.
Él se incorpora y me agradece tomando el vaso.
—Justo lo que necesitaba —comienza a beber el agua hasta terminarla por completo.
—¿Qué le pareció la fiesta de ayer? —decido preguntar para sacarle información.
—Muy buena —asiente varias veces—. Me divertí mucho, gracias por la invitación.
Invitación que yo no le envié, sino Caroline desde mi móvil. Esta mañana me lo dijo.
—De nada —sonrío—. ¿Qué le pasó en la mano?
—Uhm... —lo piensa—. La verdad no me acuerdo, no vuelvo a tomar de esa manera.
—¿No se acuerda de nada? —alzo las cejas.
Bueno, al menos yo recuerdo ciertas cosas.
—Nada —niega—, estoy en blanco.
Me desilusiono. Tenía la pequeña esperanza de que él recordara algo sobre nuestro beso.
Pero por otra parte me alegra, porque si se hubiese acordado, seguramente ya no tendría empleo.
—Claro... Yo tampoco recuerdo muchas cosas —concuerdo—. Bien, me retiro.
—Gracias por el agua.
—Con permiso —me giro y salgo de su oficina.
Definitivamente ese beso fue el más desperdiciado de todos los tiempos.
No recordar la sensación me irrita.
Vuelvo a ver el video una y otra vez.
¡¿Por qué no me acuerdo de nada?!
ESTÁS LEYENDO
JEFE
Teen Fiction"Yo no tenía idea que desde que cambiarían mi puesto en el Grupo Hansen, mi vida daría un giro total. ¿Por qué? Porque me quedé con el jefe más insoportable, gruñón, amargado y engreído que jamás había tenido. Y de quién jamás pensé enamorarme." →Ba...