Capítulo 34.

7.3K 358 11
                                    

Parte narrada por Roxanne Bennet.

Termino de teclear en la computadora y reviso si le ha llegado algún correo a la cuenta de Nick. Se supone que Melody me iba a enviar una información que le pidió Vladimir, pero al parecer no ha llegado nada.

—Roxanne —esa voz, esa voz. Regreso al mundo real cuando escucho su estresante voz—. ¿Para qué te quedaste con tu jefe en Nueva York? ¿Qué era lo que tenían que resolver?

—Si me disculpa, es información confidencial de la empresa, no puedo divulgarlo —le respondo a la señorita Catherine.

—Pero es extraño, ¿no te parece? —se coloca frente a mi escritorio y se cruza de brazos—. ¿Por qué no se quedó Victoria, White, Vladimir o su secretaria? ¿Por qué precisamente ustedes dos?

Oh no, me temo que ya se enteró.

—Mhm... —balbuceo con nerviosismo—. Porque... Era necesario que el señor Hansen se quedara.

—Tu nerviosismo hace comprobar mis sospechas —achica sus ojos—. Sólo espero que estés ubicada y que te acuerdes que tú eres una secretaria, nada más.

Quiere aplastarme pero no lo va a lograr.

—Por supuesto que estoy ubicada, señora —le digo y me pongo de pie—. Y además usted no debería decirme todo esto, porque al fin y al cabo usted también está saliendo con, Johan, un secretario, al igual que yo.

Su mirada de superioridad cambia a una mirada de odio hacia mí. Quiere asesinarme y lo puedo presentir.

—Lo conoces —afirma mientras mueve la cabeza—. Dime la verdad Roxanne Bennet —se acerca más para desafiarme—, ustedes se unieron para separarme de Nickolas y tú quedarte con él y con toda su fortuna, ¿verdad?

Lo que piensa me causa gracia.

—Eso no es verdad —digo—. Pero no voy a gastar mi tiempo tratándo de convencerla, porque igual sé que no me va a creer.

—Eres una...

—Cat —Nick aparece interrumpiendo a Catherine y ella se gira para mirarlo—. ¿Qué haces aquí?

—¡Vaya, vaya! ¡El desaparecido!

—Perdón por no contestar tus novecientas veinticuatro llamadas —dice Nick y se coloca también frente a mi escritorio—. Estaba ocupado.

Al pronunciar esa última frase, me mira con media sonrisa.

—¡Te extrañé mucho! —lo abraza para llamar su atención y besa su mejilla sonoramente, dejando rastro de su labial.

Aprieto mis puños y muerdo el interior de mi mejilla.

Lo hace para hacerme enojar, ahora sí la mato.

—Eh... —Nick la aparta un poco y da un paso hacia atrás—. Vamos a mi oficina, ahí hablaremos.

Nick entra primero y deja la puerta abierta para la mujer morena.

—Claro, cariño —recalca esta última palabra y me dedica una sonrisa triunfante.

Mi yo interna está gritando de coraje.

—¿Qué pasó? —Caroline corre hacia mí y susurra—. No me digas que se enteró de lo tuyo con tu jefe.

—Parece que sí, pero no sé cómo.

Vuelvo a mi trabajo tratando de tranquilizarme. Esa mujer lo único que quiere es sacarme de mis casillas para armar un lío contra mí y al final lograr que me despidan. Ni crea que le voy a dar el gusto.

JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora