Capítulo 27.

8.7K 415 29
                                    

Parte narrada por Nickolas Hansen.

—¿Quién era? —Roxanne me pregunta saliendo de la habitación con el cabello atado en una coleta.

—Las maletas —reviso mi móvil cuando ha comenzado a vibrar en mi boslillo y respondo a la llamada de Vladimir—. Hey.

—Nick, ¿ya están dentro?

—Sí, ya estamos dentro, elegimos la 38, ¿ustedes?

—La 32 pero estamos en la recepción, ¿te parece si vamos a comer algo todos? —pregunta—. ¡Morimos de hambre!

—Sí, bajamos enseguida.

—Bien.

Cuelgo y guardo mi móvil en mi bolsillo del jean.

—Iremos a comer —le aviso a Roxanne. Miro que chasquea la lengua y se cruza de brazos.

—¿Iremos?

Me río—. De acuerdo, ¿quieres ir a acompañarnos a comer algo?

—Mucho mejor —me guiña un ojo—. Sí, acepto, jefe.

Recalca la última palabra, como queriendo decir que sólo soy eso para ella. Mmh, claro. Sólo soy su jefe.

Esto me pasa por confiarme demasiado. Ella en ningún momento me ha dado una señal de que siente lo mismo por mí.

¡Pero claro! Obviamente no va te va a dar señales porque tú ni siquiera le has dicho lo que sientes. ¡Uff, Nickolas, uff!

Pero bueno, al menos yo pensé que desde ayer algo cambió entre nosotros. No entiendo, ¿ella no lo notó? ¡Debió haber notado que ya no sólo hablamos como secretaria y jefe! Además, hemos estado a punto de besarnos y ella no me ha alejado, ¿entonces eso qué significa?

¡Uhg, Roxanne Bennet! ¡Me estás volviendo loco!

—¿Señor Nickolas? —su voz me saca de mis pensamientos—. ¿No vamos a ir?

Está en la puerta de la suite, esperando por mí.

—Sí, claro —comienzo a caminar detrás de ella y cierro la puerta después de que hayamos salido.

Bajamos por el elevador en completo silencio, ella no dice nada al igual que yo.

Aún estoy pensativo por todo esto. ¿Qué debería hacer? ¿Esperar a que me haga su declaración de amor? ¿Y si no lo hace porque no lo siente? ¡Ufff!

No creí que esto de enamorarme sería tan complicado.






Hace un tiempo, Victoria y el señor White habían firmado un contrato en el que The New York Times Company se comprometía a ayudarnos a extendernos hacia el este de los Estados Unidos, y nosotros los ayudaríamos a extenderse hacia el oeste. Así formaríamos un tipo de alianza con ellos, es por eso que estamos aquí.

La puerta de la sala se abre y entran por ella, el director ejecutivo y otros tres hombres más.

Toman asiento frente a nosotros y nos miran con seriedad.

Uhm, bueno, algo anda mal, ni siquiera nos saludaron.

—Señores —Vladimir comienza a hablar—. Soy Vladimir Peterson, encargado de la tesorería y publicidad de nuestra compañía. Tengo una gran propuesta para que la publicidad beneficie a las dos empresas al mismo tiempo y que se reduzca la competencia.

JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora