JEFE

Capítulo 48.

Parte narrada por Nickolas Hansen.

Todo estaba más que preparado, nada podría arruinar la grandiosa sorpresa que tengo para Rox. Hace unos minutos recibí un mensaje de parte de Valentine, me dijo que ambas ya estaban afuera, esperando.

El lugar que contratamos es un jardín, totalmente decorado con rosas, velas y hasta una fogata en medio de todo. Las únicas personas que se encontraban, eran los cocineros y los meseros que servirían la comida. Reviso todo con la vista y al ver todo en orden, camino hasta la entrada al jardín.

Me froto las manos nervioso cuando veo a Roxanne de pie, lleva los ojos vendados, y un vestido rojo que le queda muy bien, justo a la medida y resaltando cada una de sus curvas.

Suelto un supiro, ¡oh por Dios, es hermosa!

—Da un paso hacia el frente, Rox —avisa Valentine para que mi novia se acerque a mí y así lo hace.

—¿Ya me puedo quitar esto? —se queja—. ¡Quiero ver en dónde estamos!

Valentine se aleja de nosotros y camina hacia el auto, dejándonos finalmente sólos.

—Hola —murmuro—, estás muy hermosa.

—Nick, ¿qué hacemos aquí y por qué tengo esto en los ojos? —pregunta desesperada por saber—. ¡Dímelo!

—Tranquila, ¿sí? En un momento sabrás todo.

—¿Puedo quitarme la venda? —pregunta—. Necesito ver tu guapura.

—Lo siento cariño, pero tendrás que esperar —me río y tomo su mano para adentrarnos juntos al jardín—. Todo esto lo estuve pensando desde hace tiempo y Valentine me ayudó a organizar todo, espero que en realidad te guste.

—Estoy muy emocionada —dice soltando un gritito—. ¡Y ansiosa! ¡Ya, por favor! ¿Puedo quitármela?

—Espera un poco más —insisto—, no puedo con tu terquedad y nunca podré con ella.

—Perdón si te molesto —hace un mohín—. ¿Ya?

—No —aviso y sigo guiándola hasta estar un tanto cerca de la fogata—. Espera un momento, yo te diré cuando puedes quitártela.

Suelto su mano y me aclaro la garganta.

—Mi reina, quiero decirte que estoy realmente agradecido con Dios y con la vida por ponerte en mi camino —comienzo a decir y a la vez saco la cajita que guardo en mi bolsillo del pantalón—. Desde que te conocí algo en mi vida cambió, ya no tenía esa aburrida vida de millonario, era totalmente diferente, habían risas, pláticas divertidas e incluso discusiones que me hacían cada día conocerte más. Y te agradezco por ello. Te agradezco hasta por cada mínimo momento que pasamos...

—Nick —me interrumpe—, ¿por qué estás diciendo todo esto? Me suena como una despedida, ¿sucede algo?

—En absoluto es una despedida —susurro cerca de ella y le quito con cuidado la venda de los ojos—, es todo lo contrario.

—¿Qué quieres decir?

—Quiero decirte que te quiero.

—Yo también te quiero —murmura—, pero no entiendo, ¿a qué quieres llegar? —mira todo a su alrededor y se sorprende—, ¡woah! ¡Está hermoso!

—Me enseñaste a decir lo que siento y pienso —escondo la cajita negra detrás de mi espalda y ella me mira—, me enseñaste a amar. Y te juro que jamás imaginé amar a alguien como te amo a ti.

—Me vas a hacer llorar...

—Te amo demasiado, Roxanne. Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde proviene tanto amor —tomo aire y me preparo para decir la propuesta, estoy nervioso pero emocionado a la vez, y ¡estoy muy feliz!