Capítulo 42.

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Parte narrada por Nickolas Hansen.

Me topo con Evah al salir del elevador, decidí venir para hablar con el detective Watson, el encargado de la investigación, y hacer que me explique todo.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta con un tono indiferente—. Creí que no volverías a pisar la empresa.

—No te importa lo que vengo a hacer —murmuro—. ¿O sí?

—Nickolas...

—No tengo tiempo Evah, así que quítate de mi camino —hago una seña con mi mano y ella indignada se mueve—. ¡Ah! Y quiero hablar contigo llegando a casa.

—Me voy a regresar a mi casa, lo siento —dice. ¡Vaya, vaya! Hasta que se da cuenta que tiene un hogar qué atender.

—Pues vas a la casa, porque no hay lugar más seguro que hablarlo ahí —le aviso y paso de ella para ir hacia la oficina del detective.

Camino saludando a varias personas y esquivando a otras, llego hasta la oficina del señor Watson y toco antes de abrir.

—Adelante señor Hansen —me dice cuando he asomado mi cabeza—. Tome asiento, ¿qué se le ofrece?

—Vine para que me expliques lo del lavado de dinero —murmuro mientras me siento—. Y cómo es que llegaron a la conclusión de que Evah es la responsable.

—Claro —asiente y saca una carpeta de uno de los cajones de su escritorio—. Como ustedes investigaron, se dieron cuenta de que alguien estaba lavando dinero en la empresa porque las cantidades no coincidían con las ventas realizadas en algunos meses. Pedimos un poco más de información en el departamento de administración, pero la mujer nos dijo que nadie sabía de dónde había provenido todo ese dinero, y que después fue retirado.

—El dinero fue retirado de más, ¿cierto?

—Cierto. Es por eso que hacía falta una gran cantidad de dinero —asiente—. Sinceramente no creímos que alguien más de administración supiera algo, por lo que decidimos llevar nuestra investigación hacia el departamento de finanzas. Lamentablemente de ahí no obtuvimos casi nada de información, pero estabamos seguros de que alguien de allí ayudó para que todo esto se hiciera.

—Claro, claro.

—El punto es que, realizamos varias investigaciones y después nos permitieron revisar cámaras de seguridad —suspira—, eso fue algo cansado porque no sabíamos exactamente el día en que fueron realizados los fraudes y tuvimos que revisar todos los videos de seguridad de los meses en que se veía el aumento en las cantidades.

—¿Y? ¿De ahí qué? —tenía una mínima esperanza de que me dijera que Evah no era la resposable.

—Bueno, encontramos un video en el que su hermana Evah llega a la empresa, con una gran maleta y se encuentra con John Lawson, él es un empleado que se encarga de las finanzas, y bueno... —hace una mueca—, estamos cien por ciento seguros de esto porque claramente se muestra en el video cómo se encargan de acomodar todo el dinero en los estantes en donde se encuentran las demás finanzas.

—Uff... No puede ser —muerdo el interior de mi mejilla.

—No pudimos encontrar ningún otro video porque nos dimos cuenta que justamente había videos de seguridad, de varios meses, borrados —explica—. Quizá eso también tenga algo qué ver.

—Está bien... —hablo poniéndome en pie—. Muchas gracias Watson. ¿Tienes todas las pruebas archivadas?

—Las tengo todas preparadas —afirma—, usted nos dice si procedemos o si dejamos que la empresa siga involucrada en esto.

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