Parte narrada por Roxanne Bennet.
Subo al auto del señor Nickolas y le doy los buenos días, él me responde y arranca enseguida.
—El plan es que dejes esto en la habitación del señor Henrik —me extiende un sobre amarillo—. Pero no debes dejar que te vean. Debes ser invisible, ¿de acuerdo?
—Sí, señor.
—El sobre contiene dinero y una nota. Lo único que tienes que hacer, es entrar y dejar el sobre en la camilla —murmura—. Y también necesito que averigües si ese hombre está fuera de peligro, y si necesita más dinero, se lo daremos.
Lo miro con una pequeña sonrisa en mi rostro.
Qué gran hombre es el señor Hansen.
¡Y yo que pensé que era soberbio y tacaño! Definitivamente tenía un mal concepto de él y me falta muchísimo por conocer.
Llegamos al hospital y se aparca. Bajamos juntos y entramos al gran edificio, yo estoy nerviosa por si alguien me descubre y él está nervioso por mí, por si yo lograré hacer esto.
—Me quedaré aquí —menciona y se detiene en medio del pasillo—. Ve arriba y has lo que te he pedido.
—Claro, usted no se preocupe. Déjelo todo en mis manos —asiento y me marcho de su lado. Llevo el sobre en mi bolso para que nadie me vea y camino normal hacia el elevador.
Sólo trata de hacerte pasar por un familiar más.
Subo hasta el tercer piso, y busco la habitación que visité ayer. Agradezco porque no hay nadie en ella y reviso rápidamente el estado de salud del hombre en un expediente que está cerca de su camilla.
Para la realización de la operación del paciente Henrik Jonas:
Se necesitan urgentemente donantes de sangre "O" negativo.
Estado: Crítico.
Saco el sobre de mi bolso y lo pongo en su camilla.
—¿Cómo es posible que no tenga lugar en el quirófano? ¿Entonces cómo hará la operación? —escucho una voz femenina fuera de la habitación. Cierro los ojos y maldigo en un susurro.
—Señora, necesitamos esperar al menos dos semanas para hacerle la operación a su esposo —ahora escucho una voz varonil que supongo que es del doctor que atiende al hombre.
—¿Y no hay otra opción? —pregunta desesperada.
Miro a todos lados y busco una manera de esconderme.
¡Carajo!
Veo una puerta trasera, giro la perilla pero no se abre. ¡Maldita sea!
—Sí, la otra opción es que pague un quirófano privado —responde el doctor.
Alguien quita el seguro de la puerta trasera, por el otro lado, pero no sé quién es. Quizá alguna enfermera o personal que trabaje aquí.
Para mi suerte, escucho que la persona se aleja de ahí y justo cuando escucho que poco a poco la puerta de la habitación se abre, yo salgo por la puerta trasera y cierro enseguida.
Suspiro aliviada, pero no del todo, corro lejos de la habitación por el pasillo balcón.
¡Dios mío! ¡Eso estuvo muy cerca!
Toco mi pecho y siento mi corazón palpitar al mil por hora.
Giro hacia la izquierda y veo las escaleras, pero decido entrar por una puerta de cristal y tomar el elevador; además de que el jefe me espera adentro, yo estoy muy cansada de correr por todo el balcón con estos tacones.
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JEFE
Teen Fiction"Yo no tenía idea que desde que cambiarían mi puesto en el Grupo Hansen, mi vida daría un giro total. ¿Por qué? Porque me quedé con el jefe más insoportable, gruñón, amargado y engreído que jamás había tenido. Y de quién jamás pensé enamorarme." →Ba...