CAPÍTULO 22

1.5K 117 15
                                    

DEREK

Cuando somos niños, deseamos con toda nuestra alma crecer y hacer cosas de adulto, ir a la universidad, trabajar. Nos pasamos la infancia completa jugando a ser doctores, profesores, hombres de negocios, entre otras pero cuando llega la hora de la verdad, cuando estás a puertas de entrar a estudiar lo que harás durante toda tu vida, eso ya no es tan divertido. Dejas de creer que es genial crecer y te preguntas en qué estabas pensando cuando era lo único que querías hacer.

No me siento preparado para ir a la universidad, ¿por qué con dieciocho años voy a tener una idea clara de lo que quiero dedicarme hasta que me muera? Por más grande que te parezca una persona con dieciocho años cuando eres un niño, la verdad es que a esa edad todavía seguimos siendo inmaduros, no estamos preparados para tomar decisiones tan importantes, o al menos yo no lo estoy.

Mamá, mis dos hermanas y Julie me vienen a dejar al aeropuerto, con Ayden nos iremos una semana a Nueva York a una feria de universidades aunque ambos sabemos muy bien a dónde iremos y ya enviamos una solicitud apenas empezaron a recibirlas. Crecimos sabiendo que ese día llegaría, que ambos entraríamos a la escuela de negocios de la Universidad de Columbia en Nueva York, viviríamos juntos y nos pasaríamos de fiesta en fiesta disfrutando de los que dicen, son los mejores años de tu vida.

Cuando teníamos quince años, soñábamos con todo eso, pensábamos que nos lloverían las chicas y que eso iba a ser lo mejor pero ahora eso ya no me atrae en absoluto. Estar en Nueva York, significa estar a casi catorce horas de distancia de Nashville, catorce horas de distancia de Julie, ¿cómo se supone que soporte cuatro años lejos de ella? ¿Qué pasa si esos cuatro años se convierten en cinco? ¿Seis? ¿Siete? ¿Nuestra relación resistirá siquiera el primer año separados?

—Es solo una semana, Der —me tranquiliza Julie cuando Shelley lleva a mamá y a Ginny a una tienda de regalos para darnos un espacio a mi novia y a mí. Apoya su mano con delicadeza y yo cierro los ojos—. No te darás cuenta y ya estarás de vuelta.

—Lo sé, es solo que quisiera que vinieras conmigo.

—¿Y qué haría yo en medio de todos esos cerebritos?

—Tú eres más cerebrito que cualquiera.

—¿Impresiónalos, sí? Que sepan el favor que le está haciendo Derek Archibald al elegir su universidad.

—No hagas que se le suban más los humos a la cabeza, Jul —nos interrumpe Ayden, quien está abrazando a su novia Hannah por la espalda—. No lo soportaría una semana.

—Aquí el del ego enorme eres tú, amigo mío —me defiendo y todos nos reímos.

Tomo a Julie de la mano y la llevo a una esquina apartada, miro hacia todos lados para asegurarme de que nadie nos está mirando y luego acerco mis labios a los suyos. Sé que pasé casi toda mi vida sin poder besarla, pero ahora que lo hago todos los días no sé cómo soportaré estar una semana sin hacerlo.

—Te quiero —susurra en mi boca mientras el cerebro se me comienza a convertir en papilla.

—Yo también te quiero, te traeré una de esas bolas de nieve que tanto te gustan.

—La estaré esperando.

—¿Y a mí no?

—Claro, son un pack unido.

—Será mejor que volvamos, Shelley no logrará retener a mamá mucho rato en esa tienda.

Asiente y la vuelvo a besar por última vez. No sé por qué se me está haciendo tan difícil, tal vez es porque esto es el principio de nuestra separación. Sí, ahora es solo una semana, pero es una semana que definirá todo y que dará paso a los cuatro siguientes años en que solo nos veremos un par de veces al año. Todo esto es una mierda.

Cuando llegue tu amor (LCA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora