Juliette.
La casa parece estar llena de fantasmas. Todos los que vivimos en ella somos uno esta noche, caminamos por el lugar sin ser realmente conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, sin intercambiar palabras con nadie porque no hay nada que podamos decir ni hacer para atenuar el dolor que estamos sintiendo.
Me quedo con Verónica durante varias horas, la veo dormir ajena a todo esto y me encantaría ser un bebé, no entender lo que está pasando ahora aunque de alguna forma siento que lo sabe, ha estado más inquieta de lo normal desde que llegamos de la clínica, supongo que el ambiente está tan cargado de dolor y muerte que hasta una bebé puede sentirlo. Me seco con brusquedad un par de lágrimas, siempre creí que Ronnie con el hijo de Shelley serían mejores amigos desde pequeños como Derek y yo, soñaba con toda mi alma que mi hermana tuviera a esa persona incondicional a su lado pasara lo que pasara y ahora ya nada de eso es posible. Todos perdimos algo este día.
Le dije a Derek que lo estaría esperando en mi habitación por si quería dormir ahí, no me importaba que mamá lo supiera porque por hoy todo está perdonado y ella sabe que no lo voy a dejar solo, antes que novia fui mejor amiga, lo que significa que nunca me iré de su lado. Me respondió que sí vendría pero que no lo esperara despierta porque probablemente se quedara mucho rato en el patio, no dije nada, cada uno sabe como pasar su dolor.
Me levanto después de pasarme treinta minutos intentando dormir porque sé que ya no podré hacerlo y comienzo a dar vueltas por la casa, igual que un fantasma. Bajo al primer piso y voy a la habitación de mis padres, los escucho hablar en voz baja, probablemente de todo lo que pasó pero no quiero interrumpirlos ni verme envuelta en una conversación dolorosa así que comienzo a caminar nuevamente hacia la cocina. Por la ventana, veo que Derek y Ayden están sentados en las tumbonas frente a la piscina, ambos tienen un vaso en la mano y un cigarro en la otra. Tampoco los interrumpiré a ellos, es un momento íntimo y no me corresponde, además, lo único que quiero hacer ahora es ir a ver si Shelley sigue dormida o si necesita algo.
Vuelvo a subir la escalera y entro a la habitación de mi amiga sin golpear, hace años que no lo hago y hoy no es la excepción, no quería despertarla con el ruido pero enseguida me doy cuenta de que la cama está vacía. Casi toda la habitación está en penumbras y solo me doy cuenta de que Shelley está en el balcón porque la cortina se mueve al estar el ventanal abierto. Me acerco en silencio para no molestarla pero mi corazón se encoge cuando la veo sentada en el suelo, abrazando sus piernas y con la mirada perdida mirando hacia el lugar en donde están Derek y Ayden.
—¿Shell? —pregunto y gira de golpe la cabeza hacia mí, sus mejillas están llenas de lágrimas secas y nuevas. No se molesta en secarlas.
—¿Qué haces aquí?
—Quise venir a ver si seguías dormida —y estabas bien. Pero eso último no lo digo porque ¿cómo podría estar bien?
—No era necesario.
Vuelve a mirar hacia el patio como si yo no existiera pero no me rindo, me siento a su lado, todavía guardando las distancias porque no quiero presionarla y espero. Tal como pensaba, su cabeza cae encima de mi hombro unos minutos después y comienza a sollozar con fuerza, la abrazo con fuerza mientras se aferra a mí como si la vida se le fuera en ello. Intento no llorar, pero es imposible, mi llanto es silencioso pero demuestra que su dolor siempre será el mío también. Nos conocemos hace tanto tiempo que somos como hermanas.
—Sé que muchas veces dije... que no quería... tener un bebé —sus sollozos le impiden hablar de corrido pero espero pacientemente a que termine—, que era un error pero... lo deseaba tanto, Julie —suelta un pequeño grito ahogado lleno de dolor—. Me imaginaba toda una vida juntos, seríamos solo los dos, sería joven aún cuando él se graduara y podríamos vivir experiencias que no todos pueden. Yo no soy así, pero tenía todo un plan de vida con este bebé y ahora... no tengo nada —en esa última frase su voz es casi un susurro—. Lo he perdido todo y no sé qué fue lo que hice mal esta vez. Estoy sola otra vez.
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Cuando llegue tu amor (LCA #1)
Roman pour AdolescentsDerek y Juliette son mejores amigos desde los tres años, comparten todo y no se imaginan la vida separados del otro. A medida que pasan los años, juntos van descubriendo la vida, aprendiendo de sus errores y viviendo experiencias que jamás podrán ol...