CAPÍTULO 33

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Juliette.

Voy por la mitad de un capítulo del libro que estoy leyendo cuando escucho un alboroto en el piso de abajo, algo grave debe ser porque a pesar de estar con audífonos, escucho casi todo perfectamente. Busco mis zapatos y bajo lo más silenciosa que puedo por la escalera pero no soy capaz de avanzar demasiado para no entrometerme así que me quedo apoyada en el marco de la puerta.

No tardo en descubrir la razón de los gritos, Derek descubrió que el padre del bebé de Michelle es Ayden y no deja de gritarle mientras mi amiga le devuelve los gritos entre sollozos.

—¡No puedo creer que me hayas mentido de esa forma, Michelle! ¿Cómo pudiste? —grita Derek fuera de sí, nunca lo había escuchado de esa forma.

—¿Qué está pasando aquí? —interrumpe la señora Archibald pero ninguno de los dos parece escucharla porque se siguen gritarlo.

—¡No era tu maldito problema, Derek! ¡Era el mío!

—¡Era mi mejor amigo, Michelle! Si te acostaste con media ciudad durante años y no te pasó nada, ¿por qué con él sí? ¡¿Por qué mierda no pudiste dejar tus malditos impulsos de lado y buscarte a otro?!

—¡¿Crees que yo planee todo esto?! ¡¿Que estoy feliz de estar embarazada del idiota de tu amigo?! —se toma una pausa para respirar pero la conozco y sé que todavía tiene bastante que decir—. ¡Tú nunca lo podrás entender! ¡Nunca! ¿Sabes por qué? Porque eres demasiado perfecto y un maldito egoísta de mierda como para mirar más allá de tu maldito ombligo, tu pequeño cerebro nunca va a entender cómo mierda me siento.

—¡¿Y cómo mierda te sientes?!

—¡Estoy enamorada de él, imbécil! —su grito suena tan desgarrador que incluso en mí algo se rompe, y puedo apostar a que se escucha por toda la casa.

—¿En qué mundo vives? ¡Despierta, Michelle! Ayden nunca va a dejar a Hannah por ti, menos después de saber el historial que tienes de chico y que conoce bastante bien...

Escucho la bofetada y el silencio sepulcral que viene después hasta que la señora Archibald se hace escuchar de una vez por todas.

—¡Basta los dos! Michelle, no vuelvas a golpear a tu hermano y Derek, no vuelvas a hablarle así a tu hermana.

Los sigue regañando, pero siento que ya he escuchado demasiado, este es un problema familiar que tienen que solucionar entre ellos y por más que adore a esos dos chicos con mi vida, no hay nada que pueda hacer para ayudarlos en estos momentos.

Bajo a la cocina y no me sorprendo al ver a mis padres sentados en dos taburetes y susurrando, no tengo que ser adivina para saber que están al tanto de toda la situación porque los gritos eran demasiado fuertes. Me siento en el taburete vacío al lado de papá y apoyo mi cabeza en su hombro, él me rodea con su brazo libre, el otro lo tiene apoyado en la panza de mamá.

—¿Explotó la bomba? —pregunta mamá y suelta un largo suspiro, estas situaciones no le hacen bien a nadie, estamos todos demasiado involucrados sentimentalmente.

—Iba a hacerlo algún día, era algo que Shelley sabía pero no quería ver.

—Pobre chica, con todo lo que está pasando y ahora esto.

—Se repondrán, no pueden vivir el uno sin el otro, solo es una pelea de hermanos.

—Así que el chico McKenzie —dice papá y ambas lo quedamos mirando con una ceja enarcada—. ¿Qué? Yo no tengo ese sexto sentido que tienen ustedes para el chisme.

—¡Eres más chismoso que las dos juntas, papá!

—No es cierto.

—Es una suerte que Ginny se haya ido a dormir a la casa de Sybille antes de que esto pasara, no necesita escuchar más discusiones —mamá está muy angustiada así que me levanto y la abrazo con fuerza, eso parece aliviarla un poco pero sé que no dejará de darle vueltas a todo esto por varios días.

Cuando llegue tu amor (LCA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora