CAPÍTULO 45

1.2K 114 40
                                    

Juliette

Es un día extraño, está cargado de algo que no logro comprender aunque supongo que es porque Derek debe volver a Nueva York en la tarde. Todavía me pone triste saber que tiene que irse, a pesar de que luego yo también iré a la universidad, todavía faltan siete meses para eso y muchas cosas pueden pasar en siete meses.

De todas formas, no puedo evitar sonreír al pensar en la semana y media que tuvimos para recuperar el tiempo perdido y hablar bien de todo para que no volvamos a tener un discusión tan grande como la última antes de que me mude a Nueva York yo también. De pronto, la idea de estar separados siete meses no resulta tan dolorosa, es mucho mejor que cuando creímos que estaríamos años separados y tomé la estúpida decisión de terminar nuestra relación. Algo que nos provocó dos meses completos de dolor a ambos pero creo que ya está todo perdonado, conversado y... en proceso de ser olvidado.

Bajo a la habitación de mis padres tarareando una canción antigua, voy a buscar a Verónica para pasar un rato con ella pero me detengo justo antes de abrir la puerta cuando escucho un grito de papá. Me quedo extrañada detrás de la puerta, papá nunca ha gritado, ni siquiera cuando lo he visto tan enojado que podría sacarle la cabeza a alguien,. Colton Clarke ante una situación que lo saca de sus casillas siempre toma un largo respiro, cuenta hasta diez —a veces treinta— y luego sigue su camino, no grita, no golpea pero ese tono de voz no puede ser de otra persona. Mamá le grita algo de vuelta pero un ruido en el patio no me deja escuchar lo que dice, al jardinero se le ocurrió cortar el maldito pasto justo ahora. Por más que pego mi oreja a la puerta, es imposible, solo escucho balbuceos.

—... Fue mi primer amor pero no el amor de mi vida, tú lo eres —una vez que ese ruido infernal deja de escucharse, llega a mis oídos la voz de mamá. Ya no está gritando, más bien parece resignada, derrotada—. ¿Qué tengo que hacer para que lo comprendas?

—Deberías haberme dicho la verdad desde un principio... —también suena derrotado. Los gritos terminaron.

No tengo tiempo de analizar esa última parte porque escucho que sus pasos se acercan a la puerta y no quiero que sepan que los estaba escuchando. Salgo corriendo al pasillo cuando escucho el portazo que da papá y finjo que estoy entrando a la cocina por primera vez cuando nos cruzamos.

—¿Estás bien, papá? —se sobresalta al oír mi voz, estaba tan ensimismado que ni siquiera notó que estaba ahí hasta que hablé.

—Sí, sí... estaré en el... campo todo el día. Nos vemos... luego.

Me deja con la siguiente pregunta en la boca porque sale sin siquiera darme un beso en la frente o desordenarme el cabello como siempre hace. Algo malo está pasando con mis papás y necesito saber qué es, así que me acerco nuevamente a la habitación. No me molesto en golpear, solo entro y encuentro a mamá de pie frente a la ventana mirando cómo papá se sube furioso a la camioneta y sale del estacionamiento a toda velocidad.

Me acerco a ella y apoyo una de mis manos en su brazo derecho para llamar su atención, al girarse y mirarme a los ojos, noto la tristeza en ellos. No está llorando pero en algún momento debió hacerlo porque sus ojos están enrojecidos y brillantes.

—¿Mamá? ¿Qué pasa?

—Nada, cariño. No pasa nada.

—Mamá, no soy una niña. Puedes contarme.

—Solo tuvimos una discusión y no te involucraré en ella, todos los matrimonios las tienen y luego las arreglan.

—Ustedes no, ustedes nunca pelean.

—Claro que lo hacemos, amor, es solo que intentamos dejarte fuera siempre. Las peleas de pareja, se solucionan con las parejas, no con los hijos.

Cuando llegue tu amor (LCA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora