Nunca creí que hablando sobre lo que me atormentaba con alguien me quitaría todo el peso que sentía sobre mí, o tal vez es solo que fue con Julie y ella siempre logra hacer que me sienta mejor. Un gran alivio me recorrió entero cuando el último pedazo de esa maldita carta se hizo pedazos, si hubiese sabido eso la hubiese quemado hace mucho tiempo.
Hoy es mi veintiuno de octubre, mi cumpleaños número dieciocho y lo primero que veo al despertar es una sonrisa de Julie que se abalanza encima mío y grita: «¡Feliz cumpleaños!» a todo pulmón. Sonrío yo también y ella se aparta para tomar algo del velador. Deja frente a mí un cupcake, seguramente preparado por ella con una vela encendida y comienza a cantarme la canción típica hasta que soplo para apagar la vela.
—Hay más en la cocina por si quieres.
—Gracias.
La abrazo y luego entran corriendo a la habitación Ginny y Shelley, quienes también se abalanzan sobre mí y me dan sus regalos. Cualquiera podría extrañarse de encontrar a Julie en la cama conmigo, pero mis hermanas están acostumbrada a eso ya que siempre hemos considerado a Julie como parte de la familia.
—¿Ya viste el regalo de papá y mamá? —pregunta Shelley más emocionada que Ginny cuando recibió la muñeca que tanto quería por navidad.
—¿Qué regalo si están de viaje otra vez?
—Deberías asomarte por la ventana.
—¡No! —me levanto de un salto y corro hasta la ventana, doy un grito de felicidad y salgo corriendo de la habitación—. ¡No puede ser!
El piso está frío y yo descalzo, por lo que salgo dando saltitos aunque creo que en parte es por la emoción. Salgo al jardín y me topo frente a frente con el auto de mis sueños, un BMW M3 cabrio negro, último modelo. Creo que me he enamorado otra vez, espero que a Julie no le importe tener que compartir mi corazón de ahora en adelante con esta hermosura.
Mi novia y mis hermanas aparecen por la puerta riéndose, supongo que de mí ya que estoy actuando como un niño pero es que... ¡Guau! De verdad que no puedo creerlo, por primera vez me alegro de que mis padres se olviden de que existo algunas veces y luego sientan culpa. Sé que suena horrible, pero luego de dieciocho años así te acostumbras.
—¡Tengo que probarlo! —exclamo emocionado y Julie suelta una risita.
—Primero deberías vestirte, no creo que te veas muy genial en ese auto y con pijama.
—Tienes razón, iré a darme una ducha y luego te sacaré a dar un paseo —veo a mis hermanas a punto de decir algo y las freno—. No, ustedes no vienen.
—Eres un pésimo hermano.
—Lo sé.
Salgo corriendo hasta la casa y no demoro mucho en estar listo, voy a ver a Julie que me dice que quiere que vayamos a un lugar y que lleve ropa porque nos quedaremos ahí. Me sorprende un poco pero no voy a negarme a tan tentadora oferta.
Me da instrucciones durante todo el camino y yo conduzco disfrutando de todo, el viento agita el cabello de Julie y se lo desordena haciendo que se vea todavía más linda de lo que es. No sé a dónde me lleva pero me encantan las sorpresas así que no pregunto, cualquier cosa que venga de ella será el mejor regalo que me puedan dar.
—Sé que esto no se compara con todos los regalos que me has hecho tú en todos estos años pero espero que disfrutes este día.
—No hay nada que comparar, el hecho de que prepares algo y te preocupes por mí es más que suficiente, no podría pedir más.
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Cuando llegue tu amor (LCA #1)
Ficção AdolescenteDerek y Juliette son mejores amigos desde los tres años, comparten todo y no se imaginan la vida separados del otro. A medida que pasan los años, juntos van descubriendo la vida, aprendiendo de sus errores y viviendo experiencias que jamás podrán ol...