CAPÍTULO 32

1.4K 105 15
                                    

Derek

No hay lugar como el hogar, y todo es todavía mejor porque con Julie estamos mejor que nunca. Pasamos Nochevieja en casa con los padres de Julie y mis hermanas igual que todos los años, solo que esta vez teníamos una invitada especial; mamá. Hace años que no recibía el nuevo año con nosotros, por lo general algún tema de trabajo la obligaba a viajar pero eso no es importante ahora, lo importante es que está aquí y sé que los ojos brillantes y llenos de ilusión de Ginny por eso, son una copia de los míos y de los de Michelle. Los tres heredamos los mismos ojos azul cielo de mamá y con Shelley también su cabello castaño oscuro, Ginny por su parte lo tiene castaño claro como papá antes de que comenzara a encanecer. Me gusta tener esa imagen, a un lado mi familia y al otro la familia de Julie, unidos como siempre ha sido.

Luego de darnos el abrazo de Año Nuevo a medianoche, con Julie tomamos un taxi hacia Skyler ya que daremos una fiesta en el club y vendimos más que quinientas entradas. Mientras estuvimos en Disney, Ayden se quedó como jefe suplente aunque claro, nosotros no administramos todo eso, tengo a una persona de confianza con estudios y capacitada para llevar las cuentas y que no quedemos en bancarrota. Yo solo pongo la firma y soy la cara visible, que fue lo que hizo Ayden esa semana.

—¿Crees que vayan las quinientas personas? —pregunta Julie de camino y yo me encojo de hombros.

—No lo sé, la verdad es que no importa demasiado, las ganancias que tuvimos con solo vender las entradas son más que suficientes. Aunque nos conviene que por lo menos vayan varios y por eso ofrecimos un trago de cortesía a los primeros cien que ingresaran.

—Vamos a tener mucho trabajo.

—Sí, pero si no quieres estar en la barra puedes quedarte conmigo en el despacho —muevo las cejas arriba y abajo de manera insinuante aunque estoy bromeando, ella me golpea el brazo antes de reír.

—Dijimos sin tratos especiales. Además, hoy las chicas van a necesitas más manos que nunca y las propinas estarán buenas, no me lo perdería por nada del mundo.

—¿Por nada del mundo?

—Tal vez pueda ausentarme unos quince minutos en algún momento y cobrarte la palabra —ahora es su turno de lanzarme una mirada insinuante. ¿Qué estará pensando el taxista? Bueno, no importa—. Todo dependerá de cuántas personas debamos atender.

—Tú solo dímelo y cierro las puertas después de la persona número veinte.

—Eres un tonto.

Tira de mi camisa y me planta un beso en los labios, nos perdemos por unos momentos hasta que escuchamos al pobre señor carraspear y avisarnos que llegamos así que nos vemos obligados a separarnos. Le pago y le dejo una buena propina por si trastornamos su mente de alguna manera y nos dirigimos a la entrada.

Joseph, uno de los gorilas de la entrada nos saluda con alegría y le da un abrazo de oso a Julie, ¿quién diría que una persona tan ruda por fuera sea como un osito cariñosito por dentro? Me escapo del abrazo y arrastro a Julie de la mano hasta la barra en la que las chicas ya están corriendo de un lado para otro.

—Feliz año nuevo —les digo en general a modo de saludo y recibo la misma respuesta, sumada de un par de miradas que no sé cómo interpretar a nuestras manos entrelazadas—. ¿Cómo estamos para esta noche?

—El DJ lo estaba buscando, Jefe —me avisa Danna y apunta hacia el hombre que está sobre la tarima enredado entre un par de cables—. Creo que el equipo de sonido no funciona bien.

—¿Cómo dices? ¡Si abriremos en media hora!

—Por eso lo andaba buscando.

Pongo los ojos en blanco y me doy la vuelta para dirigirme a ver qué tipo de problema tiene el DJ aunque no sé qué podría hacer yo para arreglar un equipo de sonido más que darle un par de golpecitos a la antigua. Cuando me estoy alejando, escucho un susurro de parte de Danna.

Cuando llegue tu amor (LCA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora