CAPÍTULO 15.

2K 136 33
                                    

La mañana pasa lentamente y con con eso mi mal humor aumenta. Alissa está como una loca, nos grita a Mateo y a mi por querer ir por nuestro lado. Ninguno de los dos se atreve a decir nada y solo nos limitamos a asentir con la cabeza. No queríamos alterar a Alissa ni a su bebé. A regañadientes nos tocó aceptar ir con Rick, Michonne y Carl.

—Así que más os vale venir de una pieza sino queréis sufrir por mi mal carácter.

—Ya lo hemos entendido, mamá. Haremos lo que diga Rick.

Mateo mentía y ambos lo sabiamos. Pero Alissa pareció quedarse más tranquila tras escuchar a su hijo.

—¿Ya has acabado de actuar como una loca gritona?

Sus ojos verdes me taladran hasta el carnet de identidad y esquivo mi mirada. Ella realmente da miedo, parece poseída por algún demonio.

—¿Me estás llamando loca gritona?
¡¿A mi?!

Paso las manos por mi rostro y suelto un suspiro, cansada de sus gritos me pongo de pie. Estoy lista para salir pero antes quiero despedirme de mi hijo.

—Baja la voz—le hablo seriamente y ella cierra la boca, sabe que ya no estoy de ánimos de soportar sus hormonas revolucionadas. De eso que se encargue Daryl, él fue el responsable de poner un pastel en el horno—ya hemos entendido todas tus indicaciones. Mateo ya no es un crío y sabe lo que hace. Y yo me sé cuidar solita. Ya no te preocupes mujer.

Alissa asiente muy despacio y procede a darme un abrazo. Yo lo acepto y le doy un par de palmaditas.

Mi hijo corre a colgarse de mi cintura y me da un par de besos sobre el abdomen.

—Mami, ¿mi hermanito está ahí dentro?—pregunta lleno de inocencia mi bebé mientras me observa.

—No, mi amor. La tía Alissa lleva a tu primito o primita en su barriga. Yo no estoy embarazada.

Mi hijo frunce el ceño y hace un pequeño puchero. Lo que me causa mucha ternura y termino por cogerlo en brazos.

—Yo quiero ser el hermano mayor—se queja sin dejar de fruncir los labios—así como Carl y Mateo.

Puf. ¿Y ahora qué le digo a Dylan? Ni de coña pienso traer a otro Grimes al mundo. Y no es que la idea me parezca horrible. Sino que es demasiado difícil cargar con un bebé en mi interior. Y viendo por lo que pasó Lori me echa mucho para atrás. Prefiero cuidar el embarazo de Alissa que uno mío. A la mente se me viene la pequeña Judith... al fin y al cabo Rick se ha proclamado como padre, lo que hace que ella sea como la hermanastra de Dylan.

—Puedes ser el hermano mayor de Judith.

—Ella no salido de ti, mami. ¿Cómo puede ser mi hermana?

Carajo.

—Mateo tampoco y es tu hermano, ¿verdad?—mi bebé asiente con la cabeza y espera a que siga resolviendo sus dudas—. Pues es lo mismo, cariño, no hace falta que salgan de mi para que sean tus hermanos.

—Oh...

Le doy varios besos en la mejilla y él los acepta con una gran sonrisa.

—¿Y cuándo habrá una morenita?—pregunta con un deje de burla. Habrá escucha a Alissa mofandose de ese apodo que Rick me había puesto—. Así de preciosa como tú, mami, con tus pequeñitos ojos marrones y el color de tu piel. ¿Algún día habrá alguna hermanita que se parezca a ti?

La ilusión en su pregunta me deja sin habla. Siempre me hizo ilusión tener una niña... ¡No! Ni de coña. Igual siempre me fue difícil poder quedar embarazada, así que punto a mi favor. Razones como esas fueron por las que Rick y yo a veces no usábamos protección. Teníamos asegurado no traer otra criatura al apocalipsis.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora