CAPÍTULO 18.

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—Ella no está aquí, mi amor—murmuro en cuanto veo a Rick con la mirada perdida sobre uno de los túneles exteriores que conectan un bloque a otro.

Ambos estamos en una parte de la prisión, tratando de debatir sobre el tema de Michonne. De un momento a otro parecía no estar en sus cabales. Me agacho a su altura y lo rodeo entre mis brazos, con la dura intención de no llorar junto a él.

—Sh...—lo mezo como si fuera un niño pequeño—todo va a estar bien, tranquilo.

La partida de Lori parece estar yendo peor de lo que me imaginaba.

—Ella está muerta y la sigo viendo...

—Cuando mi hermano murió, lo veía cada día y me aferraba a su recuerdo. Me estaba volviendo loca, estaba sumergida en una especie de oscuridad infinita en la que no parecía haber escapatoria. Hasta que te conocí—su mirada azulada se levanta hacia a mi—después de tanto tiempo me sentía segura y en paz. Llegó el día donde lo dejé ir, me sonrió por ultima vez y se marchó. Eso no quiso decir que lo iba a dejar de querer ni mucho menos iba a olvidarlo. Si tanto quisiste a Lori, dejala marchar, ahora estoy aquí y como ella me hizo prometer: voy a cuidar de ti, Rick.

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Harry Potter y el misterio de donde demonios se ha metido Merle.

—Seguro se la llevó, Daryl—le comunico al cazador en cuanto no veo rastro de Michonne.

—Él sabia que no ibais a cambiar de opinión.

Miro el cuarto de calderas donde según Daryl fue allí donde vio por última vez a su hermano. La mirada de Daryl para en una esquina, donde hay algunas cuerdas y cae de lleno en quién ha sido el responsable de la desaparición de Michonne.

—Voy a ir tras él—le dice Rick.

—Tú no sabes seguir rastros.

—Pues vayamos.

Daryl recae su mirada en mi y responde:

—No, iré solo. Dije que iría y lo haré. Ellos vendrán, tenéis que preparaos.

Antes de que salga por la puerta mi brazo cae sobre su hombro, impidiendo su partida.

—Sabes que ya no puedes correr tantos riesgos, ¿verdad? Las cosas han cambiado ya no vas por libre, tienes responsabilidades.

—Lo sé, Alexa. Volveré.

Con la promesa en su mirada de que volverá a por su familia, se marcha.

—Vamos a prepararnos—hablo tras el tenso silencio—van a venir.

Los pocos que somos en la prisión nos reunimos en el patio que está cerca de nuestro bloque.

—Cuando vi al gobernador, me ofreció un trato. Dijo que nos dejaría en paz si le entregaba a Michonne. Pensé en hacerlo para protegernos.

Nadie es capaz de emitir palabra alguna.

—Luego cambie de idea pero Merle se la ha llevado para cumplir con el trato. Daryl ha ido tras ellos, para intentar detenerlo pero no sé si es demasiado tarde.

Observo a Alissa y en como se acaricia su abdomen. No parece tener buena cara al escuchar que el padre de su bebé se ha marchado sin decirle nada. Sus ojos se cruzan con los míos pero no puedo aguantar la intensidad que me traspasa y termino por mirar a otro lado.

—Fue un error no contaroslo. Y lo siento. Lo que dije el año pasado, la primera noche después de la granja, esto no puede ser así. No puede ser. Lo que hagamos, lo que vayamos a hacer, cómo seamos, no lo decido yo—una pequeña sonrisa de orgullo se cuela sobre mis labios—. No puede ser. No podía sacrificar a uno por el bien común, porque... común significa de todos. Todos hemos conseguido llegar aquí, no solo yo. Es un asunto de vida o muerte y como vivais o como murais no depende de mí. No soy vuestro gobernador. Todos decidiremos si irnos o quedarnos aquí. Lo haremos juntos, votemos. O nos quedamos y peleamos, o nos largamos.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora