CAPÍTULO 17.

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—Promete que vas a cuidarte, por favor.

Rick levanta su bonita mirada azulada de nuestras manos entrelazadas y sonríe ligeramente.

—Soy Rick Grimes, un hombre inteligente.

Le doy un golpe juguetón y termino por darle un beso en los labios. No sabia si era buena idea permitir que él se fuera a reunir con el gobernador para tratar de llegar a un acuerdo de paz. Daryl y Hershel también irían con él.

—Vuelve de una pieza, ¿de acuerdo?

—Lo haré, morenita.

En el comedor improvisado veo como todos divagan después de que ellos se fueran. No tenía ni idea de que hacer, tal vez tuve que ir con ellos. Rick me convenció en no dejar a Merle a solas con Glenn ni Michonne, por lo que me quedé a vigilar para que nadie se matara a golpes.

No pasa mucho tiempo cuando nos ponemos manos a la obra, preparando y recargando las armas que Morgan nos dio. Para así repartirlas por toda la prisión en caso de que haya otro ataque.

Mis ojos se apartan de mi precioso machete y se paran frente a Merle, el cual mete armas—que él no se molestó en conseguirlas—en una mochila.

—Oye, no vas a ir—le dijo Glenn, llegando desde la entrada que da fuera de las celdas.

—No necesito tú permiso.

—No te dejaré.

—No puedes impedirmelo.

—Si vas a vivir con nosotros deberás acatar las ordenes—secunda Maggie.

—Si Michonne puede hacerlo, ¿por qué tú no?—pregunto tras levantarme de mi asiento.

Las cosas parecen calentarse por lo que agradezco que Dylan no esté cerca. Me acerco lentamente hacia él y paro a sus espaldas, donde agarro con fuerza mi machete.

—Porque mi hermano está ahí fuera, por eso—grita tras girarse—. ¿Qué coño os pasa?

—Rick también está fuera—gruño entre dientes—y el padre de Maggie. No por eso nos ponemos como unas locas...

No me deja terminar de hablar cuando se da la vuelta y echa a andar hacia donde está Glenn, en la salida.

—No dejaré que nos pongas en peligro.

—Espabila, chico. ¿Ese tío mete mano a tu chica y tu te acobardas? Quítate de en medio.

—No.

—¡Quita de en medio!

Entre los dos comienza un forcejeo que provoca que rueden por los pequeños escalones. Me tiro encima de Merle e intento hacerle algun tipo de llave con ese movimiento. Michonne le agarra la mano cortada donde tiene un gran cuchillo afilado. Antes de que Maggie también se tire encima un disparo nos hace alarmar. Giro la cabeza, sin apartarme del cuello de Merle, y veo a Beth con un arma en la mano.

La adolescente nos mira mal y se retira. Me separo de Merle ante sus gritos y vuelvo a tomar asiento sobre el banco de metal.

Estoy agotada.

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Estoy en busca de Glenn, porque necesito hablar con él. Como lo hacíamos cuando toda esta mierda comenzó. Giro una de las tantas esquinas de la prisión y me detengo en un lateral al escuchar... ¿gemidos? ¡Son Maggie y Glenn dandose amor! Doy media vuelta sin hacer ruido y trato de que aquella imagen se borre de mi mente para siempre.

Solo lo buscaba para hablar y termino con un trama. Ay, mis ojitos vírgenes.

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Mi marido vuelve enterito y me contengo de comermelo a besos. Algo ha pasado durante la reunión con el gobernador, parece muy serio y decidido. Nos reunimos en nuestro bloque, con las armas listas y esperamos a que de la primera palabra.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora