CAPÍTULO 12.

2.2K 151 18
                                    

Los ojos de Daryl no me muestran absolutamente nada. ¿Qué le pasa? Lleva una mano a su rostro y se la pasa por allí, como si estuviera frustrado. Sus ojos azules no se despegan de los míos y yo tampoco aparto la vista. Se nota la fuerte tensión en el ambiente y Rick lo sabe, por lo que toma mi mano cuando quiero avanzar hacia Daryl.

—No puedo dejar a mi hermano, Alexa, no puedo.

Aferrandome a la mano de mi amor, murmuro llena de coraje:

—¿Y si puedes dejar a tu bebé? ¿Puedes dejar a la mujer que te quiere?

Daryl se frota los ojos y camina lentamente hacia el maletero del coche. Sé que está apunto de romperse, sé que en el fondo está haciendo todo lo posible para no llorar frente a todos.

Pese a todo lo que Merle le hizo a Glenn, él no puede hacer como si su su hermano mayor no existiera. Recordé a mi hermano gemelo, a toda la mierda que aguanté de su parte y estuve a su lado hasta su ultimo aliento. A veces la familia es un completo caos pero sientes la necesidad de estar hasta en los momentos más horribles. O tal vez eso me pasa a mi, por ser una sensible con todo el mundo. Y perdonar hasta lo imperdonable.
Suelto a Rick y me acerco a él para luego susurrarle:

—Le diré que vas a volver—sus ojos captan los míos nuevamente y puedo ver agradecimiento en ellos—pero tienes que volver antes de que acabe la semana, ¿de acuerdo? Yo cuidaré de ella mientras tu estés fuera. Arregla lo que tengas con tu hermano, buscale un sitio seguro... y después regresa a Alissa, a por tu bebé y hasta por Mateo.

Y cuando menos lo espero sus grandes brazos me envuelven, apretandome contra su pecho. Le devuelvo el abrazo y le doy varios golpecitos en su espalda.

—Volveré; a por mi familia.

Al separarme de él, volvemos a la misma cara seria como si nunca hubiéramos dicho aquello. Supongo que sería un secreto entre los dos. Y está bien, él va a volver, ¿verdad? Daryl me dice un par de cosas más para después decirle a Rick que cuide de sus hijos y el resto de la prisión. Mi hombre le mira bastante decepcionado al igual que Maggie y Glenn. Pero yo solo sé la verdad.

Me da una ultima mirada, donde veo varias promesas pendientes y se marcha en compañía de su hermano. El último mencionado parece aliviado por la elección del cazador. Glenn le dice que haga algo para pararle, pero él sabe que es imposible hacerle cambiar de opinión. Finalmente Rick con voz dura le comunica a Michonne que en cuanto la cosan tendrá que dejar la prisión.

Cuando todos suben al vehículo; Rick coge mi mano e impide que suba al asiento del copiloto. Posa sus manos sobre mis mejillas y las acaricia.

—¿Estás bien?—pregunta, sin dejar de examinarme con esos bonitos ojos que tanto me gustan.

—Sí, ¿y tú?

—Si tu estás bien, yo también lo estoy.

Le sonrío lo mejor que puedo y acaricio su pelo, que sigue más rizado que nunca y me encanta pasar mis dedos por ahí. Ambos nos mentimos nuevamente, solo por no preocupar al otro. Y estaba bien, a veces las mentiras nos dejaban alguna especie de tranquilidad. Pero solo era algo momentáneo, después de todo las mentiras por mas que querramos no iban a desaparecer. Tampoco quería sacar el tema de Lori, no ahora cuando todo parece irse al demonio. Solo quería que Rick estuviera bien pero ahora mismo eso no era posible.

Lo que más me preocupaba era la seguridad de los niños. ¿El tal gobernador sería capaz de intentar algo contra nosotros? ¿Comenzar alguna especie de guerra? No quería ni imaginar de lo que sería capaz ese hombre y me esperaba hasta lo peor. Con tan solo ver el espectáculo que quisieron dar a los demás habitantes entre los hermanos Dixon, sabia que el jodido gobernador no se anda con tonterías.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora