CAPÍTULO 37.

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Al día siguiente me reúno con el resto como si nada pasara, pues el doctor que hay en este lugar me recomendó mantener reposo hasta que me recuperara por completo

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Al día siguiente me reúno con el resto como si nada pasara, pues el doctor que hay en este lugar me recomendó mantener reposo hasta que me recuperara por completo. Aún tenía en mente hablar con Rosita y Eugene, realmente quería molerlos a golpes hasta que mi rabia desapareciera, pero poco iba a hacer en mi estado. Lo más probable es que en media pelea mi herida volviese a abrirse y se infectase, lo cual sería un caos. Así que guardaría silencio mientras tanto.

Dylan me abraza con cuidado y no hace comentarios fuera de lugar, se limita a comportarse como siempre... pero ese mar azulado en sus ojos me dice que algo me oculta. Pese a que Rick haya hablado con él sobre actuar como un niño de su edad, me temo que eso no puede ser posible y no tengo ni idea de como manejar esa situación.

—Nos han repartido trabajos—comenta Glenn mientras da un sorbo a su taza con café—. De momento estás de baja así que mas adelante te pondrán en algún lugar.

Asiento algo extrañada por la mención de encargarnos trabajo y hago una mueca de asco al oler la comida que entra por la ventana. He comido por obligación porque no tengo apetito debido al dolor y las medicinas no hacen mucho efecto.

Veo a la mayoría salir de la casa y me remuevo incomoda en el sofá.

—Cuídate, nos vemos luego. Tengo que salir a buscar provisiones con otros residentes—me informa Glenn y me da un beso en la frente, le miro interrogante—. Tenemos que colaborar si queremos quedarnos aquí. Necesitamos un lugar estable, Alexa.

—Yo... ten cuidado, Glenn.

—Siempre vuelvo, recuérdalo.

Nos sonreímos y le veo salir en compañía de su novia.

—Vamos a dar una vuelta para conocer a los vecinos—comenta Alissa, sonrío al verla con ese vestido de flores que resalta su pequeña barriga—tenemos que ser amables y aparentar que estamos agusto. Vamos, niños.

Dylan se despide y sale con Mateo, Carl y Judith. Cuando me quedo a solas con Rick doy un largo suspiro.

—¿Es necesario que nos hayan quitado las armas? ¿Podemos confiar en esta gente?

Rick se siente a mi lado y entrelaza sus dedos con los míos. Le miro de reojo y puedo capturar la inseguridad en su mirada. Me hago la distraída y alago lo bien que se sin barba, también el corte de pelo que le hice apenas me levante.

—Debemos hacerlo—contesta sin muchas ganas—los demás quieren quedarse, parece seguro. Pero debemos enseñar a esta gente que el hecho de que hayan muros no les asegura seguridad, tarde o temprano los caminantes entrarán y ellos no van a estar preparados. Incluso debemos temer de los vivos, son más peligrosos. Por el momento debemos mantener las apariencias y actuar como ellos quieren, porque necesitamos un lugar para los niños y Alissa.

—Podemos fingir—le aseguro con una sonrisa ladeada—si es por nuestra familia haremos lo que sea para estar en este lugar y sino les tendremos que obligar a aceptarnos, ya no estoy para juegos. Solo quiero que Alissa pueda tener un parto tranquilo y que los niños tengan la tranquilidad al dormir. Necesito que esto funcione, amor. Ya estoy cansada de correr y huir... Solo pido un momento de paz después de tanto caos.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora