CAPÍTULO 48.

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—¿Estás segura de que no quieres venir?—vuelve a preguntar por tercera vez.

Salgo de nuestra habitación y saludo a Aaron, quién espera a Rick en el pasillo, este se retira hacia la planta baja para darnos privacidad.

—Tardaremos unos días en buscar provisiones.

—Estaré aquí cuando vuelvas. Sabes que no puedo salir sabiendo que pueden venir de sorpresa.

—Lo entiendo.

Omito la pequeña disputa entre Rick y Carl por seguir obedeciendo a los salvadores, y le deseo suerte en la búsqueda.

Cuando me da la espalda una sensación extraña se instala en mi pecho.

—Te amo, Rick, ten cuidado.

Rick se gira y acorta la distancia entre los dos, fundiendo nuestros brazos. Me relajo con su cercanía y le pido disculpas por si en algún momento lo hice sentir mal.

Finalmente nos besamos y prometemos volver a estar juntos. No quería pensar en el peligro que correrían fuera, aunque de momento no había nada más peligroso que Negan.

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Me muevo sobre el edredón de manera incomoda y trato de encontrar una posición cómoda. Dormir sin Rick no me agrada, se siente un gran vacío al otro lado y realmente lo extraño.

Mis ojos se clavan en el techo y trato de ordenar mis pensamientos. Según tengo entendido Michonne saldría a vagar por las calles en busca del lugar que viven los salvadores, y Sasha nos había dicho que Eugene le haría balas con lo poco que teníamos. No queríamos matar a todos los salvadores, sabíamos que algunos estaban en contra de su voluntad, por lo que era suficiente deshacernos de Negan.

Ya había hablado de ese tema con Mateo, porque no quería que me odiara por tener la intención y decisión de matar a su padre. Pero Mateo me aseguró que tan solo era un desconocido en su vida, y que dejó de considerarlo padre desde que le abandonó. Con Alissa era otro cantar, exigía ayudar con la lucha y salvar a Daryl lo antes posible.

Y es por eso que estaba tratando de hacer las cosas con pocas personas, no pretendía poner en peligro a nadie.

Por mucho que quisiera incluir a Alissa en los planes, era demasiado arriesgado que la vieran. Así que debía seguir escondiéndose con los niños.

—¿Y qué pasa si mueres?—pregunto a la nada—. Bueno, al menos les habré dado la libertad a los míos.

Me giro para alcanzar la almohada de Rick y la atraigo hacia mi pecho e inhalo su aroma. No me da miedo morir, me da miedo no poder ver a mi familia nunca más. ¿Qué hay después de la muerte?

Y con pensamientos tristes, consigo quedarme dormida.

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Observo los ojitos claros de Cherry y la meneo entre mis brazos, la cría parece no querer dormir y se dedica a jalar mi corta melena.

—Solo ha podido hacer una bala—exclama Alissa, derrotada, y se desploma sobre el sofá de su salón—. ¿Qué hacemos con eso? Es imposible iniciar algo contra toda esa gente.

Camino por el salón y observo el cuadro que tienen en una de las paredes, un dibujo de la familia Dean Dixon garabateado por Judith. Me quedo mirando aquel cuadro por un buen rato y hago oídos sordos a lo demás. Que bonito dibuja mi niña.

—¡Alexa, escuchame!

Cherry y yo la miramos atentas, a la espera de que siga divagando sobre planes imposibles de realizar sin munición suficiente.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora