CAPÍTULO 40.

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Me tumbo en la cama después de haberme dado una larga ducha

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Me tumbo en la cama después de haberme dado una larga ducha. Tenía hasta el alma agotada y me resultaba difícil conciliar el sueño por pensar en mis amigos. ¿Dónde estarían?

—Alissa tiene miedo, no sabe donde puedan estar Mateo y Daryl.

Rick se remueve sobre la cama y busca mis manos. Por petición mía le pedí que dejaramos una vela encendida porque me aterraba ver la oscuridad total, habíamos repetido ese patrón desde que llegamos a Alexandria. Mas que nada era para ver el reflejo de cualquier persona que entrara en la habitación o husmeara por la ventana, quería sentirme segura en mi habitación.

—Y Ally se ha ido con Enid—termino por decir entre suspiros—. Carl me pidió salir a buscarlas, pero es peligroso. Siento que soy un fracaso de madre. ¿Por qué no corro a buscar a mi hija? Antes iba a salir con Maggie en busca de Glenn, estaba dispuesta a correr fuera sin ningún plan en mente... pero hace apenas unos minutos vi a Dylan durmiendo con Judith—comento con la voz entre cortada, apunto de echarme a llorar por el cúmulo de emociones en tan pocas horas—y una vocecita en mi cabeza me dijo que me detuviera por un instante, porque necesito proteger a mis otros hijos. No sé si suena egoísta, pero no puedo estar en todos lados y no sé como ser la madre de Ally. Prácticamente soy una desconocida para ella y no confía en mí, por eso se ha ido en medio de todo el caos de esta tarde.

—Ven aquí, amor.

Rick sabe como calmar mi ansiedad y no tarda en hacer efecto su abrazo. Me aferro a su cintura y escondo la cabeza entre su cuello.

—No eres una mala madre—susurra con voz calmada—y es verdad que no puedes estar en todas partes, sé que es una situación difícil; elegir con quién estar. ¿Es eso? ¿Te sientes culpable porque tienes que elegir entre Dylan y Ally? 

Asiento entre lagrimas.

—Quiero estar para los dos, pero no sé como. ¿Y si salgo sin un plan? Puede que ni la encuentre y ni siquiera regrese. Me esta carcomiendo la cabeza saber que está en peligro allí fuera. ¿Por qué se fue sin decirme nada? Solo trato de entender por qué no deja que la proteja, es mi deber. Le debo todo, no la cuide desde que nació y ahora...

—No te eches la culpa. Cuando ella nació no estabas en las condiciones de luchar ni defenderte, eres una víctima y no tienes por qué cargar con esa culpa.

—¿Y qué pasa si ese bastardo le hizo algo a medida que crecía?—preguntó en un sollozo desgarrador, imaginando a Ally en situaciones horribles—. Por eso no confía. A él le gustaban las niñas, y era su hija... yo... no creo que Alex la haya protegido, ni siquiera me protegió a mi cuando lo necesitaba. ¿Quién va a decir que Ally no fue también otra víctima?

—Lo siento mucho, mi amor, siento mucho que hayas pasado por eso tú sola. No puedo decirte que lo olvides, porque es cruel y no quiero hacer de menos tus sentimientos. Cada persona sana sus heridas de diferente manera, a su ritmo. Seguro que Ally y Enid saben defenderse, mientras tanto vamos a pensar en un plan para poder alejar a los caminantes de los muros. Sin ellos en nuestro camino tenemos vía libre para ir a buscarlas. Y te lo repito, no eres una mala madre. Solo date tu tiempo para comprender que la hija que separaron de tu lado apenas nació, tiene una historia diferente en su cabeza. Pero si quieres contarle la verdad, hazlo, siempre que te sientas preparada.

La otra familia: vuelve a mí. [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora