Parte 46

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Claro que no esperé nada de él, pero pudo decepcionarme sin siquiera esforzarse. Tuve que tragarme el nudo y continuar con lo que me quedaba por hacer, ya sea... solo irme.

Salí de la habitación, caminé por el pasillo y llegué al marco dando a la cocina, me recargué en este mirando a la señora Kim quien se encontraba frente a la estufa cocinando quien sabe qué.

-Me iré ahora, gracias por recibirme y ... lamento haber sido grosera.-

-Oh, pero no puedes irte.- dijo. -¿Qué hay de la cena?-

No pude hacer más que sonreír con pena. -Tal vez otro día podemos almorzar las dos juntas. Tengo que ir a buscar mi auto.-

-Pero, Jae Bi, está nevando.-

-¿Qué?- ¡genial! -¿Más nieve?- corrí a la ventana de la estancia. La señora Kim se acercó a hacer lo mismo a mi lado.

-¿No lo previste? Llama a tus padres.-

Vaya injusticia, se supone que ya me despedí de Taehyung. ¿Qué se cree el mundo al jugar conmigo así? ¿Quiere que me arrepienta de lo que dije? Ni siquiera mentí.

-¿Taehyung?-

Taehyung salió de su habitación, le vi cruzar el corredor, pero tuve que restarle importancia, al menos eso intenté. Llamé a mamá en lo que la señora Kim volvía a la cocina, en lo que yo me resignaba a quedarme en esa casa, maldita sea. Así de rápido cambian los planes, así de rápido el universo no me deja largarme de esa casa. Nieve traicionera.

-La nieve sí es un problema.- gruñí por bajo. -Pero creo que lo intentaré, quiero decir, solo es nieve.-

La mujer no estuvo de acuerdo conmigo, pero tampoco hizo gran cosa para detenerme. Caminé a la entrada mientras volvía a ponerme el abrigo. No alcancé a ponerme los zapatos ya que tremenda cosa en la entrada me hizo detener de golpe. Taehyung se encontraba sentado en el suelo, recargado en la puerta, obstruyendo, por supuesto, mi salida. No tenía buena cara, siempre hay que aclarar eso. Tenía la cabeza baja pero estaba muy atento en mirarme de esa manera como si deseara mi muerte.

-¿Qué estás haciendo?- le pregunto con tono autoritario, cruzando los brazos haciéndole saber que esto no me llegaba en nada. Pero me llegaba, maldita sea. -Muévete.-

No movió siquiera un mísero músculo.

Seguimos con la batalla de miradas hasta que sentenció su decisión de quedarse ahí al abrazar sus rodillas.

-Taehyung, bien sabes que soy igual de terca que tú, insistiré. Y si hay manera de llegar a la fuerza, sabes que lo haré.-

Nada aún.

Tuve que acuclillarme para estar a su altura. -Con que ahora sí me miras a los ojos, ¿no? ¿A qué estamos jugando entonces?-

Yo tenía los ojos casi al borde del llanto, esperaba que ese tonto no lo notara, pero claro que tenían que notarse mis ojos rojos y nariz roja. Juro que vi a Taehyung fruncir las cejas un micro segundo, con ese gesto de preocupación, pero él se esforzó en parecer enojado por completo. ¿Qué es exactamente lo que piensa cuando me ve así ahora que terminé con él? Esto ya era definitivo, porque ni siquiera habíamos acordado guardar una amistad. Yo quería abandonarlo y borrarlo de mi vida. ¿Y él qué esperaba por mí?

En cualquier momento vino su madre a reprender su acto. Dejamos que Taehyung se quedara ahí con su berrinche mientras ambas nos acomodábamos en la mesa listas para cenar. Pregunté un par de veces por el padre de Tae y ella me respondió que se encontraba fuera de la ciudad. Es algo curioso ya que no recuerdo cuando fue la última vez que lo vi. En fin.
Terminamos rápido de cenar, Taehyung no se movió de su sitio en ningún momento, seguía cayendo más nieve. Ya di mi auto por perdido enterrado en la nieve. Más suerte para Jae Bi.

-Cobijas, almohada. Buenas noches.-

-¿Va a dejar a Taehyung ahí en la puerta? Si no va a dormir en su cama quisiera aprovecharla.- bromeé.

Lo bueno que la hice sonreír. -Se cansará más tarde y se irá él solo.- y que bien que conoce el sistema de conducta de Tae. -Buenas noches.-

Minutos después, casi a oscuras, recostada en el sofá mirando al techo, completamente en silencio, ahí estaba yo sin poder cerrar los parpados por pensar en el duendecillo de la entrada. Por pensar en aquel ser que tal vez está esperando a que me duerma para apuñalarme.

-Taehyung, ni siquiera cenaste.- le dije. -¿No tienes hambre?-

No esperé que me respondiera. Pasado un tiempo corto de silencio, escuché sus pisadas pasar por detrás del sofá. Oh, a la cocina. Bien, bocadillo nocturno, escuché el refrigerador. Y un adorable eructo después.

Dejé de escucharlo cuando sus pisadas se perdieron en el pasillo, volvió a su habitación. Tuve que levantarme por curiosidad. Abrí la puerta con cautela, le vi recostándose en su cama. Sigue pareciendo tan torpe cuando se mueve, pero veo que se ha acostumbrado, eso es lo triste.

-Taehyung.- entré sin pena y me acerqué para sentarme en la orilla de la cama. Ladeó su cuerpo para darme la espalda con frialdad. -Oye, no querías que me fuera, y bien, aquí estoy.- le di un leve golpe en el hombro. -Ahora tienes que compartirme tu cama.-

¿En qué rayos estuve pensando cuando puse el cerrojo en la puerta? Ah, ya sé, vamos a cuidar los ojos de la señora Kim por si me descubre de esta manera inapropiada en la mañana.

-Hazme espacio. Será la última noche que durmamos abrazados, ¿sí?- me metí a la cama, lo abracé y, para variar, dejé un beso en su nuca. -Buenas noches, Taehyung. Última noche, lo prometo.-

Nada. Tuve que pegarme más a él. Última noche.

Dios, extrañé ese calor. Nosotros, maldita sea. No debí hacerlo, pero de verdad creo que no pude evitarlo. Se sintió tan bien.

-¿Por qué no te volteas y me abrazas también, hm? ¿No extrañas esto? ¿Taehyung?- ahí van las lágrimas otra vez. -Taehyung.-

-Sí lo extraño.-

... 

~ Say Nothing ~ V - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora