Parte 58

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Dejamos que pasaran varios días más, no salíamos a menos que fuera para trabajar. Llegábamos a casa, cerrábamos todo y hacíamos nuestras cosas sin llamar la atención de nadie. Y sé qué dirán que ya parecemos paranoicos. En parte. Pero es que, desde esa invitación, la rubia nos dejó un extraño presentimiento enterrado en nuestra espina dorsal.
Ya desde ese entonces no habíamos visto a Changkyun, pero había algo que nos decía que tuviéramos cuidado con él.

Ahora Taehyung y yo dormimos en nuestra habitación. Cada noche, ya no más en el suelo de la estancia. Siempre, antes de que alguno se quedara dormido primero, charlábamos sin despegar los ojos del techo.

-Hoy destripé muchos pescados.-

-Felicidades, oficialmente nos hemos quedado sin temas de conversación.-

-Lo siento.-

Solté un suspiro, uno de tantos. -¿Ahora sí crees que deberíamos mudarnos?-

Dicha pregunta obligó a mi hombre a mirarme. -Que se muden ellos.-

-Excelente idea. ¿Quién les dirá, tú o yo?-

-Tú.-

-Vete al diablo.-

Esta vez suspiramos los dos. Me moví para abrazarme de Tae, dejando mi cabeza a merced de su pecho desnudo. Ahora yo miro la ventana, más bien, la cortina cerrada de la habitación, en mi oído tengo los latidos de su corazón. Es temprano, ninguno de los dos tiene sueño, pero como no encontrábamos nada qué hacer, nos recostamos a ver si lográbamos conciliar el sueño de alguna manera.

-Nunca me había mudado tanto.- hablé después de un largo rato de silencio. -Siempre viví en esa casa con mamá.-

-¿Entonces fue mi culpa?- preguntó inocente.

-Sí.- pues sí. -¿Sabes? No me recuerdo en el jardín de niños, tengo solo mis vagos recuerdos del instituto, pero por las historias de mamá, sé que yo era un desastre.-

-¿Qué hacías, Jae Bi?-

-Hm, sé que mordí a muchas maestras.- eso lo hizo reír un poco. -Corté las coletas de muchas niñas con unas tijeras muy grandes, ya sabes, lo típico.-

-Eso no es típico, eras un monstruo.-

Ahora yo reí. -¡Pero uno muy lindo! No podría meterme en tanto problemas porque tenía una carita de ángel. Fue en la bendita adolescencia que me volví fea.- ¿por qué no lo negó? -Y como no crecí tanto tuve que aprender a molestar a la gente mediante lo psicológico. Hice llorar a una chica con un lunar enorme en el brazo.-

-Qué bueno que ya no haces eso.-

-¿Tú crees? Deberías verme en el trabajo.-

-Jae Bi...-

-Bien, ya encontramos tema de conversación. Indaguemos en mi pasado ahora, ¿por qué no?-

-Hm, ¿cómo conociste a Seokjin?-

Vaya, todavía pregunta. Tuve que levantar la cabeza para mirar a Taehyung.
Al avanzar la conversación, nos vimos en la necesidad de levantarnos e ir a la cocina por un bocadillo. Casi a oscuras, la linterna de mi teléfono era buen ambientador. No sé por qué no quisimos encender las luces.

-Desde el principio sabíamos que había una especie de atracción sexual.-

-No quería escuchar eso.-

-Pero yo era muy joven, quiero decir, más joven, ¿no? Yo no estaba lista y él se molestaba por eso. Más tarde sucedió lo de Hoseok en la fiesta, tú sabes.-

-Tampoco quería recordar eso.-

-Me acosté con Hoseok un par de veces por despecho, y con otro sujeto que no pienso decir su nombre por tu bien, pero es que estaba tan enojada con Seokjin.-

-Me pregunto cuándo llegará la mejor parte.-

-La mejor parte es que, cuando Yoongi era mi amigo, yo te preferí a ti.-

-Porque soy más lindo.-

-Sí lo eres.-

-Y guapo.-

-Claro, guapo.-

-Y mucho mejor en la...-

-¿Escuchaste eso?-

Juré haber escuchado un ruido extraño de vidrio quebrándose, algo lejano, pero bastante fuerte para escuchar. Caminé a la pequeña estancia, directamente a la cortina del ventanal.

-Jae Bi...- Taehyung corrió para juntarse a mí, haciéndome de su escudo.

-Fue al otro lado, ¿de qué tienes miedo?-

Lentamente asomé la cabeza en el extremo, casi todos los departamentos tenían las luces apagadas, el de la rubia resaltó a simple vista con las suyas encendidas.
A la despistada se le cayó un florero, ahora está recogiendo los pedazos.

-Está gorda, ni siquiera puede agacharse.-

-¿Por qué Changkyun no la ayuda?-

-Tal vez no está en casa.-

-Casi nunca está en casa. ¿Te das cuenta de que nos preocupamos por nada, cariño? Este tipo deja a su preñada novia sola porque trabaja mucho y nosotros aquí con la inútil guardia alta como suricatos tontos.-

-Entonces encenderé la luz.-

Rayos, la rubia volteó. Cerré la cortina de inmediato. -¡Oye!-

El incomprendido tonto volvió a mí. Veo su cara de sueño, ya está cansado al fin. -No sé si sea porque estoy cansado, pero, ¿viste la almohada sobre la caja?-

-¿Qué?-

-La almohada.-

-La caja.- exclamé. Volví a la maldita cortina. -Hay muchas cajas.- giré rápidamente a él. -¿Se estarán mudando?-

-Tal parece.-

-O él la corrió del departamento.-

-No lo creo, se ve feliz, Jae Bi.-

-Entonces se mudan... los dos.-

-¿Eso significa que nosotros no tendremos que mudarnos?-

-Tal parece...-

Extraño punto a favor repentino. Changkyun se irá. La rubia se irá.
Gracias al cielo, la rubia se irá.
¿De pronto la suerte nos estará dando un obsequio?

-Genial, entonces nosotros ya no tendremos que decirles que se larguen. Choca esos cinco.-

... 

~ Say Nothing ~ V - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora