Parte 59

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Ya con lo de las cajas y eso, Taehyung y yo nos sentimos un poco con suerte. Ambos estuvimos seguros que los siguientes días serían excelentes días, aunque no podíamos cantar victoria sin antes confirmar la situación, ¿no?

-¿Qué tal si le pregunto?-

Le di un leve golpe en la cabeza, que creo que sí le dolió. -Taehyung, somos chismosos, pero no podemos ser tan obvios, ¿entiendes eso?-

-Solo decía.- se encogió de hombros.

-Hay niveles.- recalqué, haciendo lo posible por no sonar como una completa paranoica. Hice mis últimos movimientos en la cocina; arrojé esto acá, guardé esto en mi mochila, besé a mi encantador novio en los labios y salí rumbo a mi trabajo.

Bien, mañana tranquila, mi auto funcionando perfectamente, buena música en la radio, tráfico a reventar, pero siempre me da igual llegar tarde.
A veces me pregunto cómo es que no me han echado del hotel, quiero decir, hago mi esfuerzo, pero allá alguien siempre se enoja conmigo por algo. Me esfuerzo, soy sincera, ellos saben que me esfuerzo mucho, agradezco que lo noten, pero no creo ser la mejor persona para tratar con gente sobre todo extranjera. Taehyung dice que tengo carisma, me reí por eso y seguí como si nada. No me lo creo, igual me alegra que él y muchos de mis compañeros me vean así. Hm.
Bueno ya, solo quería mencionarlo. Me va bien en el ámbito laboral, hace ya mucho tiempo que dejé de pelear con los visitantes... por una obvia razón.

-Lo hago por la paga, lo hago por la paga. ¡Buenos días, señor! Bienvenido.-

Ah, ya ocho horas después ese hotel ya no existe para mí hasta el siguiente día donde tengo que repetir la rutina. Vuelvo a casa como es normal, no sin antes pasar por unos cuantos víveres en el supermercado. No quise cargar mucho.
Bajé del auto cargando bolsas, dos en cada mano. Antes de llegar al edificio las jodidas llaves del apartamento se me cayeron.

-Ah, genial.- estuve a punto de ingeniármelas para agacharme sin que me fracturara la columna y que la botella de pepinillos de Taehyung saliera ilesa.

De pronto llegó un héroe para salvarme de mi no tan difícil y ridícula situación.

Este hombre, relativamente enmascarado, recogió las llaves que estaban en la mera punta de mi pie y las extendió hacia mí. Fue ahí cuando nos miramos a los ojos e hicimos el contacto visual más intenso de la década. Me guardé cualquier tipo de reacción. Miré su mano que estaba a escasos centímetros de tocarme y finalmente tomé las malditas llaves.

Changkyun. Es alto, viste de traje, me gusta su corbata de cuadros. Sus ojos son intensos, pero dudo que él me mire de esa manera que yo pienso con exageración. Más bien, él no quiere que yo le tema... diablos, Jae Bi, ¿qué estoy pensando?

-Gracias.- me limité a decir.

Él solo asintió una vez, luego, ambos al mismo tiempo retomamos nuestros caminos.
Él al edificio de enfrente y yo el contrario subiendo los pequeños escalones y buscando por el ascensor.

Ya en el ascensor mi mente voló por hasta donde la tragedia más sangrienta de la historia de Corea.
Antes no había visto a Changkyun en mi camino del auto hacia los edificios. Changkyun salía de mi edificio. ¿Por qué saldría de mi edificio?

-Taehyung...-

Me apresuré en llegar al departamento con una alarma ruidosa en la cabeza. Estaba cerrado con llave, tardé en abrir. En la entrada tiré las bolsas sin cuidado y busqué por mi hombre, quien me había dicho que ese día exacto no trabajaría y se quedaría en casa.
La televisión en la estancia estaba encendida, no había señales de Taehyung ni en la cocina, solo el teléfono fijo del departamento tirado en el suelo del pasillo.
Me detuve por un segundo antes de correr a la habitación. Escuché sollozos. Lo escuché llorando.

Abrí la puerta de golpe, encontrándome con la habitación oscura. Cortinas completamente cerradas. Taehyung lloraba como un niño pequeño en la esquina de la habitación. Se asustó cuando corrí y llegué de rodillas a él.

-¿Qué sucede? Taehyung, ¿te hizo daño? Taehyung, respóndeme.- yo pensando sin duda de Changkyun. Revisé por donde pude a mi hombre, tal vez buscando una herida o algo así, pero estaba ileso. -Taehyung.- logré tomarlo de sus mejillas con ambas manos para que me mirara. Volvió a llorar cerrando los ojos con fuerza.

-No quiero...- logró decir. -No quiero...-

Aún no lo entendí, aun así lo abracé con todas mis fuerzas, por el gesto dejó caer todo su peso en mí. Tuve que esperar a que se calmara un poco en lo que yo calmaba mis ideas.

El teléfono... quizá recibió malas noticias de algún lado.

-¿Llamó?-

Taehyung asintió. Míralo, llora como un niño pequeño y hace berrinche como uno. -Sí.-

-¿Y qué le dijiste?-

-Que no quiero.-

-Taehyung, si te dicen que tienes que ir, tienes que ir.-

-No iré.-

-Kim Taehyung.-

-¡No iré!-

De acuerdo, para aclarar, el psicópata, cínico, villano y despiadado Doctor Shin llamó. Taehyung debe ir al hospital a un, digamos, chequeo de rutina. Y creo que llamó en un momento adecuado ya que las pastillas de Taehyung estaban a punto de acabarse, señal de que monitoreaba sus dosis.

Yo tuve que llamar al doctor debido a que Taehyung se rehusaba a darme los detalles. Hablamos pacíficamente, como si no nos odiáramos y me detalló con amabilidad el asunto.

Solo es rutinario, se lo dije a Taehyung un millón de veces.

-Tú no escuchas voces, tus movimientos siguen siendo torpes pero controlables, tienes un trabajo normal, comes sanamente, no haces ejercicio tendremos que cambiar eso, y eres feliz, ¿bien? ¿Acaso me equivoco?-

-No.-

-No hay por qué mentirle a ese doctor porque tú estás bien en todos los aspectos posibles, ¿verdad, Taehyung? Ya no tienes pesadillas y hablas con muchas personas, ¿verdad?-

-No quiero ir, Jae Bi.-

-Tampoco yo, cariño, pero imagina si no vamos.- no quería hacer esto, pero aquí voy. -Ellos vendrán por ti. Nunca sabrás cuando llegarán, por donde, o cómo te amarrarán, quizá te duerman de alguna manera para que sea más fácil llevarte. Tal vez usen dardos tranquilizantes, o tal vez te electrocuten, esos hombres no tienen piedad, ¿recuerdas? Te subirán a esa camioneta que parece ambulancia, pero que no es ambulancia. Y si te resistes, quizá te pongan esa camisa de fuerza que tanto odias.-

Bien, eso lo dejó congelado por un rato.

-Iremos mañana temprano, ¿bien?- dije. -Y después de eso, cuando ya hayas visto que todo fue una exageración tuya te dejaré invitarme un helado, ¿sí? ¿Cuál es mi sabor favorito?-

-Chocolate.- incorrecto.

-Correcto. ¿Ya estamos bien? ¿Todo en orden?-

-No podré dormir, Jae Bi.-

-Claro que sí, porque no hay nada de qué preocuparse. Te lo prometo. Ya, ¿sí?-

...

~ Say Nothing ~ V - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora