Parte 1

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-Jae Bi...-

-Suéltame, Taehyung.-

-Tengo miedo.- dijo temblando la voz y apretando más mi mano.

-Cariño, me estás lastimando. Suelta...-

-No quiero estar aquí.-

-Es una inyección en el trasero, no duele nada.-

Y ahí va la aguja. –Jae... ¡auh!-

Otra inyección de rutina; y la última. Finalmente.

La enfermera nos acercó el frasco de caramelos y yo tomé uno mientras mi hombre terminaba de subirse los pantalones. Taehyung fulminó a la mujer como de costumbre y salimos de ahí tan rápido como él me indicó. Quitó la envoltura a su paleta, tomó mi mano al metérsela a la boca y caminamos a la par. Salimos de ahí para volver a sentir el calor del verano.
Verano caluroso como todos los años. Salimos de casa tan temprano ese día porque el hombre de la casa tenía que cumplir con una vacuna rutinaria que ha tenido desde el último invierno, pero al fin terminó. No más levantarse temprano para traerlo y sufrir casi una lesión en la mano.

-¿Estás cansado?- le pregunto mientras llegamos al auto.

-Me duele el trasero.- respondió. Está de mal humor pero bien que disfruta de ese dulce.

Subió primero del lado del copiloto, yo reí por lo bajo debido a su comentario. Subí prosiguiendo a ponerme el cinturón. –Tu cojín está atrás.- su cojín especial para los días de inyecciones.

Conduje a casa, ambos envueltos en el silencio. Vamos, eran como las siete de la mañana, nos habíamos levantado como a las cinco, entiendo que el cansancio se lo estuviese consumiendo, y luego después de que estuvo jugando toda la noche con ese nuevo juego que su madre le obsequió hace unas semanas; y bueno, yo jugué con él también. Ambos culpables.

-¿Trabajarás, Jae Bi?-

-No, recuerda que hoy iniciaron mis vacaciones, cabeza de chorlito.- solo dos semanas pero algo es algo.

-Ah.-

Callado, muy callado.

-¿Qué quieres para el almuerzo?-

-Carne.- dijo, no atento a mí.

-Bien, haré compras y todo eso para la tarde, ¿algo más?-

-Jugo.-

En cuestión de más minutos estacioné el auto frente a nuestro edificio, un lugar donde no puedo estacionar pero la vida se trata de riesgos. Taehyung se quitó el cinturón y salió del auto.

-Vuelvo en unas horas.- le indiqué y él asintió antes de cerrar la puerta del copiloto. –Descansa.-

De verdad se veía muy cansado. Lo ha estado desde aquella vez que se despertó a mitad de la noche, jurando haber escuchado voces en el departamento. No había nadie. Y ahora en las noches se la vive jugando videojuegos solo para no dormir demasiado. No me permitieron darle pastillas para dormir al igual como él no quiere. Han sido días, y cada vez que trato el tema lo evita. Dice que no es importante.

Lo hablé con su madre hace un par de días y apenas ayer me contactó para decirme algo importante. No tenía ni una idea, no sonaba tan preocupada como para yo preocuparme pero el tono de voz que usó me causo algo de extrañeza.

Los padres de Tae se mudaron de nuevo a una villa no muy lejana del centro de Hongdae. Llegué ahí tomando un camino largo, estaba tan agotada y muerta de sueño como Tae.
Él no sabía que yo iría con ella.

-¿Buenos días?- dijo al verme, un tanto sorprendida por mi apariencia. No la culpo, las ojeras nunca se me ven bien.

Le sonreí y entré cuando me lo permitió. –Hola. ¿Cómo está?-

-Despierta, Jae Bi.- bromeó con dulzura. Me acompañó a la estancia.

Una casa pequeña, con un pequeño jardín, era como la antigua casa de Tae pero a la mitad de tamaño. Adorable y cómoda.

-¿Café?- me preguntó.

-No, gracias, quiero dormir llegando a casa.-

Ahora bien: ambas sentadas en el sofá, cómodas, yendo directamente al grano.

-¿Recuerdas aquellos días cuando Taehyung tenía problemas para...?-

-Los recuerdo.- le interrumpí, no hacía falta que terminara la pregunta. Agarré una galleta del frasco de la mesita. –No es algo que sea fácil de olvidar, pero está bien.-

Ella esbozó una leve sonrisa para después bajar la mirada hacia sus manos en su regazo. –Sí.-

-Pero está bien.- volví a decir. -Tampoco es como si fuese a pasar otra vez, ¿verdad?-

Dicho esto volvió a mirarme. –Dijiste que Taehyung despertó una vez a mitad de la noche.-

Yo no quería hablar de eso de nuevo.

-Lo hizo.- afirmé. –Ahora tiene miedo, como un niño pequeño.-

-Teme que la esquizofrenia pueda volver...-

-Pero eso no es...- ¡alto! -¿Esquizofrenia?- y así fue como me enteré. -¿A qué se refiere?-

-Nunca te lo dijimos, Jae Bi.-

-Pero... fue solo un trauma de su niñez, ¿a qué se refiere con... eso?-

-Ambas cosas son diferentes, y ambas cosas pueden suceder al mismo tiempo.-

Ok, me costó varias horas comprenderlo. Como dije: así fue como me enteré.
La señora Kim me mostró el expediente de Tae, el de su estadía en el hospital psiquiátrico de hace casi dos años. ¿Cómo lo tenía ella? Ni idea.
Y fue hace tanto tiempo, ¿por qué rayos me lo decía ahora? ¿Por qué jamás me enteré de esto?

Eso fue exactamente lo que pregunté y solo me respondió con un "No queríamos que lo trataras diferente". Fue la cosa más estúpida que pudo decir, con todo respeto... o no. A la mierda.

Antes de irme me contó de sus preocupaciones. Ella temía que Taehyung volviese a ese lugar. Claro que yo también, es una locura. Todo este tiempo Taehyung superó un trauma de su niñez y ha estado viviendo conmigo con una esquizofrenia controlada sin yo haber sabido de esto último.
Ni supe como sentirme. Tuve una mirada en blanco todo el camino a casa en el auto. Fui a comprar comida y demás cosas para el departamento. Todo con la cabeza en blanco.

Yo no suelo entender estas cosas de la mente y todo eso, luché con Taehyung para entender muchas cosas, y a estas fechas que llevamos dos años juntos y de conocernos... me entero de algo realmente mal.

Si Taehyung sabía de ese trastorno, ¿por qué no me lo dijo?

Aquí comienza esto.

...

~ Say Nothing ~ V - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora