Volumen Tres: Leyendas del Pasado - Cuarta Parte

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Año 286 Después de la Intervención Divina, un año antes de la muerte del Último Emperador.

—Sé que han escuchado el nombre de Hakon Finn, yo misma les he contado historias sobre él —comenzó Herdis Gardar, sentándose en el suelo con sus piernas cruzadas, mientras los niños de la aldea se reunían a su alrededor—, pero, ¿han escuchado el nombre de Vidgis Finn?

—Yo no —respondió un pequeño.

—Yo sí —dijo una niña muy joven.

—¿Fue ella la que mató a todos los guardias de una aldea del Sol? —preguntó otra niña.

—Ella salvó a los aprendices del saqueo quemado —agregó otra, que parecía un poco mayor, o tal vez solamente era más alta.

—Sí, fue ella, la misma del saqueo quemado —continuó la narradora—, y esas historias no son las únicas... pues una vez ella le salvó la vida a Hakon Finn.

Con esas palabras, llegaron los niños que no se habían acercado antes, y los que aún no comenzaban a poner atención se acercaron más, con los ojos bien abiertos.

Y el silencio inundó la aldea. Sólo se oía el viento, los aullidos a la distancia, y la voz de Herdis.

—Un grupo de exploradores del Ciervo avanzaba por un yermo helado en nuestro reino, con una tal Alissa Bergeron a la cabeza. ¿Recuerdan dónde vive Hakon Finn? —varios pequeños asintieron, atentos—. En un yermo helado. Una tormenta estaba por comenzar, y ahí estaba él, mirando el cielo, esperándola. Acababa de terminar un día de entrenamiento con su prima. Los Ciervos, con sus movimientos rápidos y su habilidad para esconderse sin hacer ruido, lo observaron sin que los notara... hasta que atacaron. Primero soltaron sus flechas, una andanada tras otra. Eran pocos, sabían que diez o quince flechas no le harían nada a Hakon... así que dispararon veinte, treinta, cuarenta flechas sobre él... hasta que cayó sobre una rodilla, incapaz de tomar sus hachas... —todos los niños quedaron boquiabiertos—... pues había flechas atravesando sus manos.

Gritó con furia, pateando y golpeando el suelo al intentar levantarse, pero una nueva andanada lo alcanzó... y luego vio a los Ciervos corriendo hacia él, empuñando sus largos y delgados estoques. La nieve caería pronto, y avanzaban con intenciones de mancharla con su sangre.

Pero, cuando casi estaban sobre él, y la tal Alissa ya preparaba su primer golpe... una enorme espada curva cayó entre ella y Hakon, partiendo su arma en dos... y también su valor.

Vidgis, la prima de Hakon, de sólo catorce años, había saltado a protegerlo. Con un segundo golpe de la gran espada, forjada por manos Finn, hizo a Alissa retroceder... con un tercer golpe, acabó con otro espadachín cercano... y con un cuarto, decapitó a dos más.

Sus gritos de furia detuvieron la carga enemiga... dándole tiempo a Hakon para arrancar las flechas de sus manos, levantándose con un rugido, y tomando su Hacha del Norte, el arma de un verdadero guerrero del Lobo Blanco.

Tres enemigos habían caído, diecisiete quedaban en pie... un solo Lobo Blanco vale por cinco guerreros enemigos, por seis si se trata de Ciervos, y por diez si es Hakon... pero en esa batalla, Vidgis valió por veinte. En menos de un minuto, cuerpos mutilados y cabezas cercenadas cubrían el suelo... mientras la nieve comenzaba a caer sobre la sangre. Sólo Alissa y un par de sus soldados lograron escapar.

Después de la pelea, cuando ya habían ganado, Hakon recogió las cabezas de los enemigos que Vidgis había decapitado, y cortó las de aquellos que había matado de otra forma, metiéndolas todas en un saco.

"Esta noche conocerás a los titanes" le dijo entonces a su prima. La guio a la aldea más cercana, rodeada por troncos coronados con cráneos de bestias y personas.

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