—A que no sabes lo que acaba de pasar —dijo entusiasmado Garren, después de que Elizabeth le abriera la puerta de su habitación, exactamente dos meses después de su última visita.
—Al fin entraste como una persona decente.
—Algo más importante que eso, déjame contarte que...
—Divisaron a un devoto de Locura, justo después de que la comitiva Lechuza fuera la única presente durante la segunda reunión convocada por el imperio. Los guardias imperiales y un miembro del Consejo Imperial lo siguieron, topándose con un enfrentamiento entre un destacamento de salvajes Lobo Blanco y una caravana de fanáticos León. Tras golpes intercambiados y algunas míseras explicaciones, entendieron que ningún grupo atacó al otro, sino que fue el devoto escapando, que atacó tanto a los salvajes como a los fanáticos, justo antes de que ambos grupos se encontraran. Sin creerles nada de esto a los guardias imperiales, pero con tal de no empezar una pelea contra el miembro del consejo, ambos bandos acordaron enviar cada uno a su líder como representante para seguir la pista del devoto.
Al día siguiente, el tan famoso y respetado noble del Ciervo, Dimitri Dupont, fue informado de lo sucedido, por lo que se reunió con la tan famosa y respetada general en retiro del León, Dagna Baldwin, su buena amiga de la infancia, para enviar cada uno a un agente de su confianza como refuerzos en la búsqueda, aunque ninguno estaba realmente convencido de que se tratara de un verdadero devoto, pero con todos los rumores sobre ellos, no podían arriesgarse.
Y sí, antes de que preguntes, también sé los detalles. Los salvajes iban liderados por una tal Vidgis Finn, parece que tiene cierta fama por liderar saqueos de invierno, atacar exploradores Ciervos en su frontera, y ser la prima de Hakon Finn. Y los fanáticos iban liderados por Hanjo Kelm, el guerrero veterano que no logró ser nombrado fanático, ni unirse a los Leones Ancianos, por quién sabe qué razones. El mismo Bergen el Sabio, sacerdote anciano del Sol, era el miembro del consejo liderando a los guardias tras el devoto. Ah, y Dimitri decidió enviar a un espadachín aprendiz de Johann el Preciso que además practica la hechicería de la Luna, llamado Jean Dupont, para reforzar la búsqueda de Vidgis y Hanjo, mientras que Dagna decidió mandar al más infame de sus aprendices, Adler Baldwin, el discípulo de la insoportable y enorme boca, cuya efectividad en la batalla nadie discute. Los cuatro tardaron poco en reunirse y en comenzar a actuar como niños.
Ah, y el devoto no fue identificado por la capucha harapienta que cualquiera podría usar, ni tampoco por su increíble agilidad que ya se ha visto entre espadachines, salvajes y fanáticos, sino que por las enormes garras de hueso y carne podrida que eran sus manos, claramente diferentes a las garras metálicas que usan los fanáticos León. ¿Algo más?
—Te adelantaste bastante, dama Elizabeth.
—Todos tenían versiones diferentes de eso en la mesa donde almorcé hoy, fue muy fácil distinguir las verdades de las exageraciones y las mentiras. Te sorprendería cuántos mercaderes deciden distorsionar la información que comparten, esperando que eso resulte mejor que simplemente no decir nada. Son incluso peores que los mercenarios.
—Tus golpes bajos siguen siendo los mejores —sonrió Garren—. Pero debo decirte que, si bien yo perdí nuestra apuesta, tú perdiste algunos datos muy importantes.
—No te preocupes por la apuesta, ni siquiera había sacado las estrellas de mis arcas hace dos meses. Preocúpate por contarme bien esos datos que dices que me perdí.
—Datos muy importantes, dama Elizabeth, muy, muy importantes. Pasa que la caravana de Hanjo llevaba provisiones para Ellery Bendig, aún acampada en el Norte Congelado buscando a Hakon Finn, mientras que el destacamento de Vidgis se dirigía hacia el lugar de entierro de Thorlak Steinn. Ambos grupos estaban alrededor de las fronteras, justo entre el Reino del Lobo Blanco y el del León... y todos sabemos lo que está al este de esa frontera, el mismo lugar al que obviamente se dirigía el devoto, el lugar favorito de los inquisidores del Sol, o el que debería ser su favorito...
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El Último Relato
Fantastik¿Por qué contamos estas historias? Tantos habitantes de este mundo, tantos años de historia. ¿Solamente estamos llevando registros? ¿Por eso sobreviven nuestras historias? Muchas no tienen final, otras nadie sabe cómo empezaron... pero seguimos cont...