Volumen Diecinueve: Una Nueva Era - Cuarta Parte

16 2 1
                                    

—Perdón por demorarme tanto en venir... pasaron tantas, tantas cosas. Pero vine, aunque si lo que dicen de las esencias, de que vuelven a Creación y a Firmamento, es verdad... tal vez estuviste conmigo todo el tiempo... y tal vez ella también.

Me enteré de tantas cosas, como del apellido de mi madre. Estuve en el lugar donde se conocieron. Alguien ahí los recordaba bien... y ahora, tal vez ella esté con ustedes nuevamente.

Por un momento, casi... tengo a mi propio... Pero no. No pudo ser. Me pregunto si sabrán ustedes quiénes son, si sus esencias lo sabrán... o si cuando yo esté con ustedes, ambos me reconocerán, y podré presentártelo... y a mi madre.

Tu espada no sólo salvó mi vida incontables veces, sino que salvó incontables vidas más. Conocí a tus colegas, me enseñaron, entrenaron y protegieron... e incluso vi a algunos morir. Todos te recordaban con tanto cariño.

Y al fin supe cómo terminaban las historias.

Supe cómo el lobo se enamoró de la cierva que comía nueces en su bosque nevado. Vio el mismo acero del que estaban hechos sus dientes en los ojos plateados de ella, y ella vio la belleza que todos los ciervos aman en los ojos azules de él. No les importó si estaban en los bosques del norte, llenos de lobos, o en los bosques del sur, llenos de ciervos. Vivieron escondidos, pero juntos, y así siguieron hasta que ni a los lobos ni a los ciervos les importó. Dos animales, tan diferentes, que terminaron por enamorarse y acompañarse, hasta que el tiempo lo decida...

Supe qué pasó con el león que aún no era fuerte como debe ser un león, que aún no tenía la melena de un león, y que aún no podía cazar como un león, y con su leona, tan joven, pequeña y débil como él, que de todas formas compartía sus presas con él. Crecieron juntos, se fortalecieron juntos, aprendieron a cazar cada vez mejor, juntos. Y cuando la melena del león al fin comenzó a crecer, ya no estaban juntos. La leona murió cuando cazaba una presa para los dos. Ese león ahora es fuerte como debe ser un león, tiene la melena de un león, y puede cazar como un león, y sigue contando la historia de su leona. Dos leones tan parecidos, casi idénticos... que no pudieron estar juntos.

¿Qué pasó con el par de lobos enamorados? Supe que se fueron más allá del norte, olvidándose de todo lo que pasa al sur de los Hielos Eternos. Dejaron atrás su montaña, pues toda Creación sería su montaña. Dejaron atrás a su manada, pues ellos dos serían toda su manada. Y juntos caminaron al norte, más allá del norte, más allá incluso de los Hielos Eternos. Juntos, la loba veloz y ágil, con colmillos hechos para cazar, y el lobo grande y fuerte, con colmillos hechos para luchar. Y nunca miraron atrás de nuevo, ni siquiera cuando llegaron al norte más allá del mismo norte, donde llueven rocas de hielo y donde brilla la aurora...

... ¿Y qué pasó con la pequeña ave? Esa pequeña ave, hija de un gran halcón, el más veloz de todos, y de una hermosa lechuza, la más curiosa de todas. Esa pequeña ave que creció solamente con el gran halcón, enterándose sólo poco antes de que él muriera... enterándose entonces de que, cada noche, él escondía el nido de los dos, asegurándose de que nada le pasaría a la pequeña ave, y salía a cazar. Cada noche, salía a cazar una presa tras otra, para poder alimentar a la pequeña ave...

Luego esa pequeña ave encontró un pájaro aún más pequeño que ella, que logró ocultarle sus ojos rojos... al principio...

Eso pasó con la pequeña ave. Quiso ser como el gran halcón, quiso cazar una presa tras otra, para poder alimentar a ese pájaro aún más pequeño que ella... pero Locura había reclamado la vida de ese pájaro antes que ella.

Supe que eso pasó con la pequeña ave. Que debió matar a ese pájaro... al que habría cuidado como a un hijo.

Recuerdo bien lo que le dijo el sol a la leona, papá, pero de todas formas lloro, aunque sé que, aunque no siempre te vi, siempre estuviste aquí.

¿Recuerdas tú lo que te prometí? Ahora tengo historias que contarte.

Fin de la cuarta parte del volumen diecinueve

Fin del volumen diecinueve

Fin del Último Relato

El Último RelatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora