Volumen Cinco: Anécdotas del Pasado - Cuarta Parte

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Año 290 Después de la Intervención Divina, tres años después de la muerte del Último Emperador. Presente.

—A veces me pregunto qué pasó con la leona que quería ver el sol... o con el lobo enamorado de la loba... —decía pensativa Derval.

—Tu padre alguna vez me mencionó esas historias —le respondió Zenya Fata, una hechicera eclipse del Reino de la Lechuza.

—Desde hace poco me he estado preguntando de dónde las sacaba.

—Nunca me lo dijo... ni tampoco pude discernirlo...

—Tal vez eran historias reales que había conocido... tal vez las inventaba... tal vez eran historias más antiguas que él...

—Sé que no lo eran. El Reino de la Lechuza las conocería si fuera así... y nadie en mi reino las conoce.

—Por alguna razón quería que así fuera... aunque eso solamente hace más difícil rastrearlas.

—Pero todas tuvieron un final, ¿por qué quieres rastrearlas?

—Porque siempre vale la pena saber cómo continua una historia, aunque esta ya haya terminado... y porque quiero saber más sobre mi padre... y descubrir cualquier cosa sobre mi madre.

—Ella era una hechicera del Reino de la Lechuza, ¿cierto?

—Sí, llamada Ania.

—Lo siento, nunca había siquiera escuchado ese nombre antes.

—No te preocupes, lo mismo me han dicho en cada posada y taberna donde he preguntado.

—¿Y no has tenido nuevas ideas?

—No, sólo seguir aceptando los trabajos que pueda cumplir con la espada de mi padre, y seguir buscando cualquier información sobre mi madre.

—Mientras duraba la Paz Imperial, nunca pensé que la vida de un mercenario pudiera...

—¿Valer la pena?

—... Es una forma bastante... propia de una mercenaria de decirlo... pero no son esas las palabras que busco. Cuando había paz, nunca pensé que un mercenario podría ganarse la vida con tal oficio...

—Los pagos por una que otra escaramuza de la frontera o por vigilar carretas son lo típico, a veces pagan por meterse en una pelea de bar... y desde que estalló la guerra, ha sido más difícil para los demás, pero no para nosotros... sólo ahora estoy pensando que tal vez ser una mercenaria no fue tan mala idea.

Fin de la cuarta parte del volumen cinco

Fin del volumen cinco

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