Capítulo 13.

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Parece que todo mi mundo va a detenerse por millonésima vez este mes. Zayn está a pocos segundos de unir sus labios con los míos. Y yo no me opongo, estoy esperando. Su nariz roza la mía con delicadeza y todo en mi interior se desestabiliza ruidosamente. 

—¡Bravo!—anuncia la profesora, rompiendo maravillosamente el momento. 

Zayn se separa de mí con el ceño fruncido, notoriamente molesto. 

—¡La química entre ustedes es maravillosa!

La señora Williams irradia felicidad. Estoy roja de la verguenza. Los ojos de todos mis compañeros sobre mí, no ayudan en nada. 

—La obra será dentro de un mes y medio, la lista de los personajes secundarios ya está en cartelera. Los ensayos serán los miércoles y los viernes, después de clase. 

La profesora está hablando, pero, mi sonrojo aún es muy presente en mis mejillas. Él se ve ligeramente más tranquilo. Mi mejor amiga hirviendo en su lugar. El resto de la clase fue bastante tranquilo—para los demás, claro— porque para mí fue una tormenta de verguenza y torpeza sin límites, como siempre. Además, mi corazón estaba corriendo, el casi beso presente en cada parte de mí. Jazmine estuvo con mala cara todo el tiempo que duró el ensayo. No la culpo, porque, Zayn aprovechó cada excusa para estar cerca de mí. Y me hizo reír varias veces, cosa que me hizo sentir... especial. El suceso del jueves pasado, quedó en el olvido por unos momentos. 

 Al final del ensayo, vi como Zayn se acercó a la profesora y empezó una charla amistosa con ella. Observé esa escena con curiosidad por varios segundos, ya que, sé perfectamente que Zayn no tiene ningún tipo de relación con alguno de nuestros profesores. 

—¿Nos vamos Aurora?

Jazmine habla detrás de mí, su voz llena de fastidio.

—Sí, claro. 

Le respondo, y salimos juntas del auditorio. 

Cuando estamos en los vacíos pasillos del North High, Jazmine se despide de mí y se dirige a su práctica de porristas. A veces olvido que ella es la líder de las animadoras. Se va dejandome sola. Como no tengo quien me lleve o me venga a buscar, tendré que irme sola. 

Mientras camino por el pasillo veo al conserje, el señor Robinson. Viene silbando tranquilamente. Cuando me ve sonríe, su sonrisa cálida y tranquila. 

—Aurora.

Me saluda.

—Señor Robinson, ¿cómo ha estado?

—Muy bien, ¿y tú pequeña?

Sus ojos ya viejos pero llenos de vida. 

—Bien.

Respondo, sincera. 

—¿Te han gustado las flores que dejé para ti?

Dice de forma risueña. ¿Qué?, pensé.

—¿Usted me envió esas flores?

Le pregunto incrédula, mi voz sonando un poco más aguda. El conserje suelta una pequeña pero sonora risa. 

—Las puse en tu casillero, pero, fue otro el que te las envió.

Dice, intentando sonar misterioso y lográndolo asombrosamente. Causando en mí una ola de curiosidad.

—¿Quién fue?

Le pregunto, ansiosa. El señor Robinson sonríe dulcemente.

—Es mejor que lo descubras por tí misma—dice, sus ojos viajando a algo o alguien detrás de mí. 

Inmediatamente me volteo y veo a Zayn acercándose a nosotros. Mi cuerpo entero se tensa al verlo, y aquella normal debilidad que siento cuando él esta cerca se hace presente. Dejándome notoriomante más nerviosa. 

—Adiós pequeña.

Canturrea el conserje con una sonrisa, antes de seguir su camino, acompañado de su silbido. 

—Hola.

Él murmura, cuando está cerca de mí. Oh, me encanta esa sonrisa.

—Hola—respondo, mis ojos viajando lentamente hacia mis pies.

El nerviosismo apoderándose de carte parte de mi ser, creando un cómodo cosquilleo en mi estómago. ¿Algún día me acostumbraré a su cercanía? No creo nunca poder lograrlo. Es una sensación abrumadora pero increíblemente placentera a la vez. Peligrosamente adictiva. 

—¿Eres amiga de George, eh?

Dice sonriente, mirando por donde se fue nuestro conserje. 

—Algo así.

El silencio se apodera del momento y siento ganas incontrolables de preguntarle si fue él quien me envió las flores. 

—¿No irás a la biblioteca hoy?—pregunta, sus ojos sobre los míos. 

Su mirada fija en mis ojos en unos segundos, para después irse a mis labios. Instintivamente muerdo mi labio inferior, sintindiendo como mi corazón se acelera al verlo tan concentrado en mi boca. 

—No lo sé, estoy... esperando a Jazmine.

Digo, ligeramente avergonzada por su caliente mirada. 

Encantadoramente diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora