Despertarme el sábado por la mañana se sintió extraño y ver como aún escuchaba los propios latidos de mi corazón fue aun más. Algo había cambiado en mí esa noche y me sentí horrible al ver que no había nadie conmigo en mi habitación. Con una fuerza desconocida me puse de pie y caminé hasta la puerta, tomando la sonda con mi mano derecha.
El pasillo estaba vacío. ¿Dónde está todo el mundo? Una figura al final del pasillo llama mi atención. Es Arnold, está sentado sobre un banco, vestido de negro y con la mirada presa en algun lugar dentro de la habitación que tiene enfrente.
Él escucha mis pasos y gira su rostro para poder mirarme. Sus ojos tristes y solitarios me estudian sin emoción alguna. Es escalofriante. ¿Qué le sucede?
—Hola.
Lo saludo pero él sólo me observa. Está perdido, el dolor en sus ojos es real y me conmueve.
—¿Sucede algo?
Me atrevo a decirle, pero temo la respuesta que me dará. Arnold sonríe amargamente hacia mí y me siento sumamente triste de repente. Su dolor es sumamente palpable.
—Alice se fue.
Dice, simplemente. Una lágrima corre por su mejilla y yo cubro mi boca con mi mano. El cáncer la venció. Me siento pésimo, ella era tan bonita y fue tan amable conmigo.
—Lo siento mucho Arnold.
Le digo, viendo el dolor y el desespero llenar sus ojos. Sin decir nada me siento a su lado y lo abrazo como puedo. El pobre muchacho no soporta más y llora dramáticamente en mis brazos. Trato de calmarlo pasando mi mano por mi espalda pero su llanto continúa.
—Cuando éramos adolescentes leímos el libro de Romeo y Julieta.—me dice, sacando su cabeza de mi hombro. Su mirada inocente.—Ella adoraba ese libro, yo lo odié desde un principio, es tan injusto.—me comenta, su ceño fruncido.—Pero lo peor de todo esque ese historia se hizo realidad en mi vida, perdí a mi Julieta.
Se ve desesperado y las lágrimas bañan sus rojas mejiillas. Verlo así me hace pensar que quizás así se vería Zayn si yo me fuera. Simplemente es demasiado doloroso imaginármelo. Lentamente me levanto y lo dejo solo, porque no puedo soportar su dolor.
Cuando llego a mí sala una enfermera esta arreglando mi cama. Cuando me ve entrar da un grito y yo me asusto ante su reacción.
—¿Qué sucede?
Le pregunto, ella me mira atónita por un momento pero luego de unos segundos se tranquiliza.
—¿Cómo te llamas?
Me pregunta.
—Aurora, Aurora Gray.
Le contesto. Ella sonríe y se apresura a salir de la habitación.
—Lo sabía, hubo una confusión con tu nombre y él de una muchacha que se llamaba Alice. Ella falleció ayer aquí y el médico que estaba de guardia confundió los nombres y le dijo a tu familia que tú habías muerto.
Explica, antes de salir por la puerta, una sonrisa en su rostro. A pesar de lo fuertes que son sus palabras me doy cuenta porque mi familia no está aquí.
—¿Sabe dónde están ellos ahora?
Le pregunto, mi corazón saltando con fuerza dentro de mi pecho. Ellos creen que me fui cuando de forma milagrosa e inesperada aún estoy aquí. Estoy viva.
—Sí querida, deben estar en la sala de espera, esperando los resultados de la autopsia. ¡Corre!
Me anima y yo seco las lágrimas de mi rostro, para después salir casi trotando hacia la sala de espera. Mi corazón está retumbando en mis oídos cuando tomo el picaporte de la puerta con mis manos y siento que me voy a desmayar de tanta ansiedad. Las lágrimas corren por mis mejillas cuando abro la puerta y los veo a los cuatro allí, destrozados.
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Encantadoramente diferente.
FanfictionLas diferencias entre nosotros nos hacen seres únicos. Acepta tus diferencias y aprende a vivir con ellas. Ser diferente no es un error, es un privilegio. Están prohibidas cualquier tipo de adaptación o copia de cualquier tipo de esta historia. Todo...