Capítulo 14.

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Todo el camino a casa fue bastante incómodo. Duke estuvo hablando todo el tiempo, pero no le preste mucha atención. En realidad, aún estaba tan avergonzada por lo que él había visto que, me aterraba digirle la palabra. 

Para mi pesar unos cuantos chicos del North High me vieron salir con él y me sentí... incómoda. Nunca me importó lo que hablaran los demás de mí, pero, odio llamar la atención. Mi mundo es "perfecto" así como está. No necesito a alumnas con las hormonas alborotadas acosandome a preguntas sobre Duke. Y mucho menos a Zayn siendo termonuclear. No, gracias. 

Cuando llegué a mi casa, me tiré sobre mi cama. Estaba lloviendo afuera y eso ayudaba bastante a mi soledad. Necesitaba un tiempo para pensar. Siempre que sucede algo con Zayn me lleva varias horas dejar de pensar en ello. En mi mente se reproducen una otra y vez las imágenes de hace varios minutos atrás. Su pequeña sonrisa grabada en mí. Adorable. 

Mi momento de soledad se ve maravillosamente interrumpido por Jazmine. Quien entra a mi cuarto con mi ramo de rosas blancas. Sólo de verlas, un pequeño suspiro escapa de mis labios. 

—¡Libritos!

Está irradiando felicidad y energía positiva. Así se ve siempre después de una práctica. 

—Hola Jazmine.

Sonrío y me siento en mi cama. 

—Traje tus rositas.

Dice, mientras las pone sobre mi escritorio.    

—¿Con quién viniste?

Pregunta, una vez que está sentada frente a mí. 

—Con Duke, por alguna razón Sam lo llamó le pidió que me trajera. 

Le explico, recordando que aún no regañe a Sam por ser tan... Sam. 

—Yo se lo pedí.

Dice, tranquilamente. La miro perpleja. ¿Qué?

—¿Por qué lo hiciste?

Mis ojos están entrecerrados en su dirección. Oh, paciencia. 

—Por que sabía que vendrías con el idiota de Zayn.

—¡Jazmine! ¡No pueden tratarme como un niña!

La reprendo, molesta. Rueda sus ojos sin darle importancia a mis palabras.

—Sabes que no me gusta. Además, no quiero que te lastime.

Sus ojos me miran con preocupación y me siento culpable por estar enojada con ella. 

—No lo hará, en todo caso yo le haría daño.

Mis ojos rápidamente llenándose de lágrimas. Duele ser diferente, duele mucho. ¿Y si no estuviera enferma? Seguro estaría con él, ahora mismo. 

—Aurora...No quiero que te sientas mal por esto, perdoname.

Jazmine se acerca a mí, uniendo sus manos con las mías. Sus ojos ahora, llenos de compasión.

—Solamente...—inhalo  con dificultad. Mi corazón negándose a no tener ninguna clase de esperanza.—Es difícil—respiro, tratando de sonar tranquila.

—Lo sé, perdoname por ser tan metida—Jazmine esboza una sonrisa incómoda y me río de su expresión. 

—Tienes suerte que esté acostumbrada.

Sonrío sinceramente y Jazmine también lo hace. 

—¿Podemos bajar a tomar algo caliente?

Le pregunto. Siempre que llueve me gusta tomar chocolate caliente hecho por mi papá. Con suerte ya llegó de su trabajo, pienso. 

Encantadoramente diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora