Capítulo 26.

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Mi mente está tratando de procesar lo que Zayn acaba de decir, pero eso es algo imposible. Mis ojos están perdidos y no saben adonde mirar. 

Zayn me mira expectante y a cada segundo que pasa, parece que su mirada se va poniendo más y más ansiosa. 

He perdido mi capacidad de hablar, mi mundo se ha detenido y esta vez no sé como hacer para que vuelva a girar. Él me dejó sin palabras. Estoy un estado de shock. 

 —Yo...Eh...

Balbuceo nerviosa.

—Si tu miedo es que vaya a lastimarte, prometo que no te haré daño. 

Sus ojos sinceros, queriendome. 

 Pero yo si te haré daño Zayn. 

 —Sé que tu quieres a un chico que sea el opuesto a mí, que quizás no soportes mi forma de ser, pero yo...Yo quiero cuidar de ti.

Susurra, sus ojos quemando con la sinceridad de sus palabras. Estoy completamente muda, escuchando cada una de las cosas que me dice, grabándolas en mi corazón.

—No entiendo lo que me pasa cada vez que estás cerca, yo pierdo el control de todo y no sé que decir, que hacer. Me comporto como un idiota, pero te juro que no puedo soportar ver como todos esos malnacidos en el colegio te observan, o como el jodido de Duke te come con la mirada mientras dicta sus clases. 

Continúa, su mirada intensa y algo recelosa mientras confiesa sus celos hacia mí. Mi corazón está latiendo más fuerte que nunca dentro de mi pecho, agradecido por escuchar palabras que siempre quiso oír. Estoy rebosando en felicidad.

—Quiero que sepan que tú eres mía, solo mía.

Murmura, en voz baja. Su mirada viajando a mis labios. En un acto de desespero pega su frente con la mía, sus ojos cerrados, su respiración acelerada.

—Te lo suplico, no seré tan fastidioso como siempre. 

Agrega, riéndose al final de su oración, contagiándome con su risa. 

Cuando mi pecho se estremece a causa de la risa, me doy cuenta que estoy llorando, lágrimas bañando mis mejillas. Lágrimas que revelan lo que siente mi interior, cuentan la historia de alguien que se sentía muy sola, alguien que pensaba que nunca podría ser normal porque descubrió que tenía una enfermedad horrible y perdió toda clase de esperanza. Pero que se siente más viva que nunca hace exactamente dos semanas. 

—Sí, si quiero. 

Respiro, mi corazón saltando de felicidad dentro de mí. Mi querida subconsciente llorando de felicidad en un rincón. 

Zayn abre sus ojos sorprendido y parece no creer lo que termino de decir. Se queda perdido por unos segundos, observando mi rostro, para después sonreír abiertamente. Una sonrisa preciosa y blanca. Dios mío, es hermoso. Con una mano acomoda un mechón de mi cabello, detrás de mi oreja y de forma lenta y suave, besa mi mejilla repetidas veces, borrando así las lágrimas que caen desde mis ojos. Luego que lo hace unas varias veces no puedo contener mi sonrisa y río como una colegiala. 

—¡Ya para!

Le digo, mientras él aun reparte besos por mi rostro, sus brazos apretando mi cintura. Los dos nos estamos riendo y se siente hermoso. 

Su risa se detiene de pronto y se ve serio de repente. Se acerca a mi rostro, rozando su nariz con la mía, provocando que una risita salga de mi garganta. Deja un casto beso en mis labios, haciendo que mis ojos se cierren por completo y mi boca quede con ganas de más. 

Encantadoramente diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora