Predestinados

O N C E

Si bien en un principio sentí un agotamiento abrumador, después de las primeras dos horas de clase olvidé el asunto por completo y la única razón de esto, era Jungkook quien finalmente aparecía en mi itinerario. En la clase de ciencias sentí una fastidiosa ansiedad por hablarle debido a que no se había sentado conmigo en esa ocasión y mi compañero, Kevin Johnson, parecía no haber olvidado para nada el tema.

-Dime que sucedió con Jeon Jungkook, toda la generación está hablando acerca del accidente que tuvieron la semana pasada- murmuró discretamente para evitar que el profesor nos reprendiera por no prestar atención a la clase.

-No sucedió nada, simplemente se ofreció a llevarme a casa en la moto y luego ocurrió el accidente, no fue la gran cosa- expliqué mientras mordisqueaba mi lapicero y miraba discretamente en dirección al chico castaño que se encontraba al fondo del salón con la mejilla apoyada en la palma de su mano y como de costumbre, mascaba con flojera una goma de mascar.

Me quedé mirándolo por un segundo, importándome un rayo si él lo notaba porque de hecho quería que lo notase, pero no lo hizo.
Estaba confundida. No me había dirigido la palabra en todo el día, aun cuando estuve ausente gran parte de la semana pasada.
Tal vez imaginé que él me recibiría esa mañana con una sonrisa y continuaría acosándome y diciendo cosas halagadoras.

-¿Por qué te llevaba a casa? ¿Salieron juntos?- preguntó el chico pálido a mi lado y yo bufé como un toro, exasperada por sus preguntas.

-Evidentemente salimos juntos- refunfuñé, mirando nuevamente al frente del salón y de pronto la conciencia me reclamaba por haber sido tan estúpida.
En ese momento me sentí igual que Dakota. La única diferencia era que yo no estaba enamorada de Jungkook, aunque ciertamente llegué a creer que le atraía de una manera tan intensa que al final me halagó bastante.

Es claro que no tenía a Jungkook como un prospecto amoroso, pero me parecía de mal gusto su comportamiento. Durante varios días me acosó sin parar y ahora ni siquiera me miraba al estar cerca. ¿Quién se creía que era? Me preguntaba qué razones tendría para ignorarme tan repentinamente y lo único que se me ocurría era que al igual que mi antigua amiga, le había aburrido muy pronto. Eso golpeó fuerte mi ego y apenas podía creer que eso fuera real.

Cuando la clase de ciencias terminó, me dediqué también a ignorarlo aunque eso no causaba ninguna inmutación en él. Desayuné en compañía de Kevin y Sarah, otra chica de mi generación. Esta última no era una persona con quien me fascinara compartir mi tiempo, pues hablaba demasiado, hasta el punto de quedarse sin aliento y además, sabía que también era buena amiga de Dakota, así que intentaba ser precavida y no hablar acerca de Jungkook, aun cuando ella intentó mencionarlo un par de veces.

-Se ve que él está interesado en ti, lo he notado desde hace tanto tiempo, suele mirarte bastante- parloteó entusiasmada. Demasiado entusiasmada para tratarse de un tema que no le incumbía en absoluto.

Jungkook ni siquiera me había mirado en todo el día y además dudaba mucho que Sarah hubiera notado algún tipo de atracción desde "hace tanto tiempo", como ella decía. Pues apenas habían transcurrido un par de semanas desde que Jungkook comenzó a mostrar interés.

-Me da igual- espeté, pero en realidad no era así.

En efecto, estaba enfadada y pasé el resto del día de esa forma. Al llegar a casa comencé a meditar demasiado. Pensaba en lo que podría haber hecho para que Jungkook perdiera el interés súbitamente.
Probablemente el hecho de haber arruinado su motocicleta, a fin de cuentas, si le había enfadado.

«¡Que se vaya al diablo!» Me dije a mi misma.

Si Jeon Jungkook estaba enfadado por su motocicleta, yo también debía estar aún más enfadada, porque ese paseo casi me costó la vida.
Por un par de días me repetí lo mismo, pero mentiría si dijera que no dejaba de sorprenderme la irreverencia de ese sujeto.
Incluso me pareció increíble que Dave Ford me saludara una mañana al encontrarnos en el corredor. Me pregunto acerca del incidente y dijo que "le alegraba que todo hubiera salido bien".
No comprendía que era "bien" para él. Quizá se refería únicamente al hecho de que aun tuviera mi vida y todas mis extremidades intactas. Pero en cuanto a todo lo demás, nada estaba bien.