T R E I N T A Y C I N C O

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Pasé el día entero pensando en lo que Dave Ford me dijo. No quería desilusionarme tanto, a partir de su opinión y su forma de ver las cosas, pero sabía que él era un chico que conocía bien a Jungkook y conocía más que yo acerca de sus costumbres.
Pero a pesar de que tuviera tanto miedo ahora, no pude retractarme en absoluto y en efecto, entré al salón de Biología, con la cadena de platacolumpiándose en mi cuello.

Esperaba a que Jungkook lo notase y durante largo rato esperé alguna reacción de su parte, pero tan solo me había dirigido la mirada en un principio y se limitó a regalarme una sonrisa vacía, como si se tratara de un favor y no un sentimiento.
Tal vez estaba predispuesta. Tal vez debía hablar con él.

Si claro. Apenas tuve el valor de mirarlo lo suficiente para que lo notara cuando nos cruzamos frente a frente en el corredor durante nuestras horas de clase.

Lo observé fijamente y esperaba que con ello comprendiera cuanto deseaba que habláramos, pero él tan solo volvió a sonreír y siguió de largo.
Un minuto. ¿Qué estaba ocurriendo? Esa era la forma en que se suponía que yo debía actuar. Era justamente esa actitud distante que Dave mencionó desde un principio.

Sin embargo, era Jungkook quien la aplicaba conmigo y... ¿Su finalidad era?
¿A que estábamos jugando?
Sentí tanta vergüenza que me deshice del collar de plata y al llegar a casa lo arrojé al retrete. Luego de un rato me arrepentí y comencé a llorar porque ya no había nada que hacer. El collar se había ido.
Era patética, ahí, llorando al frente del retrete.
¿Qué estaba ocurriendo conmigo?

Durante los siguientes días esperaba que el destino cambiara. Esperaba que la vida volviera a su rumbo natural, en el que Jungkook y yo no podíamos pasar tanto tiempo lejos uno del otro. ¿O me equivocaba?
A Jungkook parecía irle de maravilla después de nuestro último encuentro, como si aquello le hubiera brindado de la energía suficiente para alejarse otro poco, en lugar de haberle hecho notar que quería estár más cerca.

Eso me dolió. ¿Acaso yo no era lo suficientemente linda, atractiva o ardiente para atraerlo y mantenerlo conmigo?

Me preguntaba si debía evadirlo también. No. Ni siquiera podía evadir a Dave, pues habíamos hecho equipo para un proyecto de literatura que presentaríamos juntos en clase.
Pasábamos tiempo hablando acerca de la novela "Orgullo y prejuicio" y el tema romántico me rompía el corazón así que no era de extrañarse que Dave se viera forzado a escuchar una vez más mis lamentos.

La única forma de describir mi situación era con la palabra melancolía. Estaba devastada, dolida, decepcionada. Pero Dave Ford tuvo razón. Estaba a punto de experimentar una serie de sentimientos en fases tras el rompimiento.

Todo comenzó un jueves, en la biblioteca, cuando leía la novela de la clase de literatura.
A unos metros de distancia, Jungkook se encontraba distraído con sus propios asuntos. No me miraba siquiera, porque estaba más ocupado charlando entre alarmantes jugueteos con otra chica de la clase.
Su nombre era Regina Baker. Era una estudiante popular, que pasaba mucho tiempo con un grupo de personas en específico. Nadie similar a Jungkook, así que debo decir que me sorprendió descubrir que ambos harían juntos el trabajo de literatura.

«Tranquila, esto no significa nada» Me dije a mi misma, pero pasé el resto del día vigilando a Regina como un halcón.
Más apropiado sería decir que estuve siguiendo cada uno de sus pasos y para mi desagradable sorpresa, noté que se encontraba con Jungkook durante el almuerzo, para salir juntos de las instalaciones.
Justo como solíamos hacerlo tiempo atrás, cuando él comenzó a invitarme a salir.

Seguramente iban a Mc Donalds y lo más denigrante de eso, es que Jungkook, a diferencia de mí, no sentía la necesidad de restregármelo en la cara.
¿Por qué? Quizá porque yo realmente le importaba una mierda ahora.

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