Habían transcurrido tan solo dos semanas desde que Jungkook me pidió un tiempo para pensar acerca de nuestra relación y lo cierto es que no estaba emocionalmente lista para superarlo, así que era de suponer que tan solo su nombre hacía temblar mis rodillas.
-Jungkook me habló hoy de ti- murmuró Dave sentado a mi lado en una banca de la biblioteca, cerca del ventanal. A una distancia considerable, el chico que mencionábamos estaba distraído escribiendo un reporte de un libro para la clase de literatura y de vez en cuando sus ojos marrones me miraban con discreción, causando en mí una sensación abrumadora que apenas podía controlar.
-¿Bromeas? ¿Qué dijo?
-Me contó que no han hablado desde que te pidió el tiempo y me preguntó si habías hablado conmigo acerca de él- explicó con voz muy baja, al mismo tiempo en que pasaba las hojas de su novela, pretendiendo normalidad conmigo.
-¿Y qué le dijiste?
-Le dije que tan solo me mencionaste que Dylan Brady ha estado invitándote a salir últimamente.
Sonreí con malicia junto con ese chico al escuchar aquello. Era un genio. Era mi salvador. Sentía la victoria entre mis manos, pero aún era muy pronto para celebrar.-Eres un genio- reí bajito- Bien, ¿Qué debo hacer ahora? ¿Debo hablarle o esperar a que él me hable?- pregunté entusiasmada.
-Ninguna de las dos- respondió Dave a regaña dientes- Escucha Lexi, debes ser muy cuidadosa, esto aún está comenzando y Jungkook está tanteando la situación. Seguramente sospecha de lo que estamos haciendo así que querrá recuperar el control. Lo mejor será que esperes un poco más antes de atacar- me advirtió pero yo no era paciente en absoluto.
¿Esperar un poco más? ¿Cuánto tiempo más debía esperar? No podía soportarlo. Extrañaba a Jungkook y no podía evitar emocionarme cada vez que notaba que estaba mirándome.
¿Acaso lo hacía para manipularme?
Él me conocía lo suficiente para saber que yo era débil ante esa mirada y ante su persistencia.
En los juegos del gato y el ratón, yo siempre era el ratón vulnerable y débil.-Si Jungkook intenta hablarte, sigue el plan- me dijo el chico antes de marcharse y no supe a qué se refería con eso. ¿El plan? ¿Cuál era el plan? ¿Debía ignorarlo? ¿Debía sonreírle y seguir mi camino?
Recordaba que Dave me advirtió que si lucía enfadada Jungkook sabría que estaba herida, así que mi mejor arma era la indiferencia. ¿Pero cómo ser indiferente y distante a la vez?Predije el peligro desde el momento en que noté que Jungkook me seguía los pasos al salir de la biblioteca y podía sentir el corazón en el cuello mientras aceleraba la marcha para impedir que me alcanzara.
Me refugié en el baño de chicas y esperé por largo rato para que se largara.
Mientras tanto arreglé mi maquillaje y trate de recuperar el aliento.«¡Huye!» gritó una voz en mi cabeza cuando salí de mi escondite como el ratoncillo que antes mencioné.
Miré de un lado a otro, asegurándome de no encontrarlo cerca pero al dar vuelta en el corredor lo vi frente a la máquina de sodas.«¡Mierda!» la misma voz sacudió mis adentros e intenté girar en mis talones para escapar, pero Jungkook fue capaz de sentir mi presencia como si se tratase de un brujo.
Volvió los ojos antes de que pudiera hacer algún movimiento rápido que me sacara del apuro y pensé que lo mejor sería seguir caminando sin mirarlo... ¡Sin mirarlo!«¡No lo mires estúpida!» me dije y tras unos segundos de haberme perdido en la intensidad de sus ojos, bajé la cabeza y continué mi camino, siendo del todo consiente de la forma en que me observaba con tanta atención.
El sonido de sus pasos me alertaron que se acercaba nuevamente y esta vez no pude escapar.-Hola Lexi- le escuché decir y mi alma se hizo trizas.
Las paredes a mí alrededor se comprimían hasta asfixiarme y su perfume tenía un don para atraerme como a su única presa.-Hola- saludé más animadamente de lo que debía y al devolverle la mirada, sonreí.
«Recuerda ser indiferente. No luzcas desesperada ni dolida» imaginé la voz de Dave en mi mente e intenté con todas mis fuerzas seguir sus recomendaciones, pero Jungkook se robaba toda mi atención con esos malditos ojos y esa sonrisa enloquecedora.-Me preguntaba si tienes los apuntes del parcial de Biología. Perdí los míos y los necesito para estudiar- parloteó y me abstuve a soltar una carcajada de pura alegría. Sabía que Jungkook estaba ahí, inventando escusas para hablarme y no pude evitar dedicarle una mirada de incredulidad.
-¿Desde cuándo estudias?- pregunté y sabía que estaba metiéndome a un juego peligroso al preguntarle aquello.
Ese chico era un experto de la manipulación y yo era su títere. Nada más que eso. Asi que las voces en mi cabeza comenzaban a desaparecer rápidamente.-He decidido mejorar mis notas, así que pensé que podría comenzar esta tarde- continuó diciendo sin dejar de sonreír. Llegamos hasta mi casillero y quise esconder el rostro en lo más profundo de este para impedir que Jungkook notase mis mejillas enrojecidas por su simple cercanía y su melodiosa voz.
-No me digas- repliqué.
-Aja- asintió insistente. Se reposó de los casilleros a mi lado y supe que estaba coqueteando por la forma en que me observaba y me enseñaba sus blancos dientes entre atractivas sonrisas. Un momento de silencio me atrapó y Jungkook supo que yo era un bocadillo fácil de conseguir.
Ya me tenía en sus garras, no había nada que pudiera salvarme.-De acuerdo, solo quería un pretexto para hablarte- confesó por fin y aquello me recordó las primeras veces en que se acercó para hablarme, varios meses atrás.
Era esa actitud sincera y atrevida la que me había enamorado. Nunca tenía vergüenza de confesar lo que pensaba y eso era lo más lindo en él. Sin embargo, me sentí triste, porque todo eso se había terminado demasiado rápido y mi sonrisa desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
-Ya lo has hecho- musité- adiós Jungkook.
Tomé mi abrigo y cerré mi casillero, dándome media vuelta para marcharme. El chico también borró la sonrisa y encogió las cejas, siguiéndome para impedirme dejarlo ahí como a un tonto.-Espera, pensé que quizá podríamos ir a ver una película- continuó atacando y con cada palabra mi corazón se rompía otro poco. Si seguía con eso, me haría llorar. No podía permitirlo.
Fruncí los labios como si lo meditara por un momento pero mi cometido era dejarlo con las ganas, aunque sabía bien que yo igual estaba castigándome de esa forma.
-Tal vez otro día- respondí con firmeza y por un instante creí que tenía el control de todo eso, pero Jungkook tenia las palabras mágicas que me harían caer de rodillas.
-Vamos Lexi, te extraño. No me trates así- tomó mi mano y jaló suavemente para detenerme. Sus ojos tenían un rastro de súplica y dolor que me hicieron sentir culpable- no hemos hablado en semanas, ¿No me extrañas?- me interrogó y la saliva en mi garganta, descendió como un bloque de piedra, hasta caer con fuerza a mi estómago.
-Por supuesto, pero tú fuiste quien quiso esto- solté su mano y ya comenzaba a sentir las lágrimas en mis ojos, delatando mis verdaderos sentimientos. Yo no era indiferente. No lo había olvidado. Lo quería demasiado y lo extrañaba tanto.
-¿Qué cosa?
-Esto, tonto... tú terminaste conmigo.
-Yo no terminé contigo, tan solo te pedí un tiempo porqué he tenido muchos problemas. Te dije claramente que no quería dejar de verte- insistió y suspiré con pesar.
No sabía lo que debía hacer. No sabía cómo podría negarme y Jungkook se aprovechaba de mi debilidad con una agilidad maestra.
Volvió a tomar mi mano y me atrajo con suavidad para seducirme con la calidez de su cuerpo y su tono tan delicado.-Pasemos la tarde juntos, podemos ver una película o algo así- rogó, deslizando suavemente su pulgar en mi mejilla para limpiar una lágrima fugitiva y eso fue suficiente para vencerme.
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Predestinados
FanficUna mirada, una sonrisa, un beso. La historia de la chica a la que el amor y la muerte la persiguen. Esta historia estaba adaptada con personaje masculino a Harry Styles. Todos los créditos a su autora