Perdí la noción del tiempo. ¡Más que eso! Perdí toda cordura, rompí cada una de las normas que intenté ponerme desde el comienzo de la noche y Jungkook era el único responsable de ello.
No estaba segura de como sucedió pero terminé besándolo por largo rato en la privacidad de las escaleras. Tal vez era la forma en que me permitía tomar el control de sus labios y eso me hacía sentir tan atrevida y tan deseada.El chico apoyó los brazos en el escalón a sus espaldas y yo me iba contra él sin vergüenza alguna, sosteniendo su rostro entre mis manos y besándolo alocadamente. Sonrió, suspiró y prolongó el recorrido de su lengua en mi cavidad bucal. Luego, nos tomamos un minuto para respirar de cerca, mirándonos sin decir palabra alguna. No había nada que decir, sabíamos que nada de eso fue planeado. Me aparté cuando finalmente consideré que había tenido suficiente de eso. Era tiempo de recuperar la compostura, pero nada en esa fiesta podía ayudarme, por el contrario me sumía más y más en la ebriedad.
Estaba bebiendo demasiado, nunca en mi vida bebí de esa forma y aquella chica ya no era yo.
Terminé bailando al centro del jardín entre mirones y gritones que me animaban a seguir. Jungkook era uno de ellos pero después de nuestro último beso, mi conciencia me decía que debía escapar de él, aunque eso no era nada sencillo ya que mis defensas eran nulas y apenas podía caminar sin tropezarme.-Aquí tienes, linda- dijo un chico rubio que apenas había conocido esa noche. Lucía mayor, apostaba a que era de último año y parecía interesado en mí al entregarme otro shot en un vaso de trago corto. Lo bebí, vertiendo un poco con torpeza en mi ropa y reí desequilibrada, sintiendo el calor de las manos de ese sujeto que me tomaba con cautela de los brazos, acariciándome- estás fría, nena, déjame llevarte adentro- me dijo y yo acepté sin meditar en su invitación, pero antes de que entráramos a la casa, mi cita apareció para terminar el trabajo.
-Está bien, ella viene conmigo, yo me encargo- la voz de Jungkook se escuchaba cerca pero mis ojos estaban tan desorientados que demoré en encontrarlo, aun cuando estaba justo frente a mí. Me tomó de la mano y me alejó del rubio que en un segundo desapareció de mi campo de visión.
-No puedo ni caminar- balbuceé y la risa de Jungkook causaba un cosquilleo en mis adentros. Parecía que el alcohol no afectaba en absoluto las mariposas en mi estómago, pues estás seguían revoloteando con fuerza.
-Entonces deja de beber- sugirió y yo asentí obediente.
-Sí, si- acepté atolondrada cuando se plantó delante de mí y me tomó por los hombros, mirándome con diversión. Mi cabeza daba vueltas y estaba desequilibrada, podría haber caído al suelo aun cuando no estaba moviéndome y Jungkook me sujetaba con la debida firmeza para mantenerme en pie.
-¿Estás bien? ¿Quieres recostarte? Puedo pedirle a Brenda que nos dé una habitación- ofreció con un murmullo y quizá yo estaba tan ebria como nunca lo estuve, pero no era tan ingenua y suponía lo que Jungkook planeaba al invitarme a buscar una habitación.
-¿Estás loco? Apenas puedo moverme y tú quieres llevarme a una habitación- le reclamé y él carcajeó animadamente, sin intimidarle mi acusación.
-Tranquila, no es lo que piensas, solo quiero ayudarte- aseguró.
-Ayudarme- repetí- ayudarme a encontrar la cama y esa cosa...- apunté su entrepierna y Jungkook no paraba de reír y tampoco paraba de tocarme. Sus manos me sostenían con dulzura y en ocasiones acariciaba mis brazos desnudos.
-¿De qué cosa hablas?- preguntó risueño, deslizando una mano a mi espalda baja cuando me apoyé de su pecho y suspiré.
-No iré a la cama contigo- me negué obstinada y el chico me seguía el juego, pretendiendo desilusión.
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Predestinados
FanfictionUna mirada, una sonrisa, un beso. La historia de la chica a la que el amor y la muerte la persiguen. Esta historia estaba adaptada con personaje masculino a Harry Styles. Todos los créditos a su autora