V E I N T I U N O

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-Recuerda de lo que hablamos ayer Lexi- me advirtió mamá antes de partir y ni siquiera le interesó que Jungkook estuviera ahí mismo, en la entrada de la casa, con su mejor sonrisa.

-Lo sé- bufé de mala gana y ella se marchó en su auto, dejándome sola con el castaño que me guio hasta el suyo.

-¿De que hablaron ayer?- quiso saber. Supuse que él tenía sus sospechas, pero decidí mentirle.

-Lo mismo de siempre, debo volver a casa en cuanto salga del colegio, mis padres se toman muy enserio esto del toque de queda- murmuré, jugando con la radio mientras Jungkook miraba el camino y sin dar rodeos llevaba su mano a mi pierna para acariciarme. Fue un acto inesperado que me hizo estremecer y lo pensé dos veces antes de tomar su mano para entrelazarla a la mía.

-Mis padres también están un poco preocupados, pero creo que no tanto como tus padres, porque yo soy chico- continuó la conversación sin centrar la atención en nuestro toque. Parecía que deseaba convertirlo en algo natural, sin presiones ni incomodidades. Me quedé en silencio después. Miraba las calles cubiertas de nieve. Ya comenzaba a sentirse el ambiente navideño y las casas estaban decoradas, listas para recibir esa época del año.
Jungkook manejaba con calma para mantener la seguridad, ahora que el hielo en los suelos podrían ser un peligro, y en cada ocasión en que se detenía en un semáforo, llevaba mi mano a sus labios y la besaba sin siquiera mirarme, como si aquel acto fuera algo espontaneo de lo que apenas se daba cuenta.

Me pareció dulce y me esforcé por no suspirar. ¿Qué era lo que estaba haciendo conmigo? Al llegar al colegio, las cosas fueron diferentes a lo que habían sido antes. Ahora esperaba con ansias que llegasen las clases que compartíamos juntos y yo misma lo buscaba para sentarme a su lado.

En la clase de literatura no dejamos de hablar ni un segundo y luego el periodo de Biología fue igual.
Sus estupideces estaban enamorándome mucho más de lo que podía concebir. Reí en voz baja cuando hizo estallar una bomba con su goma de mascar. El resto de la clase estaba en silencio, escuchando la explicación de ese profesor que era sin dudas uno de los más estrictos del colegio. Pero a Jungkook, no parecía interesarle eso y continuaba reventando su goma ruidosamente, haciéndome reír pese a lo simple que era.

-Shh- me calló por lo bajo, haciendo un gesto de seriedad aun cuando sabía que tan solo estaba payaseando. Miró al frente, llevó una mano a su mentón y asintió con la cabeza, como si analizara con detenimiento lo que el profesor decía aun cuando apostaba a que no entendía ni un rayo de protones, neutrones y electrones.

Lo observé fascinada. Tenía esa expresión cómica y tras unos segundos de calma volvía a estallar otra ruidosa bomba que me hacía ruborizar de la risa.
Un par de chicos en la fila de enfrente volvieron la vista al escucharme reír y Jungkook sonrió.

-Lo lamento- susurró y ellos también soltaron risitas silenciosas. Todos ahí estábamos de acuerdo en que Jeon Jungkook era el payaso de la clase. -Deja de reírte- me advirtió a murmullos, pero continuaba haciendo ruido con su goma de mascar y debido a que todos estaban en silencio, se podía escuchar por todo el aula.

Apreté los labios y esperé a que lo hiciera de nuevo.
El chico mantenía la vista al frente y anolaba la goma antes de ponerla al frente de sus dientes, soplando con fuerza para intentar formar una burbuja, pero en esta ocasión falló y el aire salió a presión de su boca, soltando un fuerte silbido que me hizo estallar en carcajadas. No podía creer lo simple que me había tornado. Finalmente el profesor nos miró enfurecido y en el alrededor también se escucharon algunas risitas, antes de que ambos fuéramos suspendidos de la clase.

-Jungkook y Lexi, si están más interesados en el coqueteo que en escuchar el tema de la clase, deberán retirarse ya mismo- apuntó la salida y los dos negamos pero esa no era una pregunta. Fuimos echados como perros y el resto del alumnado hizo agudos ruidos de burla por nosotros y lo que el profesor denominó como "coqueteo".

Experimenté una oleada de vergüenza al ponerme de pie junto con el culpable de mis risas y los dos salimos del salón de clase. Pero antes de abandonar el lugar, pude notar la mirada fija de Dakota que me observaba con lo que parecía ser... ¿tristeza?
Por primera vez en mucho tiempo, sentí lastima por ella pero a final de cuentas me era imposible resistirme a Jungkook y sus tonterías.

-Tenías que reírte, amor- me culpó pero no pude refutar nada porque la forma en que me había llamado "amor", me resulto más linda de lo que pude concebir.

Tomé su mano y lo llevé a lo largo de los corredores.
Había frio afuera, en los jardines la nieve predominaba, pero no nos interesó en absoluto. Ese lugar era perfecto para escondernos un rato y en poco tiempo, ya estábamos besándonos. Me acorraló contra el tronco de un árbol y sus manos eran lo mejor que me había pasado. Su tacto era estremecedor y maravilloso. La forma en que estaba tocándome era atrevida y era capaz de volverme loca.

PredestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora