V E I N T I O C H O

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-¿Lexi préstame un cepillo para el cabello?- Martin llegó a mi habitación con el cabello húmedo y alborotado.

Su perfume varonil inundaba mi habitación de inmediato y se miraba con vanidad al espejo.

-Tómalo de ahí- señalé el tocador mientras me barnizaba las uñas en la cama. El chico obedeció y se cepillaba el cabello meticulosamente.
Era el hombre más narcisista que hubiera conocido, en eso se parecía un poco a mí, pero él llevaba las cosas al limite.

Dejé de prestarle atención después de unos minutos, me divertía combinando el barniz de mis uñas con mis zapatos de tacón color dorado.
Todos mis accesorios eran dorados para resaltar con mi vestido negro de coctel. Estábamos demasiado elegantes para una reunión familiar.

Las únicas personas que nos visitarían, serían algunas amigas de mi madre y Jungkook.
Estaba ansiosa por este último. Todo mi atuendo fue elegido por él, especialmente el vestido que había comprado esa mañana con la ayuda de mi tía.
Mamá aún no lo había visto y sabía que tendría muchos comentarios negativos debido al escote frontal que resaltaba mi busto, y también el escote posterior que dejaba a la vista gran parte de mi espalda.

-Hay mucho frío para usar eso- comentó Martin, pero no hice caso.

-No saldremos a ningún lado y abajo, la chimenea está prendida- justifiqué mi osadía y el chico resopló.

-Solo lo haces porque quieres que tu novio te vea los pezones. Mejor desnúdate Lexi, será más fácil así- se burló, pero no me enfadaba en absoluto, tan solo me hacía sentir orgullosa de que mencionara que ese chico era "mi novio".

-Si quisiera desnudarme, lo haría, pero eso no te incumbe a ti- parlotee y finalmente me puse de pie campante.

Me miré al espejo y me sentí satisfecha con lo que observaba, aunque no tan cómoda del hecho de que mi primo estuviera dando un vistazo a mi pecho.

-Basta- refunfuñé.

-Lo lamento, es imposible no verlo. ¿Qué mierda hiciste? ¿Te pusiste relleno?- preguntó confundido y con eso me desilusionaba. Yo no era como cualquier chica que pudiera lucir sus curvas sin que la gente pensara que era falso.

-No es relleno, solo es la copa del vestido, realza mi pecho. ¿Ya podemos dejar de hablar de eso?- bufé.

-De acuerdo, pero tú mamá no te dejará cenar así- me advirtió. Lo pensé dos veces y me puse un collar más grande para desviar la atención de mi busto.
Sin embargo, tal como Martin lo predijo, al bajar las escaleras mi madre se quedó mirando mi vestido.

-¿De dónde sacaste ese vestido?- preguntó sorprendida.

-Es el que compré esta mañana, mamá- suspiré mientras revisaba la selección de champagne de ese año.

-Es un vestido bonito, pero es muy revelador. Pareces una mujer mayor, no se te ve bien- parloteo y fruncí el ceño.

-Gracias mamá, dejaste claro que me veo mal- le recriminé pero a ella eso no le importaba.

-Si- repitió- se ve mal en una chica de tu edad, es muy vulgar...- Continuó tratando de sabotear mis decisiones. Sabía que quería que me cambiara el vestido pero no lo diría explícitamente, sino que intentaría criticarlo de esa forma primero, para que yo misma dudara de la prenda. Sin embargo, estaba tan convencida de que volvería loco a Jungkook con ese vestido, que nada más me importaba y no había forma de que me arrepentiera.

Una risa interrumpió el momento. Mi padre y mi tía entraban al lugar. Él hombre era quien reía al verme de esa forma, pero papá era alguien simple y llevadero, así que estaba segura de que no daría ningún comentario pesimista, más allá de sus burlas.

PredestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora