capítulo XI (11)

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Por la mañana al despertarme encontré un sobre encima de mi almohada, ¿cómo había llegado hasta aquí?, lo miré, en el sobre solo había un nombre "Diego". ¿Cómo lo había dejado sin que yo notase su presencia, y sin que mis padres lo descubrieran?, ¿en qué momento había estado en mi habitación y porque no me había despertado?, ¡necesitaba decirle tantas cosas!, abrí el sobre antes de sentarme, su letra era inconfundible.

"Siento lo ocurrido Beca, yo no pretendía que me vieras así, mi comportamiento ha sido de lo más estúpido, debería haber tomado mis precauciones para no ponerte en peligro, si te hubiese pasado algo yo no podría perdonármelo, tal vez me haya equivocado y tú no eras para mí, ¡somos tan diferentes! No sabes lo difícil que me es escribirte estas letras, intenté ser lo que no soy y ahora me doy cuenta que no puedo escapar de mi destino, soy un vampiro y eso no lo va a cambiar nadie. No vuelvas por el pazo porque ya no estaré, no sé por cuánto tiempo me iré pero no me esperes, sique con tu vida, como antes de conocerme, lo siento, siento muchísimo todo esto, nunca olvidaré lo que has hecho por mí, pensaba que el quererte bastaría para cambiarme pero no, no es así, me equivoqué. Se feliz.

¡No!, sentí como un frío intenso invadía mi cuerpo, arrugué el papel y lo tiré a la otra esquina de la habitación, mi corazón empezaba a latir más deprisa de lo normal, necesitaba verle, decirle que mi vida ya no me pertenecía, que por él sería capaz de todo incluso de ser como él, todo con tal de estar a su lado. Me puse los tenis y cogí la cazadora, miré el reloj eran las seis y veinte de la madrugada, sabía que mis padres no me dejarían salir pero me daba igual, yo necesitaba hablar con Diego antes de que se marcharse, cuando iba a salir apareció mi madre.

_ ¿Qué te pasa Beca, estás enferma?, estás temblando

_ Estoy bien, solo que necesito salir.

_ ¿A estas horas?, ni hablar.

_ ¡De verdad mamá que necesito salir!

_ ¿A dónde, que es tan importante que no puede esperar?

_ No puedo decírtelo, solo que necesito sa...

Antes de que terminase la frase todo se volvió borroso, oscuro y dejé de pensar, cuando recuperé el sentido mis padres estaban a mi lado y después de decirle mil veces que me encontraba bien y suplicarle que no quería ver a ningún médico me dejaron descansar. Intenté escaparme pero me fue imposible, mi madre se pasaba cada quince minutos por mi cuarto, una hora después me trajo el desayuno a la cama y se sentó a mi lado.

_ ¿Cómo te encuentras, porque te desmayaste Beca?, ¿acaso tienes algo que decirme, estás embarazada?, puedes contármelo.

_ ¡No!, quiero decir que no estoy embarazada, ¿cómo puedes pensar eso?, yo nunca...


_ Está bien, pero hasta hace unas horas estabas nerviosa, querías salir, ver a alguien y luego te desmayaste, ¿qué quieres que piense?, creí que tal vez tú y Roberto, no sé, sabes que me puedes contar lo que quieras, yo sabré comprender, pensé que habías tenido un disgusto con él, tenía que asegurarme.

_ ¿Qué has hecho mamá, no habrás llamado a Roberto?

_ Lo siento hija pero tú no querías decirme nada, de todas maneras él no sabía nada, ¿con quién te tenías que ver Beca?

_ ¿Cómo has podido hacerme esto?, ¿por qué lo has llamado?, ya te he dicho mil veces que Roberto y yo no estamos juntos, no de la manera en que tú piensas pero tú no quieres entenderlo.

_ ¿Entonces que pasa Beca?

_ No pasa nada mamá, solamente sufrí un ataque de ansiedad, no hay nada más.

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora