capítulo IX (9)

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Se fue y me quedé allí, igual no había sido una buena idea haber estado encadenado pero en aquellos tiempos era lo único que se nos había ocurrido, a lo mejor debería haber insistido más para que acabasen conmigo, tal vez ahora Adam seguiría vivo y Leonard no tendría una segunda oportunidad con su mujer porque su vida habría sido más fácil, nunca debí regresar a casa, debí dejar que pensaran que había muerto. Sin pretenderlo mi vida como vampiro había cambiado de forma negativa a mi familia y me odiaba por ello, en esos momentos aborrecía a todo el mundo, odiaba a los que me habían convertido en esto, ¿porque no me habían dejado morir en aquel callejón? ahora entendía cuando decían que solo convertían a los que verdaderamente lo deseaban, en esos momentos tenía ganas de matarlos, menos mal que Leonard no me había soltado, ya había visto morir demasiada gente por culpa de mi carácter y por mi sed de sangre, odiaba a Leonard porque por culpa de su miedo hacia mí había hecho que Adam muriese y el odio que sentía mi hermano por mí había crecido y todo por no haber sido sincero conmigo, tendría que calmarme, dentro de unas semanas vendría y yo estaría listo para perdonarlo pero nunca volvería a verlo, así su vida sería más fácil. Había aprendido mucho con otros vampiros, ellos me habían enseñado a sacar mi lado más humano y eso es lo que tenía que hacer, prepararme para salir al mundo exterior. Pero las semanas se convirtieron en meses y luego en años, durante un tiempo no perdí la esperanza de que regresara y me soltara, luego me rendí, no sabía lo que le había hecho cambiar de idea pero me prometí a mí mismo que si un día salía de aquí lo averiguaría. Durante todos estos años intenté mantenerme cuerdo, ya era bastante peligroso ser lo que era como para convertirme en un vampiro loco, así que puse en práctica todo lo que me habían enseñado, no fue fácil controlar mi sed, sobre todo cuando los dolores, alucinaciones y espasmos eran difíciles de soportar, entonces acababa bebiendo la sangre de cualquier animal que pillaba pero con el paso del tiempo ellos también aprendieron a alejarse del peligro. Durante aquellos años mi mente y mi oído eran mi únicos aliados y aprendí a usarlos, en ese tiempo pasaron por el Pazo ladrones, okupas y curiosos. Robaron, destrozaron y se llevaron todo lo que pudieron, escuchaba algunas conversaciones y eso era lo que me mantenía menos aislado del mundo, sabía cuánto tiempo llevaba encerrado y que año era y me enteraba de algunas cosas que habían sucedido. La última vez que maté fue hace mucho, entró un ladrón, ya no quedaba nada de valor y mi estado era lamentable, no podía morir pero si sufrir, durante horas intenté manipular su mente para que me encontrase igual que hice contigo, cuando lo conseguí le pedí que me liberase pero no funcionó, estaba demasiado débil, creyó que era como él y que me habían descubierto por eso estaba encadenado, me dijo que si quería que me liberase le tendría que dar algo que valiese tanto como mi libertad, vi en sus ojos que era mentira, nunca me sacaría de ahí, lo que yo poseía era la cadena de oro que llevaba en el cuello, era lo único que tenía de mi madre, cuando intentó cogerla lo agarré por el cuello con mis piernas y se lo rompí, luego bebí toda su sangre, me había hecho la promesa de no matar a nadie más pero el dolor por no saciar mi sed era demasiado terrible como para soportarlo, luego las ratas y algún que otro animal se acercaban para comerse lo que quedaba del cuerpo y eso me permitía a mi saciar mi sed, cazando alguno que otro animal. Un tiempo después apareciste tú, no entendía porque yo, porque me tenían que haber elegido a mí para convertirme en vampiro, para que mi vida no terminara en aquel callejón de Francia, ahora le daba las gracias, había una razón para ello, para que yo acabase aquí, ahora lo entendía, tenía que llegar a ti, tú eras mi destino, tú le has dado un sentido a mi vida. Sé que todo esto es demasiada información en un solo día pero necesitaba contártelo, al principio quería irme sin más, no volver a verte nunca pero pensaba en ti a todas horas, así que regresé, intenté ocultarte lo que yo soy pero eres demasiado insistente, así que decidí contártelo y que fueses tú la que tomase la decisión de seguir viéndonos o no.

_ Tienes razón esto es demasiada información para un solo día, estoy alucinando, necesito pensar en ello, tú, tú eres un vampiro de verdad, ¿eso es lo que intentas decirme?

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora