capítulo XLII (42)

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Cogió mi maleta y entramos en la casa, nos dirigimos al salón que estaba a la izquierda de las escaleras, me senté en uno de los sillones mientras que él se quedó de pie al lado de la ventana.

_ Es verdad que anulé tu billete sin haberte dicho nada y te pido disculpas por ello pero no quiero que te marches por mi comportamiento contigo, sé que no he sido muy amable pero jamás me había encontrado con alguien como tú y eso resulta frustrante. Si aún quieres quedarte en esta ciudad puedo conseguirte un apartamento a buen precio, incluso un nuevo trabajo si no quieres seguir trabajando para mí. Toma, este es el dinero de tu billete por si aún quieres irte, lo único que te pido es que nunca nos menciones, ahora debo irme, hay unos asuntos que necesito arreglar y no puedo aplazarlos.

Me fui de allí unos minutos después de que él lo hiciese, busqué un apartamento para alquilar pero resultaba muy difícil sobre todo si no tenía un trabajo, Luca me había dado el dinero del billete y también por los días que había trabajado para él. Me fui a casa de Maya, quería preguntarle si podía quedarme esa noche con ella ya que no quería volver a la casa de su hermano pero nadie respondió, ¿se habría ido ya?, me dijo que antes se despediría de mí. Recordé que su madre le había dicho a Luca que ella no debía tener contacto alguno con nosotros, si no quería meterla en un buen lio tenía que marcharme de ese lugar, mientras caminaba calle abajo escuché como un coche se paraba a mi lado, era Luca.

_ Sube.

_ Puedo caminar.

_ Por favor.

Una vez dentro me miró unos segundos que para mí se volvieron interminables antes de volver a fijar la vista en la carretera.

_ ¿Qué haces aquí?

_ He ido a ver a Maya pero no está, quería que me dejase pasar la noche en su casa, ¿tú sabes dónde ha ido?

_ Está con su madre, no se verán durante mucho tiempo así que pasaran un rato juntas.

_ Hablas de la madre de Maya como si le importase su hija.

_ ¿Qué quieres decir?

_ Nada, perdona.

_ No sé qué te ha contado Maya sobre ella pero a pesar de todo es su madre y le debe respecto.

_ Ya, ¿por qué me has traído de nuevo a tu casa?, no pienso quedarme.

_ Lo sé, además este sitio ya no es seguro para ti, demasiada gente observándonos.

_ ¿Qué quieres decir?

_ Nada que deba preocuparte, pasa esta noche aquí y mañana buscaremos un apartamento que puedas alquilar, ¿o tienes otros planes?

_ Bueno, aún no he decidido nada, sí que me gustaría ver a mis padres y a mi hermano, hay momentos en que los echo muchísimo de menos, pero esta ciudad me gusta y no desearía irme, aún así es difícil encontrar un lugar donde vivir y sobre todo trabajo, tal vez deba plantearme regresar a casa.

_ Puedo ayudarte antes de que me vaya.

_ Antes de que te vayas, ¿a dónde?

_ Tengo que solucionar unos asuntos y Maya tiene que esconderse durante un tiempo, es lo mejor para ella, sobre todo cuando su madre proponga su candidatura, harán preguntas y querrán saber, buscarán a Maya y este lugar ya no será seguro para ella.

_ ¿Volveré a veros?

_ Tal vez.

Luca caminó unos pasos en mi dirección.

_ ¿Sabes Beca?, cuanto más me acerco a ti más pretendo odiarte pero a veces me es imposible, tú eres distinta a todo lo conocido.

_ No te entiendo.

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora