capítulo XII (12)

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_ De verdad que no me puedo creer que os haya hecho esto, no era mi intención, lo que no entiendo es cómo aún seguís siendo mis amigos, deberíais estar odiándome, me siento muy mal, lo siento, lo siento muchísimo.
_ No pasa nada, además parece que lo que te ha ocurrido ya lo has superado, ¿verdad Thelma que ya empieza a ser la misma?
Yo no estaba segura de ello, pero lo que sí tenía claro era que tenía que dejar de pensar en Diego, olvidarlo para siempre y recuperar a mis amigos, después de dejar a Thelma en su casa me preguntó por los exámenes. Le dije que lo llevaba bastante mal y después de la nota del último examen más me valía espabilar si quería acabar el curso con buena puntuación, además la física la llevaba de pena. Roberto se ofreció para ayudarme y durante la semana siguiente se pasó todos los días por mi casa para estudiar juntos y ayudarme con la materia. El sábado hicimos un descanso, Hugo se iba en cuestión de días a Madrid, pronto empezaría la universidad y quería prepararlo todo, así que sus amigos decidieron dale una primera fiesta de despedida. Alquilaron un local y nos reunimos más de cincuenta personas, bailamos, bebimos y charlamos, Roberto estaba sólo, con una bebida en la mano, nos miramos unos segundos. Me acerqué a él y le dije que sabía lo que se sentía cuando uno se separa de alguien a quién quieres, que yo había pasado por algo parecido, luego lo abracé y estuvimos un rato así y cuando nos separamos él me miró de una manera profunda y sin darme tiempo a reaccionar me besó, no me aparté pero tampoco dejé que continuase por mucho tiempo.
_ Perdona si te ha molestado.
_ No, no me molestó pero es que ha sido todo una sorpresa.
_ Ahora que se marcha Hugo veo lo rápido que se ha pasado el curso, verás Beca, creo que estoy enamorado de ti, me gustas desde que subiste aquel domingo a mi caballo y me abrazaste, desde aquel día supe que tú eras alguien especial, sé que tú no sientes lo mismo pero necesitaba decírtelo. Dentro de poco hará un año que llegaste aquí y el tiempo pasa demasiado deprisa como para no aprovecharlo, ahora es mi primo el que se va pero dentro de un año seré yo y antes de que llegue me gustaría pasar ese tiempo a tu lado, tal vez logre que te enamores de mí. Pensaba confesártelo a la vuelta de las navidades pero por aquel entonces tú te habías alejado de todos nosotros.
_ Yo, yo no sé qué decir.
_ No digas nada ahora, piénsatelo, ¿vale?
Yo me había quedado de piedra, no me lo había esperado, bueno sabía que le gustaba pero pensé que era algo pasajero, era la chica nueva pero decirme que estaba enamorado de mí era algo muy fuerte, además yo no podía corresponderle, yo no sentía lo mismo, yo seguía con el corazón roto y no sabía cuánto tiempo necesitaba para repararlo, tal vez él no estuviese dispuesto a esperar demasiado. La siguiente semana siguió viniendo a casa para ayudarme con mis notas y no hablamos de lo ocurrido y para mí fue un alivio sobre todo porque me había dado tiempo para pensármelo. El jueves salí contenta del instituto, el examen de física me había salido bastante bien y estaba segura de que lo iba aprobar con buena nota, yo seguía feliz cuando Roberto me vino a recoger ya que él no tenía que hacer ninguna recuperación, me abracé a él y lo besé y Roberto me correspondió. Solo habían sido unos segundos pero cuando su lengua se introdujo más al interior yo instintivamente me aparté.
_ ¿Porque lo has hecho Beca, porqué me has besado?
_ No lo sé, supongo que quería agradecerte que me hayas ayudado con la física, sé que sin tu ayuda no lo habría conseguido.
_ Beca, me ha gustado mucho que me hayas besado pero la próxima vez que lo hagas que sea porque lo deseas realmente no porque estés agradecida o en deuda conmigo, además si has aprobado no ha sido merito mío, sino porque tú te has esforzado mucho para conseguirlo.
_ Gracias por ser tan bueno conmigo Roberto.
_ Está bien, dime ¿cómo te encuentras sabiendo que dentro de unos días vas a volver a ver a tus amigas?, si te soy sincero me asusta que te vayas y regreses de nuevo como la última vez.
_ Te prometo que eso no volverá a ocurrir, la verdad es que no había tenido tiempo a pensar en el reencuentro con mis amigas, mi madre me había dicho que pasaría todo un mes en casa de Marta siempre y cuando mis notas fuesen buenas.
_ ¿Así que cuando te vuelva a ver no te volverás a alejar de mí?
_ Eso está hecho, además a mi regreso te daré una respuesta a tu proposición.
_ ¿Y porque no ahora?
_ Porque tú también te irás con tu primo y quiero que te diviertas en todos los sentidos, a lo mejor igual te enamoras de alguna mientras estés allí. Lo había dicho con una sonrisa en los labios para que el ambiente de seriedad, de nerviosismo que se estaba creando alrededor nuestra desapareciese pero Roberto me miró seriamente.
_ Beca, yo ya estoy enamorado de ti, así que no puede haber otra.
El domingo por la tarde estaba en la estación con mis padres, mi hermano, mi amiga Thelma y Roberto que se despidió de mí con un te voy a echar muchísimo de menos. Me fui en tren y cuando llegué a mi destino Marta me estaba esperando y después de dejar la maleta en la habitación volvimos a salir, llegamos a la cafetería de siempre y allí estaban esperándome el resto de mis amigas. Se quedaron muy sorprendidas al verme, Marta no les había dicho nada y lo pasó muy mal porque para ella había sido muy difícil ocultárselo pero valió la pena solo por verles la cara. Nos abrazamos todas y empezamos a dar saltos y gritos, la gente nos observaba pero no nos importó, cuando nos volvimos a sentar me recriminaron por haberlas abandonado un poco. Había dejado de contestar muchos mensajes suyos y cuando me llamaban por teléfono nuestras conversaciones eran cortas y aburridas, creyeron que como había hecho nuevas amistades donde ahora vivía a ellas las había dejado de lado, les pedí perdón y les prometí no volver hacerlo. Me di cuenta que faltaba Susana, ¿qué había pasado con ella, estaría enfadada conmigo?, pregunté por ella y mis amigas se quedaron un momento calladas, luego Rosa fue la que habló. Me dijo que Susana había regresado de las fiestas de navidad sola con su madre, sus padres se habían separado, mis amigas intentaron apoyarla en todo pero ella se comportaba como si nada le importase, su madre y ella hacía un mes que se habían marchado pero antes de irse les había confesado que estaba embarazada. Elena había hablado con ella un par de días atrás y le dijo que no pensaba regresar, que su madre ya tenía un trabajo y que había abortado. Me enfadé con ellas por no habérmelo contado pero Marta me dijo que sí lo había hecho, ella misma me lo contó unas semanas antes por teléfono, me sentí muy mal porque no solo había pasado de sus mensajes, también no había prestado atención a nuestras conversaciones. Deseaba que este día terminase cuanto antes, por suerte nos fuimos pronto para casa, yo aún tenía que deshacer mi maleta. Cuando Marta y yo nos acostamos le volví a pedir perdón por haber sido una mala amiga, durante este mes no dejaba de repetir esa frase y de pedir perdón continuamente. El resto de la semana la pasé hablando con viejos amigos y conociendo otros nuevos, también hablaba de vez en cuando con Roberto y Thelma. Regresé a lugares que no había vuelto desde que me había ido hacía ya un año, especialmente al campo de fútbol y fue allí donde conocí al nuevo novio de Rosa. Llevaban poco más de dos meses juntos pero se notaba lo enamorado que estaba de ella. El sábado por la tarde mientras charlábamos animadamente en la cafetería de siempre una de las motos más impresionantes que haya visto jamás aparcó al otro lado de la calle, en un lugar reservado para ello, era negra y plateada y el chico que estaba bajando de ella también iba completamente de negro, incluido el casco. Me dio un vuelco el corazón, ¡me recordaba tanto a Diego!, escuché hablar a un par de chicos que estaban en la mesa de al lado, decían que aquella moto era una Kawasaki ZZR 1400 y que era una de las más rápidas del mundo, no pude seguir escuchando porque habló Rosa.
_ ¡Menuda moto!, si el tío vale tanto como ella me lo pido.
_ ¡Oye, que tú ya tienes novio!
_ Ya, pero no tiene una moto como esa Elena.
_ ¡Eh!, viene hacia aquí, ¿a quién estará buscando?
_ Espero que no sea a una de esas dos de allí, ya sabes lo mal que me caen.
Seguía con el casco puesto pero en cuanto lo sacó para ponerse las gafas de sol yo tuve que agarrarme fuertemente a la silla para no caerme, creí que el corazón se me salía del pecho, tuve que respirar varias veces profundamente para no desmayarme, me dolían los nudillos de las manos de la presión que hacía mis dedos agarrados al reposabrazos, ¡no podía ser!, ¡él no podía estar aquí!
_ Oye Beca, me parece que te está mirando, ¿qué te pasa, te encuentras mal?, ¿es por el chico, lo conoces?, no será peligroso ¿verdad?
_ Claro que es peligroso Marta, ¿no lo has visto?, un hombre así es un peligro para cualquier mujer.
Aunque Rosa seguía hablando y mirándome yo no podía apartar la mirada sobre él, con las gafas oscuras yo no podía ver sus ojos.
_ Hola Beca.
Alguien me dio un codazo, mi voz tembló al hablar
_ ¿Qué haces aquí, como me has encontrado?
_ Necesitaba verte y hablar contigo.
Mis amigas no dejaban de observarme y no eran las únicas, estaba segura de que todas las chicas que se encontraban en el lugar nos estaban observando, bueno lo estarían mirando a él. Yo no quería hablar, ahora que intentaba recomponer mi vida volvía a aparecer, ¿quién se había creído?, no podía aparecer y desaparecer de mi vida cuando le viniese en gana pero también sabía que en cuanto él se fuese mis amigas no dejarían de acribillarme a preguntas, así que prefería enfrentarme a Diego y no a mis amigas. Cuando me levanté Marta pidió hablar conmigo a solas, nos apartamos de él unos pocos metros, sabía de su excelente oído así que todo lo que me dijese mi amiga, Diego se iba a enterar.
_ ¿Oye estás segura de querer irte con él?, sabes que si no quieres no tienes que hacerlo.
_Tranquila, no me va a pasar nada, es un amigo, solo que no me esperaba verlo aquí, simplemente eso, después hablamos.
Marta seguía sin estar segura de dejarme ir, me preguntó si llevaba el móvil y si tenía problemas que no dudase en utilizarlo. Antes de marcharnos Diego se acercó a Marta y le dijo que estuviese tranquila que me traería sana y salva, luego cuando llegamos a la moto, varios chicos la rodeaban, uno de los que había estado en la mesa de al lado le preguntó si era cierto que podía alcanzar casi los 300km/h, Diego lo miró y le dijo que sí, luego volvió a centrar toda su atención en mí.
_ ¿No pensarás que me voy a subir en eso?
_ No sería la primera vez que subes en una, ¿cierto?.
Me miró profundamente, de nuevo tuve que esforzarme para que mi corazón volviese a latir con normalidad.
_ Tal vez pero no en una tan rápida.
_ ¿De qué tienes miedo Beca, de mí o de la moto?
_ De la moto por supuesto, me sentiría fatal si me estropease mi bonito peinado.
Le dije yo echándome la mano a la cabeza.
_ Tranquila para eso tengo una solución.
Y me entregó un casco igual de negro que el suyo, subí a la moto, aunque con cierta dificultad y antes de que se pusiese su casco me dijo que me abrazase fuertemente a él, que no tuviese miedo a hacerle daño, porque no se lo haría, ¡bien cierto era eso!, se había ido de mi lado y no le había importado lo más mínimo, aunque yo sabía que no hablaba de esa clase de dolor. Puse mis manos en su cintura pero Diego me las agarró e hizo que le rodease el cuerpo con ellas, estaba tan pegado a él que no dejaba pasar ni la brisa del aire. Mi cuerpo temblaba todo pero no de miedo sino de las sensaciones que me producía su cercanía, mis amigas no dejaban de observarnos y para mí fue un alivio escuchar el rugir de la moto. Un pequeño movimiento hizo que si era posible me agarrase más fuertemente a él, la moto empezó a volar aunque estaba segura de que podía correr mucho más. En cuestión de minutos dejamos la ciudad y pronto me vi rodeada de árboles, aparcó cerca de un riachuelo y se sentó en la orilla, yo lo observé unos segundos y luego me senté a su lado.
_ ¿Porque me has traído aquí?
_ Este es un lugar tranquilo para poder hablar, además quería pedirte perdón.
_ ¿ Perdón, a mí, porqué?, ah espera, déjame pensar, ¿por haberte ido así sin más, sin enfrentarte a mí, sin preguntarme lo que yo quería o necesitaba, dejándome una carta como única explicación?¿ Perdón por no contestarme a ninguna de las llamadas que yo te había hecho?, ¿perdón por haberme hecho daño e intentar olvidarte de mí?,¿ perdón por haber aparecido así sin más y creer que con eso bastaba para curar mi dolor ahora que ya casi te había olvidado?
_ Creí que alejándome de ti te protegería, yo no soy el héroe de tus sueños, más bien el de tus pesadillas.
_ No necesito un héroe a mi lado, ¿sabes? los tiempos cambian, ahora las princesas también rescatan a sus príncipes.
_ Lo siento pero tenía miedo de hacerte daño, creí no estar preparado para un nosotros.
_ ¿Y ahora sí?
_ Ahora sé que no podría vivir en un mundo en el que tú no existieras.
_ ¿Y qué pretendes, que me eche a tus brazos y te diga que no ha pasado nada?, ¿y qué pasará cuando decidas en algún momento de tu vida que de nuevo eres peligroso para mí?, ¿te irás de nuevo?, yo no podría soportar más dolor, además hay otra persona.
_ Lo sé.

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