capítulo XIV (14)

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_ Ahora no sería un buen momento.

_ ¡No me importa!

_ Beca, estoy intentando salvarte de mí mismo.

_ Pero yo no quiero que me salves, por favor déjame ir, esta vez no soportaría volver a perderte.

Durante unos segundos nos miramos y luego me dio el casco y su cazadora y me subí a la moto, me abracé a él, esta vez con un poco más de distancia y dejé que me llevase, no me importaba a donde nos dirigíamos o lo que me podía ocurrir pero deseaba  tanto estar a su lado que lo demás me daba igual, Marta y Elena me miraban desde la puerta de la disco, las saludé y luego nos fuimos. No había pasado mucho tiempo desde que dejáramos atrás la ciudad pero cuando aparcó la moto a unos pocos metros se encontraba una playa, bajamos a ella y Diego después de sacar su camiseta y abandonarla en la arena se fue a nadar, yo me quedé sentada en la arena esperando, cuando salió del agua tenía los pantalones empapados, por su pecho resbalaba gotas de agua, el pelo estaba mojado y le caía por la frente, se lo echó hacia atrás, ¡sentía tantos deseos de abrazarlo!, levanté un poco las rodillas y las rodeé con mis brazos apretándolas fuertemente para evitar la tentación de levantarme. Al rato se puso la camisa y se sentó a mi lado aunque procurando no mojarme.

_ Beca, esto me está costando un poco más de lo que yo había previsto, no tengo tanto control como yo creía.

_ No tiene que ser así, no tienes que pasar por todo esto, me duele verte sufrir de esa manera.

_ ¿Qué quieres decir?

Le miré a los ojos aún sabiendo que así me costaría más decirle aquellas palabras.

_ Podemos hacerlo más fácil, yo te quiero y lo único que me importa es estar a tu lado, ¡conviérteme!

_ No sabes lo que dices.


_ ¿Entonces porque has vuelto?

_ Ya te lo he dicho, necesitaba estar a tu lado, verte de nuevo, nadie me hace sentir lo que siento estando a tu lado, quería protegerte y no me di cuenta de que yo era tu única amenaza, lo siento.

_ ¡No!, no es cierto, por favor no te vuelvas a alejar de mí, si la única forma de estar contigo es siendo como tú pues adelante, no me importa, simplemente quiero estar a tu lado.

_ No querrás ser un monstruo.

_ No eres un monstruo, eres un vampiro, tú me lo has dicho una vez, recuerdo cada palabra tuya.

_ No te voy a convertir en alguien que no quieres ser, ¿ qué pasa con tu familia, con tus padres y hermano, con tus amigos, podrás soportar no verlos nunca más?

Durante unos segundos pensé en las opciones.

_ Si tengo que elegir a quien dejar de ver que no seas tú.

_ Lo siento pero no voy a discutir eso contigo.

_ No puedes irte, no ahora que has vuelto.

No pude evitarlo y las lágrimas resbalaron por mis mejillas.

_ Está bien tranquila, no me iré a ninguna parte pero tampoco te convertiré.

Nos quedamos viendo el mar durante un buen rato y en silencio, sentía algo de frio pero no quería que él lo notase, me sentía muy bien a su lado, aquí en esta playa desierta los dos solos, me acerqué un poco más a él, Diego rodeó mi cuerpo con sus brazos y yo cerré los ojos, cuando desperté ya había amanecido, estaba acostada entre varias rocas y con una manta cubriendo mi cuerpo, él estaba sentado a mi lado.

_ ¿Dónde la has conseguido?

_ ¿Y eso que importa?

_ Tienes razón, ¡oh dios mío!, ¿qué hora es? Marta tiene que estar preocupadísima por mí, me va a matar.

Qué eres tú?  Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora